domingo, 22 de enero de 2012

La Ética: Elemento Clave en la Economía

El mecanismo de mercado es el más eficiente para que los recursos económicos, siempre escasos, se ordenen y asignen de la manera más eficiente y efectiva para el logro del bienestar de la sociedad. Ello implica que es conveniente dejar que el interés propio de los agentes económicos guíe las decisiones económicas de manera libre. Sin embargo, para que este maravilloso mecanismo funcione adecuadamente, se requiere que el interés propio de los agentes económicos esté constreñido a ciertos principios morales.d
§ POLÍTICAS PÚBLICAS

LA ÉTICA: ELEMENTO CLAVE EN LA ECONOMÍA

La reciente crisis financiera y económica mundial no ha significado el final del capitalismo (como lo anunciaron ansiosamente, por enésima vez, los hijos huérfanos del marxismo), pero sí plantea la necesidad de revisar los paradigmas que la ciencia económica convencional ha venido empleando para su estudio.
Los economistas convencionales sostenían hasta ahora que el ser humano es un maximizador racional de su interés propio que actúa en un mundo racional caracterizado por fuerzas que conducen las cosas hacia el equilibrio. Sin embargo, estudios experimentales (sociológicos, psicológicos, así como económicos) indican que a la gente también le importa cooperar con otros y actuar con justicia.
Ciertamente, cada individuo tiene un conjunto de preferencias que desea satisfacer, pero para hacerlo aplica un conjunto de consideraciones morales que la ciencia económica debería tomar en consideración. Valores tales como el amor, la benevolencia y el espíritu de comunidad no son recursos escasos, ni requieren de ser economizados para que no se agoten; por ende, su incorporación en las ecuaciones de maximización de utilidades individuales debe ser replanteada por los economistas.
La teoría económica –centrada hasta ahora en el interés individual- debería repensar sus planteamientos a la luz del hecho de que las preferencias de las personas se forman no sólo con base en el interés propio, sino también con  base en valores éticos.
La economía de mercado necesita del comportamiento ético para funcionar eficientemente. En efecto, se requiere que el interés propio de los agentes económicos esté constreñido a ciertos principios morales, como el propio Adam Smith lo indicó en su Teoría de los Sentimientos Morales. Es cierto que Smith insistió en que el interés individual conduce al bien común cuando hay suficiente competencia, pero también sostuvo que ello es posible solamente si la mayoría de personas ha internalizado unas reglas morales generales como guía de su comportamiento.
Un añejo esfuerzo por incorporar dichos valores éticos a la vida económica cotidiana nos lo ha dado la doctrina social de la Iglesia católica, que defiende el derecho a la propiedad privada de los bienes de producción pero, al mismo tiempo, señala que el bien común requiere a veces que tal derecho esté sujeto a ciertas regulaciones gubernamentales y que los problemas del desempleo, la extrema pobreza o la destrucción del medio ambiente no pueden dejarse enteramente a las fuerzas del mercado.
De manera que, desde la ética cristiana, la política económica debería favorecer el funcionamiento de los mercados, pero con la justa regulación estatal que proteja a los más desposeídos, defienda los derechos individuales, permita la organización y la participación de grupos sociales, y minimice las fallas del mercado (como las externalidades que derivan en polución). El grado de regulación estatal no es un asunto de principio, sino de juicio prudente en función de casos particulares. Y aquí es donde la parte difícil comienza: ¿hasta donde es prudente que el Estado intervenga en el mercado sin causar más daño que bien? Esta es la cuestión que la ciencia económica moderna deberá debatir y resolver en los próximos años.
Los principios religiosos podrían ser un sitio para empezar este esfuerzo. Si Jesús es, como proclamamos los cristianos, nuestro Señor e hijo de Dios, debe serlo en cada aspecto de nuestra vida incluyendo el económico y el ético, donde sus enseñanzas deben tener relevancia. Las políticas públicas no sólo pueden tener un impacto directo sobre el funcionamiento de los mercados, sino que también sobre los valores de los individuos que condicionan la forma en que estos toman sus decisiones.
Si el progreso material no va acompañado del progreso moral del individuo, aquél no será verdadero desarrollo sino una amenaza para el sistema. Ojalá que el espíritu de solidaridad y desprendimiento que se cuela por las rendijas de casas y oficinas en esta época navideña se afiance en los corazones de los guatemaltecos en forma de principios éticos y morales sólidos en materia económica y social, especialmente en el caso de los creyentes que coincidimos en que todos estamos llamados a colaborar en el trabajo que Dios hace en el mundo, por amor a Él; y que amar a Dios es amar al prójimo.COMENTARIOS DE LOS LECTORES

El tema de la etica cabalmente es el núcleo central de la base de la organización social del Estado y la sociedad. Como decía Santo Tomás de Aquino, el hombre  nace bueno, pero en la sociedad se descompone y se pierde y por eso el Estado  crea las normas y las sanciones para castigar sus malas acciones. El punto más relevante del artículo de García Lara es el de la regulación del Estado y es la función más importante del Estado y cabalmente la debilidad estructural más débil y subdesarrollada del gobierno de Guatemala y sus instituciones. Los ejemplos más recientes los podemos ver los escenarios de los procesos electoriales  en la representación social de la ciudadaníay en la estructuración de los partidos polìticos y del régimen político en general.
Lo podemos ver la regulación del sistema financiero y la debilidad de sus instituciones en la seguridad del ahorro de los inversionistas,-caso BANCAFE-, de COMERCIO, etc., en la indefección de los usuarios de los servicios de electricidad y telecomunicaciones,  y el pobre papel de la CNE y la SIT, el control de los monopolios y diversas prácticas depredatorias en contra el consumidor,  y en general la inoperancia e incapacidad del Estado en materia de regulación económica.
La inspiración que genera la ética tiene varios vertientes: el cristianos es una fuente inagotable de valores. Otras religiones tambien, incluso la cultura maya aporte importantes mensajes. Pero resulta que la ética es un aspecto individual, subjetivo y queda sujeto a los valores del individuo. Entonces la ética, comoo un aspecto de la realidad extrerna, del ámbito social, le corresponde al Estado impulsar leyes que le den sustento a la  en la regulación del interés público. Por ejemplo en el caso de la corrupción. Es terrible y triste como los funcionarios llegan a las posiciones del estado con el afán de apropiarse de los recursos públicos, y esto explica el poco desarrollo de las políticas públicas. Yo recuerdo que asesorando a SEGEPLAN en el gobierno de Berger, les comenté que el documento era una obraa de arte, con pies y manos, pero sin cabeza. No entendían esta descripción y les indiqué que le faltaba la definición de los instrumentos, ell financiamiento y la institucionalidad. Ellos dijeron que esto no les interesaba, sólo se conformaban con la presentación de la "política" y el manejo mediático de su difusión.
De manera que la etica es un aspecto esencial de la vida de los ciudadanos y sus resultados se validan en la práctica y en las acciones y su valor queda está en la conciencia y en el respeto de los valores y los derechos de los demás. En esta época es oportuno hacerse un examen personal, volviendo a lo más sencillo y en el caso de los cristianos, recordar a Jesús en lo dicho, "ama a tu prójimo, como a ti mismo"

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