COYUNTURALMENTE, EL PRINCIPAL DESAFÍO SERÁ PRESERVAR LA ESTABILIDAD Y RESILIENCIA DE LA ECONOMÍA
lunes, 27 de diciembre de 2021
2022, DESAFÍOS ECONÓMICOS (Parte I)
miércoles, 22 de diciembre de 2021
RECUPERACIÓN ECONÓMICA EN 2021
SE RECUPERÓ EN NIVEL DE PRODUCCIÓN QUE HUBIESE HABIDO EN AUSENCIA DE LA PANDEMIA
Según el Banco de Guatemala, la producción de bienes y servicios en el país este año será un 7.5 por ciento mayor a la registrada en 2020, inusual tasa de crecimiento que resulta ser la más rápida de las última cuatro décadas. De los cuatro motores que impulsaron esta recuperación (el consumo de las familias, la inversión en capital fijo, las exportaciones y el consumo del gobierno), el más importante, por mucho, ha sido el crecimiento que registra el consumo de los hogares, que contribuye con más del 85 por ciento del PIB y que, en buena medida, se sustentó en el ingreso récord de remesas familiares que este año rondará los 15 millardos de dólares.
Es preciso evaluar la recuperación económica de 2021 con ecuanimidad y ponerla en perspectiva. El año pasado la economía nacional sufrió un fuerte frenazo (el peor en más de treinta años) debido a los efectos negativos que la pandemia de Covid-19 tuvo sobre el aparato productivo: medido en quetzales (a precios de 2013) el PIB de 2020 fue de Q506 millardos; eso es un 1.5 por ciento menos que el año previo. Si no hubiese habido pandemia el PIB habría alcanzado unos Q531 millardos (o sea, 3.2 por ciento más que en 2019). Este 2021, el PIB llegará a Q544 millardos (con el mencionado 7.5 por ciento de crecimiento); pero si no hubiese habido pandemia (es decir, si hubiese crecido por segundo año consecutivo en 3.2 por ciento) habría llegado a Q548 millardos. De manera que la excelente tasa de crecimiento del presenta año apenas sirve para que el país vuelva a generar la misma cantidad de bienes y servicios que se hubiesen producido en ausencia de la pandemia.
Ahora bien, aunque es cierto que el ritmo de recuperación económica de 2021 no es tan espectacular como para quemar cohetillos ni hacer grandes alharacas, es de justicia reconocer que algo se ha hecho bien en nuestra economía: las oportunas medidas anticíclicas que se adoptaron el año pasado en lo monetario y en lo fiscal, aunadas a la capacidad de adaptación de las empresas y consumidores guatemaltecos, permitieron que la recesión del año pasado fuera menos drástica acá que en la mayoría de países del Hemisferio, y que la recuperación de este año fuese más rápida. Es menester valorar que, de nuevo, la economía nacional, aunque no sea de las más dinámicas, sí es una de las más resilientes del mundo.
Esa resilencia es un activo que debemos preservar
pero, al mismo tiempo, tenemos que ver, como país, qué debemos hacer para no
seguir basando el crecimiento económico casi exclusivamente en el consumo de
los hogares (y en las remesas familiares que, en buena medida, lo sustentan).
De manera que los desafíos que para 2022 debe afrontar la política económica
tienen que ver, en primer lugar, con recobrar y mantener los equilibrios
macroeconómicos que apuntalan esa resilencia y estabilidad que caracterizan a
Guatemala y que son bien apreciadas en los mercados financieros; y, en segundo
lugar, con crear y fomentar un clima favorable para la inversión y los
intercambios económicos que propicie una mayor productividad sistémica. A esos
desafíos espero referirme en las próximas columnas.
lunes, 13 de diciembre de 2021
¿IGNORANCIA O IRRESPONSABILIDAD?
LA IMPRUDENTE PROPUESTA DE REGALAR MILES DE MILLONES DE QUETZALES DEL ERARIO
Hace pocos días, se presentó en el Congreso una iniciativa de Ley Bono de la Esperanza para entregar transferencias de dinero a familias en pobreza y pobreza extrema. Para el efecto, se propone un Bono Salud de Q200 mensuales para todos los alumnos de preprimaria, primaria y básicos; otro Bono Educación de Q200 a esos mismos alumnos; y, un Bono de Nutrición de Q400 mensuales a los menores de cinco años en pobreza. Incluso si las intenciones de la iniciativa fueran nobles, tiene tres defectos fundamentales.
El primero es el gigantesco daño que causaría a las finanzas públicas. Los recursos para dichas transferencias provendrían del presupuesto del Estado por un monto no menor al 7.5 por ciento de los ingresos corrientes. Eso, como mínimo, significaría un Q5 millardos de gasto adicional. Pero si tomamos en cuenta el número de alumnos inscritos en preprimaria, primaria y básicos (2.9 millones) y todos los niños de cero a cinco años en situación de pobreza (unos 1.33 millones), el gasto mensual por tales bonos sería de Q1.7 millardos, cifra que aumentará cada año -junto con la población-. Eso sumaría casi Q18 millardos anuales, cifra equivalente al 17 por ciento del total del presupuesto del Estado aprobado para 2022. El déficit fiscal que esto generaría, aunado al ya previsto en el presupuesto, haría que el desequilibrio de las finanzas públicas superara el 5.4 por ciento del PIB, creando un desajuste que podría generar una crisis macroeconómica que, al final de cuentas, dañaría mucho más a las familias pobres que -supuestamente- son a las que se quiere ayudar con esas transferencias.
El segundo defecto es que este tipo de leyes que asignan un fin específico a los ingresos estatales le agregaría aún más rigidez al presupuesto, del cual ya el 83 por ciento está comprometido (por mandatos constitucionales y legales) para gastos específicos. Si el tal Bono se aprobase, el monto a gastar el año próximo sería superior a los presupuestos de todos los ministerios, de forma individual, con excepción del Ministerio de Educación. El tercer defecto es que el Estado no ha sido capaz de asegurar que las transferencias de efectivo estén bien gastadas y cumplan con los objetivos que supuestamente persiguen: no existe información estadística y líneas basales que permitan evaluar este tipo de gasto (ni siquiera se cuenta con bases de datos auditables de sus beneficiarios). Impulsar esa ley en estas condiciones equivale a un despilfarro de recursos que solo generará una mayor pérdida de confianza de la ciudadanía en el Estado que, de nuevo, dañará más a los más pobres.
El único beneficio posible de este tipo de iniciativas son las efímeras simpatías electorales que generan entre algunos sectores de la población necesitada (populismo, que le dicen). Por lo demás, sus efectos económicos y políticos son tan perversos que ni siquiera deberían de considerarse para una discusión seria en el Congreso. Lo que realmente preocupa es que existan personas que, sea por ignorancia o por irresponsabilidad, aún crean en la viabilidad de tales propuestas.
lunes, 6 de diciembre de 2021
¿QUÉ PAÍS QUEREMOS?
ELEMENTOS PARA UN EVENTUAL DIÁLOGO NACIONAL SOBRE LAS ACCIONES QUE EL PAÍS REQUIERE
La semana pasada el Consejo Económico y Social -CES- hizo público su informe “Guatemala: ¿Qué país queremos?”, que es el resultado de un ejercicio de diálogo social que, durante varios meses, logró identificar una serie de propuestas (planteadas desde la perspectiva de los objetivos de desarrollo sostenible) cuya intención última es nutrir con elementos que estructuren un eventual diálogo nacional amplio sobre las acciones de política pública que el país requiere.
Esos elementos se concretan en acciones ordenadas en cuatro ámbitos fundamentales. El primero se refiere a las reformas institucionales del Estado que propicien certeza jurídica en un verdadero estado de derecho. El segundo es el ámbito económico, en el que se esbozan acciones para aumentar la productividad sistémica y el ritmo de crecimiento de la producción, a fin de generar mayores niveles de prosperidad y bienestar. El tercero trata sobre los aspectos ambientales y urbanos (incluyendo los flujos de personas y mercancías) que permitan la sostenibilidad del desarrollo. Y el cuarto es el ámbito social, donde se plantean acciones para fortalecer el tejido social, tomando en cuenta aspectos socioculturales que construyan una cultura de paz.
El impulso de estas acciones, evidentemente, no es tarea sencilla y requiere de un diálogo efectivo y profundo. Eso quedó claro en el panel de comentaristas que, con la participación de José Alejandro Arévalo y Richard Aitkenhead (dos destacados vecinos de estas páginas de elPeriódico), resaltó los hallazgos y desafíos derivados del informe. Los panelistas valoraron positivamente que en el ejercicio de diálogo que produjo el informe se hayan identificado y acordado los principales aspectos en los que Guatemala necesita mejorar y que, sobre eso, se hayan estructurado propuestas en los cuatro ámbitos identificados. Señalaron, sin embargo, que los desafíos para implementarlas son enormes e incluyen, por un lado, lograr una perseverancia que, por desgracia, no caracteriza a las políticas públicas en el país y, por otro, vencer la resistencia al cambio que tiende a prevalecer en el país.
Cualquier diálogo en torno a esta agenda debe también
priorizar las medidas más importantes, como podrían ser la necesaria
restructuración del sistema electoral y de partidos políticos -cuya
desnaturalización se asocia a la ineficiencia en el uso de los recursos
fiscales- o combate a la desnutrición -que es un fenómeno multidimensional cuyas
raíces yacen en la falta de oportunidades de educación, de empleo y de
inversión-. El esfuerzo del CES es loable, pero el ejercicio de diálogo que
implica debe ser armonizado con otros esfuerzos en marcha, como el programa
Guatemala No Se Detiene, o el propio ejercicio de diálogo al que convocó hace
poco la Presidencia de la República. El reto no es sencillo, pero no puede
posponerse. El tiempo para un diálogo en torno a una agenda de nación se agota
en la medida en que nos quedemos cada día más rezagados respecto a otros países
que, no hace mucho, solían tener los mismos indicadores de bienestar y progreso
que nosotros.
ENERGÍA ELÉCTRICA: SE ACABARON LAS VACAS GORDAS
URGEN MEDIDAS PARA EVITAR UN DÉFICIT DE SUMINISTRO Durante años, el sistema eléctrico nacional tuvo un superávit de oferta; es decir, su c...
-
URGEN MEDIDAS PARA EVITAR UN DÉFICIT DE SUMINISTRO Durante años, el sistema eléctrico nacional tuvo un superávit de oferta; es decir, su c...
-
Es importante diagnosticar adecuadamente. Hacer un balance de la economía de un país al final del año y evaluar los desafíos para el año pró...
-
Más que el signo ideológico del gobierno electo, lo que afecta la calificación del país es el innecesario ruido e incertidumbre que meten ...