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lunes, 26 de abril de 2021
UNA AGENDA AGRESIVA PARA EL TRIÁNGULO NORTE
lunes, 19 de abril de 2021
PARA SALIR DE ESTA LARGA PANDEMIA
LAS PERSPECTIVAS QUIZÁ NO SEAN TAN OPTIMISTAS COMO LAS PINTA EL FMI
lunes, 12 de abril de 2021
REFORMAS AL SISTEMA ELECTORAL
LA INICIATIVA DEL TSE, AUNQUE PERFECTIBLE, TIENE VARIAS PROPUESTAS POSITIVAS
Tras el accidentado proceso electoral de 2019, resulta evidente que el sistema electoral necesita reformas aborden, al menos, tres temas fundamentales. Primero, la falta de representatividad (es decir, que el ciudadano no se siente representado por los candidatos electos). Segundo, el debilitamiento institucional (de los partidos y del propio Tribunal Supremo Electoral -TSE-). Y, tercero, la falta de certeza generada por varias normas aprobadas precipitadamente en la reforma de 2016.
Pese a la mala prensa que ha tenido la iniciativa de reforma presentada recientemente por el TSE (debido al poco feliz tratamiento que en ella se da al tema del transfuguismo), es de justicia reconocer que contiene varias propuestas que van en la vía correcta y que deberían preservarse durante el proceso de aprobación legislativa. Estas incluyen mejoras en la regulación de la campaña electoral (que aclaran la diferencia entre campaña y proselitismo e introducen mejoras a la regulación de la propaganda electoral); también incorpora importantes precisiones para separar las distintas fases del proceso político-electoral y para definir los distintos tipos de aportes que pueden recibir los partidos políticos.
Una de las mejoras más importantes es la de incluir el voto preferente para la elección de diputados: con esta reforma el votante podrá elegir individualmente a su candidato preferido de entre el listado que presente el partido político de su elección. Este cambio -de mucho fondo- acercará al votante con su diputado y hará que este rinda cuentas ante sus electores. Ojalá que el Congreso no enrarezca ni debilite esta reforma.
Por supuesto que otras propuestas del TSE deben ser mejoradas y corregidas, como la mencionada norma sobre el transfuguismo, o la limitación que se pretende introducir al alcance de la fiscalización de los partidos políticos por parte de la Contraloría de Cuentas, o los peligrosos, subjetivos e innecesarios requisitos que se proponen para integrar las Juntas Electorales, así como otros aspectos que, lejos de mejorar, podrían menoscabar la efectividad de nuestro sistema electoral.
En todo caso, la iniciativa del TSE, aunque perfectible, en un buen paso en el camino correcto para reformar el sistema. Sabemos que este tipo de reformas forman parte de un proceso continuo y gradual (la propia ley electoral contempla la obligación de revisarse periódicamente), por lo que para futuras ocasiones deben incluirse cambios en, al menos, cuatro áreas esenciales: el fortalecimiento del TSE; la recuperación de la proporcionalidad en la asignación de escaños para los distritos electorales; la facilitación de la participación ciudadana en la vida política; y, la creación de circunscripciones territoriales que acerquen a los electores con sus representantes.
lunes, 5 de abril de 2021
GUATEMALA FELIZ (2021)
El ranking de felicidad no varió mucho y Guatemala (aunque sin datos actualizados para el año pasado) sigue siendo un país particularmente feliz, ocupando el puesto 30 en el mundo. Esta buena calificación es, en cierto modo, una anomalía, ya que suele observarse una correlación positiva entre el nivel de ingreso y la sensación de felicidad en la mayoría de países, lo cual no es de extrañar porque el dinero, aunque (como bien lo han dicho desde Aristóteles hasta los Beatles) no compra la felicidad, seguramente ayuda a reducir la sensación de inseguridad y angustia que genera la pobreza material.
De hecho, de los componentes que integran el índice publicado, nuestro país ocupa un puesto muy malo tanto en el indicador de ingreso (puesto 96), como en los indicadores de apoyo social (89), de vida sana (86), de generosidad -tendencia a ser caritativos- (83), y de percepción de corrupción (74). Los dos indicadores que nos salvan (y que, de hecho, nos ubican entre los países felices) son los que miden la tendencia a tener emociones positivas -reír, disfrutar de la vida, estar contentos- (puesto 3) y el de libertad de tomar decisiones de vida (26). Podríamos decir que el guatemalteco es feliz riéndose de la vida y haciendo lo que quiere, dentro de sus posibilidades.
Este reporte mundial de felicidad demuestra es que, en un ambiente de crisis extrema como el generado por la pandemia, la confianza y la capacidad de contar con los demás son los factores clave para sentir satisfacción con la vida: confiar en que su billetera extraviada será devuelta si la encuentra un policía, un vecino o un extraño, resulta ser más importante para la felicidad que los ingresos, el desempleo y las amenazas a la salud. Es más, aquellos países con mayor sensación de confianza social han tenido un mejor desempeño frente a los embates del Covid-19: las instituciones públicas confiables tienen más probabilidades de elegir la estrategia correcta y de que sus ciudadanos las apoyen.
Resulta interesante que tanto la confianza social, como la capacidad de generar mejores ingresos, dependen crucialmente de la calidad de las instituciones públicas. Si Guatemala tuviera mejores instituciones estatales, podríamos ser el país más feliz del planeta.
ENERGÍA ELÉCTRICA: SE ACABARON LAS VACAS GORDAS
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