La confianza de la ciudadanía en sus gobernantes (en su conocimiento, liderazgo y capacidad) puede ser el factor clave que permita salir con buen pie de esta crisis
Hace algunos días el diario digital El Confidencial
publicó una columna de opinión de Ignacio Varela, escrita en el contexto
español pero con reflexiones muy pertinentes para la realidad guatemalteca.
Planteaba el columnista que la pandemia de covid-19 ha visto cómo países
vecinos, con geografía, clima y sistemas socioeconómicos semejantes, mostraban
diferencias abismales en el impacto destructivo del coronavirus -tanto en la
salud pública como en la economía-. La razón principal es, muy posiblemente, la
política: la eficiencia de los gobiernos, la calidad de la vida política y la
relación de la sociedad con el Estado son factores cruciales para manejar una
crisis como la actual.
El politólogo Francis Fukuyama identifica la confianza
de los ciudadanos en su gobierno como el factor clave, ya que ante una crisis
grave e inesperada deben hacer una enorme delegación de autoridad en el poder
ejecutivo y, para que tal delegación sea efectiva, es imprescindible que la
sociedad confíe en la capacidad de sus gobernantes para gestionar la crisis. Varela
sostiene que la confianza social en los gobiernos descansa sobre tres pilares.
Uno, la experiencia, conocimientos técnicos e imparcialidad de los gobernantes
para tomar decisiones para el interés común. Dos, el liderazgo de la máxima
autoridad ejecutiva. Y tres, la capacidad para crear consensos amplios, superar
fronteras ideológicas o territoriales, y concitar voluntades para la ejecución
de las medidas que deban adoptarse.
Si uno de estos tres pilares falla, la crisis se
complica… y si fallan dos o tres, se vuelve un desastre, tal como parece haber
sido el caso en la España de Sánchez, el Brasil de Bolsonaro, o la Turquía de Erdogan.
En Guatemala, hasta ahora, nos ha ido bastante bien, especialmente en cuanto a
los dos primeros pilares sobre los que se basa la confianza ciudadana en
tiempos de crisis: por un lado, el presidente Giammattei es no solo un político
experimentado en la función pública, sino que además tiene un grado académico
en medicina; y, por otro lado, ha estado ejerciendo su liderazgo con diligencia
y aplomo. Ello le ha ganado la confianza de grandes sectores de la población,
incluso de quienes no votaron por él.
La clave para superar la crisis está, sin embargo, en
el tercer pilar de la confianza ciudadana. El gobierno ha logrado los consensos
mínimos que necesitaba para lograr las ampliaciones presupuestarias (por más de
Q20 millardos) que necesita para afrontar la crisis generada por la pandemia;
en adición a ese monto, la semana pasada el gobierno logró colocar exitosamente
bonos en los mercados internacionales por US$1.2 millardos más.