jueves, 27 de agosto de 2009

OTRA VEZ EL HAMBRE

Da vergüenza. Llora sangre. Indigna. Hiere. Los cuadros de desnutrición aguda que se están viendo en varios municipios de Guatemala deberían ser una afrenta para todos los guatemaltecos bien nacidos. No existe justificación para que ello ocurra y, hay que decirlo, el principal culpable es el gobierno: la institucionalidad que funciona en el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional -CONASAN- debería haber actuado oportunamente. Para eso existen una serie de mecanismos de alerta temprana para detectar el inicio de una agudización de la desnutrición y, con base en los indicadores correspondientes, actuar en consecuencia. Pero lo mismo que sucedió con "Creciendo Bien" (el programa estrella de la esposa del anterior presidente), sucede ahora con "Mi Familia Progresa" (el programa favorito de la esposa del actual presidente): los programas personales, no institucionales, distraen recursos y esfuerzos que deberían estar a disposición del CONASAN, y éste no puede actuar conforme su mandato legal. Sólo queda esperar que ésta sea la última vez que ocurre algo así en nuestra tierra...

§ POLÍTICAS PÚBLICAS

OTRA VEZ EL HAMBRE

El premio Nobel de Economía (1998), Amartya Sen, planteó una de las paradojas más lacerantes de nuestro tiempo: la mayoría de las peores hambrunas del último siglo han ocurrido sin que exista una reducción significativa de la oferta de alimentos. Y ese es, lamentablemente, el caso de la crisis alimentaria que se está viviendo en el llamado Corredor Seco de Oriente en Guatemala. Esta nueva crisis, además de paradójica, debe ser motivo de vergüenza ya que, como el propio Sen lo afirma, “ninguna hambruna en la historia de la humanidad ha ocurrido en una democracia funcional”, es decir, donde exista libertad de expresión (y, con ella, capacidad de sonar oportunamente las alarmas) y un gobierno electo que debe rendir cuenta de sus actuaciones y omisiones.

La lacerante realidad de viven nuestros compatriotas del Corredor Seco es muy difícil de aceptar, especialmente si se toma en cuenta no sólo que en el país, en su conjunto, no hay escasez de oferta alimentaria, sino también que existe, desde años atrás, una institucionalidad púbica específicamente diseñada para prevenir estas situaciones. Pareciera ser que, al igual que en área de seguridad ciudadana (donde por mandato legal existe un Consejo Nacional de Seguridad que apenas si se ha reunido), en el área de seguridad alimentaria tampoco se ha hecho uso adecuado del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional –CONASAN- que, por ley, debiese operar bajo reglas específicas vigentes desde hace tiempo.

Conviene recordar que el CONASAN está integrado por el Vicepresidente de la República, quien lo preside; el Secretario de Seguridad Alimentaria y Nutricional –SESAN-, quien actúa como Secretario; el Ministro de Agricultura; el Ministro de Economía; el Ministro de Salud; el Ministro de Educación; el Ministro de Comunicaciones; el Ministro de Ambiente; el Ministro de Trabajo; el Ministro de Finanzas; el Secretario de Coordinación Ejecutiva de la Presidencia y la SOSEP. Cada uno de ellos es responsable de impulsar al interior de sus entidades el cumplimiento de la política de seguridad alimentaria, cuyas acciones deben derivarse de una evaluación integral por parte de tales entidades.

Ojalá que no haya ocurrido lo que muchas veces sucede con las políticas públicas en Guatemala, donde las políticas de Estado (de largo plazo, como la de Seguridad Alimentaria) se descuidan por atender políticas de Gobierno (coyunturales, como la de habilitar comedores solidarios en la ciudad capital, donde la hambruna se ve como una realidad lejana). Y ojalá también que esta nueva crisis alimentaria sea la última que viva nuestro país y que sirva de lección sobre la importancia de mantener efectivas las políticas de Estado en la materia y la institucionalidad que las respalda (como la SESAN).

No olvidemos también que, aunque las hambrunas reciben más titulares de prensa, la desnutrición crónica es un problema mucho más serio porque sus efectos de largo plazo son más graves y porque está más extendida en nuestro país. La desnutrición es no sólo una consecuencia de la pobreza, sino una causa de la misma pues torna a los niños en seres débiles física y mentalmente, limitando de por vida su capacidad productiva. No se trata, pues, de un asunto político-electoral, sino de un tema que debe ser tratado con Políticas de Estado, pues en él se habrá de definir, en gran medida, el futuro de Guatemala.

Opinión del lector
Pepe Recinos - Guate-Malawi (también Guate-Malí)
La unica politica estatal coherente y congruente con este tema debe ser el Control Natal de las clases bajas. Si quieren hijos para que les ayuden a trabajar, justificando así las Ongs y las iglesias que los muy pobres sigan teniendo a tantos nuevos niños, puede crearse otra política: Transferencias Condicionadas para Comprar Asnos y Mulas a las familias pobres. A cambio de que se esterilicen, desde luego. ¿Porqué desagrada tanto a tanta gente de la Clase Alta y de la Clase Media, esta clase de ideas, si ellos son ejemplos clarísimos de esterilización voluntaria?. De cada 10 mujeres católicas de clase media y alta que conozco, 9 se esterilizaron al segundo chirís. Hipocritones e hipocritonas que son

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