viernes, 3 de mayo de 2013

La Deuda de la USAC


El Estado le tiene una deuda a la USAC, pero ésta le tiene también una deuda a la sociedad. La autonomía sólo es legítima si va acompañada de una efectiva rendición de cuentas. 
La Universidad de San Carlos ha estado exigiendo al gobierno por diversos medios (campos pagados, protestas estudiantiles, reuniones con las más altas autoridades del Ejecutivo) el pago a dicho centro de estudios por el equivalente a por lo menos el cinco por ciento del presupuesto anual de ingresos y egresos del Estado. El gobierno alega que le ha pagado lo correspondiente a los ejercicios fiscales corrientes, pero que no puede hacerse responsable de lo que el gobierno anterior omitió trasladarle a la USAC (unos Q360 millones).
El reclamo universitario es justo en el sentido de que se trata de un mandato constitucional para el Estado (no para un gobierno en particular); es decir, no es opcional. Y la sensación de angustia entre los sancarlistas parece también justificada, dados los antecedentes en casos similares, tales como los aportes que, por mandato legal, el Estado debe hacer a otras entidades autónomas –específicamente al IGSS y al Banco de Guatemala-, los cuales el actual gobierno se ha resistido a cumplir.
Por mucho que al gobierno le parezca que existen otras prioridades de gasto público, el apoyo financiero a estas entidades autónomas forma parte del pacto social establecido en la Constitución; si se considera que dichas disposiciones son injustas o inapropiadas, lo correcto es luchar por modificarlas, en vez de simplemente incumplirlas.
Ahora bien, el gobierno tiene el derecho de exigir a esas entidades autónomas que respondan ante el pueblo de Guatemala por los recursos que reciben y que pagan todos los ciudadanos a través de los impuestos. Ello porque el privilegio que implica gozar de una autonomía conferida por la Constitución, debe tener como contrapartida una responsabilidad inequívoca de rendir cuentas a los contribuyentes que las sostienen. La autonomía sólo es legítima si va acompañada de una efectiva rendición de cuentas.
Así como el Estado debe pagar la deuda financiera a la USAC, ésta le tiene una deuda a la sociedad guatemalteca: las autoridades de la USAC deben explicar cuán eficientes son en brindar educación superior de calidad y en realizar investigación científica a favor de la sociedad guatemalteca. Asimismo, y no menos importante, deben rendir cuentas respecto de cómo gastan o invierten los más de Q1200 millones que reciben cada año del erario público.
Para ello, las autoridades sancarlistas deben tomar nota de lo que hace la Universidad Autónoma de México –UNAM- (paradigma a ser imitado por la USAC). Por ejemplo, la UNAM calcula y publica múltiples indicadores que permiten medir la eficacia de su desempeño, entre los que pueden encontrarse el gasto anual promedio por alumno, el porcentaje de cuantos logran graduarse, o el número de artículos académicos en revistas internacionales o de libros publicados por sus profesores. Sería bueno que la USAC pusiera a disposición de la ciudadanía, de forma abierta y sistemática, este tipo de indicadores.
Otra buena práctica de la UNAM es la de administrar el patrimonio universitario y manejar todos los asuntos presupuestarios y de control financiero a través de un Patronato conformado por tres personas de reconocida honorabilidad y experticia en asuntos financieros; dicho Patronato (que es ad-honorem e independiente del Rector y del Consejo Universitario) garantiza un manejo más transparente y probo de su abultado presupuesto. Bien podría la USAC, sin necesidad de esperar un cambio legal, nombrar a un grupo de notables que certifiquen el manejo de su presupuesto.
O, tal como lo hace la UNAM, adoptar la sana costumbre de publicar periódicamente sus estados financieros, debidamente dictaminados por un auditor externo calificado, y publicarlos como información pública, así como la información mensual de los estados de situación financiera; el estado de ingresos, gastos e inversiones; así como las revisiones, observaciones y el seguimiento de los resultados de auditoría interna practicadas a diferentes instancias universitarias.
Así que, aprovechando la coyuntura actual, sería provechoso para el país que el gobierno se comprometa a cumplir con sus compromisos de Estado para con la USAC, pero que ésta se comprometa, a su vez, a cumplir con su obligación moral de rendir cuentas a la sociedad que la sostiene financieramente.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con su idea, la Universidad, desde su ámbito autonómico, está moralmente obligada a rendirle cuentas a la sociedad que la sustenta

    Lic. Oscar Alvarez Gill

    ResponderEliminar
  2. Lea la ley organica del presupuesto y comprobaras, que no existe ningun pasivo del Estado para con la Universidad. Es estrictamente responsabilidad de las autoridades universitarias de turno, exigir el pago correspondiente durante el ejercicio fiscal. Los saldos no ejecutados no constituyen activos de la Universidad, ni un pasivo para el Estado. A quienes deben deducir responsabilidades es al Rector Magnifico y a su Consejo Superior Universitario.

    ResponderEliminar

COMENTARIOS DE LOS LECTORES:

ENERGÍA ELÉCTRICA: SE ACABARON LAS VACAS GORDAS

URGEN MEDIDAS PARA EVITAR UN DÉFICIT DE SUMINISTRO   Durante años, el sistema eléctrico nacional tuvo un superávit de oferta; es decir, su c...