lunes, 24 de mayo de 2021

Fortalecer el IGSS

EL NOMBRAMIENTO DEL PRÓXIMO PRESIDENTE DE LA JUNTA DIRECTIVA ES UNA DECISIÓN TRASCENDENTAL

El sistema de seguridad social, cuyo rector es el IGSS, surgió en Guatemala como una de las conquistas más significativas y modernizadoras de la Revolución de 1944 que, con sus vaivenes y limitaciones, ha servido bien al país brindando una red de protección social que, por un lado, brinda protección a los trabajadores cotizantes en casos de enfermedad, maternidad, accidentes, jubilación y muerte y, por otro, contribuye tanto a la estabilidad macroeconómica, como a la paz social.

Sin embargo, el sistema mostraba muchas debilidades, incluso antes de que la pandemia nos golpeara. Precisamente, el shock generado por el Covid-19 no solo puso en evidencia esas debilidades, sino que hizo patente la necesidad de contar con una seguridad social más ágil y adecuada a nuestros tiempos. Un buen seguro social es clave para dar estabilidad y flexibilidad a los mercados, no solo en una pandemia: cuando las personas saben que existe una red de protección, pueden asumir riesgos saludables, como iniciar un negocio o cambiar de empleo. Además, la distribución rápida de efectivo en caso de crisis -por ejemplo, mediante un seguro de desempleo- puede ayudar a suavizar el consumo y disminuir la contracción económica.

Es necesario un IGSS con mucho mayor cobertura y que utilice la tecnología a fin de que su anquilosada burocracia se vuelva más eficiente, sus servicios estén mejor focalizados y su respuesta a los beneficiarios sea más rápida. Ciertamente, el IGSS no puede eliminar los riesgos que afectan a los trabajadores, pero sí puede ayudar a garantizar que, si ocurre una calamidad, ellos -y la economía- se recuperen. Es crucial aquilatar el papel del IGSS en la distribución y la suscripción de esos riesgos -en particular aquellos que las aseguradoras denominan "no asegurables"- a fin de propiciar un sistema de seguro social que dé suficiente flexibilidad para fomentar el empleo y la flexibilidad laboral, y aun así brindar protección cuando ocurre un siniestro.

Las crisis son las madres de las reformas. La necesaria modernización y fortalecimiento del IGSS demanda que sus dirigentes (Junta Directiva, Gerencia, directores y cuerpos técnicos) sean personas técnicamente capaces y conocedoras de la seguridad social. También demanda que la autonomía que al IGSS le confiere la Constitución de la República sea protegida y respetada por los tres poderes del Estado. Es esencial que el próximo nombramiento que el Presidente de la República debe hacer del futuro presidente de la Junta Directiva del IGSS y de su suplente recaiga sobre personas capaces e idóneas, que aprovechen la oportunidad de crear nuevas políticas de bienestar social que sean asequibles y que ayuden a los trabajadores a prosperar en una economía que enfrenta desafíos tecnológicos y culturales. De no hacerlo, las consecuencias pueden ser nefastas para la economía y para la paz social.

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