lunes, 19 de abril de 2021

PARA SALIR DE ESTA LARGA PANDEMIA

 LAS PERSPECTIVAS QUIZÁ NO SEAN TAN OPTIMISTAS COMO LAS PINTA EL FMI

 Este año, de acuerdo a las proyecciones del Fondo Monetario Internacional, la economía de Guatemala podría crecer a un ritmo de 4.5 porciento, recuperándose de la caída de 1.5 porciento que ocasionó la pandemia el año pasado, que registró la peor recesión en casi 40 años y de cuyas secuelas el nivel de empleo y de ingreso per cápita no se podrán recuperar tan rápidamente como, aparentemente, sí hará la producción de bienes y servicios.

 Sin embargo, las previsiones del FMI lucen, a primera vista, extremadamente optimistas. La persistencia de la crisis sanitaria generada por el Covid-19 ensombrece gravemente las perspectivas de recuperación a corto plazo; al mismo tiempo, la pandemia amenaza con agravar varias fragilidades estructurales del país, planteando importantes desafíos a largo plazo: los sectores de clase media han sido muy afectados en sus ingresos; el cierre prolongado de las escuelas públicas dañará las perspectivas y calidad del empleo de miles de futuros adultos; y, el Estado no solo ha mostrado durante la crisis sus severas limitaciones en la provisión de servicios básicos, sino que ha incurrido en déficits fiscales que ponen en riesgo la tan preciada estabilidad macroeconómica. De manera que las perspectivas a corto plazo están comprometidas ante la incertidumbre creada por la pandemia y las sombrías esperanzas de vacunación, mientras que las de largo plazo están amenazadas por la dislocación económica y social generada por una pandemia ya muy prolongada.

 Ante este panorama, lo que realmente apremia es que se acelere el acceso a las vacunas. Sin una vacunación masiva, rápida y efectiva, será imposible impulsar las perspectivas de crecimiento y salud que con tanto optimismo prevé el FMI. Esto requiere que se ejecuten cuanto antes los recursos aprobados desde hace varios meses para la compra y aplicación de las vacunas, y que se implementen sistemas locales de salud más fuertes, al tiempo que se redoblan los esfuerzos de contención, profilaxis y tratamiento de la enfermedad. Eso, en el cortísimo plazo.

 Para el mediano y largo plazos se necesita un esfuerzo triple para desatar el inmenso potencial de nuestra economía: reformas institucionales audaces para generar un clima empresarial favorable e impulsar el crecimiento económico; ampliar el acceso a la infraestructura, la educación, y la salud de alta calidad; y, medidas fiscales para recuperar le sostenibilidad y revertir muchos años de mediocre crecimiento. Así pues, los encargados de las políticas públicas deben hacer frente no solo al desafío inmediato que plantea la crisis sanitaria (que, aparentemente durará aún mucho tiempo), sino también deben impulsar las políticas clave para fomentar la inversión y el acceso a los servicios públicos básicos que generen el crecimiento de largo plazo que el país necesita.

1 comentario:

  1. Sin plan efectivo de vacunación, certeza jurídica, rendición de cuentas y refuncionalizacion de la Constitución de la República, especialmente en lo que se refiere al sistema de frenos y contrapesos, para evitar su violación sistemática, no solamente no habrá recuperación económica, sino que en el corto plazo veremos la ausencia y fuga de inversiones y la contracción de la demanda interna.
    No podemos continuar con un modelo económico fallido, que se basa en la exportación de la pobreza.

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COMENTARIOS DE LOS LECTORES:

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