La administración de justicia (al igual que la seguridad ciudadana o la salud pública) es un servicio público esencial que no debe suspenderse durante la pandemia
En reacción a la pandemia, las autoridades del
Organismo Judicial -OJ- han reducido significativamente las actividades de los
juzgados y han pospuesto los plazos legales mientras dure el estado de calamidad.
Aproximadamente el 70% del sistema de justicia se encuentra paralizado. El
porcentaje es cercano a 100% en el caso de los procesos civiles y mercantiles
Si una persona desea ejecutar un contrato, una hipoteca, un préstamo, un
divorcio, una demanda laboral, o un desalojo, difícilmente encontrará un tribunal
que pueda conocer su caso.
La paralización de los juzgados agudiza los ya graves impactos
económicos de la pandemia, ya que el sistema de justicia es esencial para el
intercambio económico. El mercado inmobiliario, los contratos mercantiles y la
creación de nuevos negocios se afectan por la paralización de los órganos judiciales.
Sin un sistema de justicia eficiente, será imposible que aumente la inversión.
En particular, el sistema bancario y el flujo de créditos puede verse muy
afectado por la parálisis del sistema de justicia.
A diferencia de Guatemala, las cortes alrededor del
mundo están innovando sus formas de trabajo para mantener al sistema
funcionando, al tiempo que protegen la salud de las personas: utilizando
videoconferencias para llevar a cabo audiencias; permitiendo a jueces,
defensores y fiscales trabajar de forma remota; emitiendo leyes para evitar el
colapso de los tribunales; autorizando la firma electrónica para iniciar
demandas por internet; permitiendo a los jueces utilizar plataformas en línea
para acceder a los expedientes, etcétera. Guatemala debería -con urgencia- seguir
estos ejemplos para asegurar que los ciudadanos puedan acceder a una justicia
pronta y cumplida.
Cabe recordar, como antecedente, que la Corte de
Constitucionalidad emitió en 2016 un reglamento para el funcionamiento de los
servicios electrónicos que permite presentar memoriales de forma electrónica,
digitalizar documentos, firmar electrónicamente las resoluciones, notificar electrónicamente
a las partes, y contar con un archivo digital. Por alguna extraña razón, el OJ se
ha quedado atrasado y, a pesar de la evidente necesidad, no ha sido capaz de emitir
un reglamento que permita que las distintas actuaciones judiciales se lleven a
cabo de forma electrónica.
Pareciera no haber conciencia de que la administración
de justicia es un servicio público esencial: ante algún brote de contagios, la
única solución que parecen ver las autoridades del OJ es cerrar más tribunales
(es como si la policía decidiera suspender actividades con la excusa de que
algunos agentes están contagiándose). La solución no es cerrar el servicio,
sino adaptarlo a las circunstancias. Eso es precisamente lo que plantea la
Iniciativa de Ley 5774 presentada hace algunas semanas al pleno del Congreso
(donde tampoco parece existir conciencia de la importancia y urgencia de
dictaminarla y aprobarla).
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