El primer paso que hay que dar es poner orden administrativo y obedecer el mandato legal de establecer un fondo específico alrededor del cual se transparente el manejo del régimen de clases pasivas del Estado
Por si los problemas fiscales de la coyuntura fueran
pocos (falta de un presupuesto aprobado, resolución de la Corte de
Constitucionalidad obligando a aumentar los gastos, poco dinero en caja)
existen diversas contingencias fiscales que, tarde o temprano, pueden generar
severos problemas a las finanzas públicas. Una de esas contingencias amenaza
con convertirse en un gigantesco agujero financiero: el pago de las pensiones a
los jubilados del estado. De hecho, este problema potencial que, hasta hoy,
parece estar escondido en las cuentas gubernamentales, está ya generando un
importante desequilibrio.
El Régimen de Clases Pasivas Civiles del Estado es un
esquema de reparto simple, o sea que lo que los trabajadores aportan mes a mes
es utilizado para pagar las pensiones de los trabajadores ya retirados. Por
desgracia, ante la deficiencia de los aportes provenientes de los trabajadores
activos en relación con los pagos a las clases pasivas, el régimen es
deficitario y, año con año, debe ser financiado con los impuestos que pagamos
el resto de guatemaltecos. El régimen es insostenible por diversas razones que
van desde las generosas condiciones para acceder a las jubilaciones, hasta el
insuficiente aporte de los trabajadores, pasando por la falta de un fondo
específico que pueda invertir sus reservas para obtener rendimientos, así como
por los enormes problemas de gobernanza de las pensiones estatales.
El año pasado, el monto pagado por pensiones a las
clases pasivas sobrepasó los Q5.1 miles de millones, de los cuales solo el 45%
fue cubierto con las cuotas (laborales y patronales) de sostenimiento; el resto
se cubrió con impuestos. El monto destinado a financiar el déficit anual del régimen
es enorme: representa el doble del presupuesto del Ministerio de Agricultura y
es superior al monto asignado al Ministerio de la Defensa. El déficit del
régimen está, además, creciendo rápidamente.
Es de destacar que el artículo 64 de la Ley de Clases
Pasivas del Estado indica que, para garantizar la permanencia del régimen, el gobierno
debe crear un fondo a ser administrado conforme a un reglamento específico; sin
embargo -como tantas otras disposiciones legales vigentes-, este mandato legal
se incumple impunemente. La ausencia de un fondo que sustente el régimen no
solo impide que este genere reservas (al contrario, ha generado reservas
negativas que deben cubrirse anualmente con impuestos), sino que también incide
en la falta de una gobernanza funcional y eficiente que administre los recursos
destinados a las pensiones estatales.
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