Muchos gobiernos alrededor del mundo están luchando contra los altos precios de los medicamentos
El precio de los medicamentos ha estado aumentando en
los últimos años, no solo en Guatemala, sino alrededor del mundo. La
Organización Mundial de la Salud estima que unos 100 millones de personas caen
en la pobreza anualmente a causa de lo que deben pagar por sus medicinas. Hay
evidencia de que los precios que se cobran por algunos medicamentos
-especialmente los asociados a enfermedades catastróficas- son, en efecto,
irracionalmente altos.
Ciertamente existen razones de mercado que explican en
parte esto, como el envejecimiento de la población, la mayor cobertura de
seguros médicos y la creciente demanda de una sociedad con más ingresos y
esperanza de vida. Pero también existen razones asociadas a los sistemas de
adquisiciones que -por ineficiencia y por corrupción- inflan artificialmente el
costo de la medicina. No hay que olvidar que las empresas farmacéuticas
obtienen monopolios (más o menos temporales) a través de patentes y contratos
otorgados por los gobiernos.
Muchos gobiernos alrededor del mundo están luchando
contra los altos precios de los medicamentos. En Guatemala, el tema ha cobrado
notoriedad luego de que las declaraciones del respetado médico Román Carlos
Bregni y del propio presidente Giammattei, denunciando los altos costos de las
medicinas, han puesto en evidencia la necesidad de aplicar urgentemente políticas
públicas efectivas para enfrentar el problema.
Esas políticas deben aplicarlas los dos mayores
compradores estatales –el Ministerio de Salud y el IGSS- y deben ser
equilibradas y cuidadosas para generar transparencia y competencia sin
desincentivar la oferta ni afectar la calidad de las medicinas. Hasta ahora,
las farmacéuticas han ejercido su enorme poder económico y prácticas agresivas
-y a veces ilícitas- para “convencer” a los médicos de recetar sus productos y
a las autoridades, de comprarlos a precios inflados.
Varias medidas pueden aplicarse, empezando por
acciones que promuevan la transparencia en el mercado de medicinas, como podría
ser un sistema permanente de publicidad de precios, o abordar la falta de
competencia con medidas enérgicas contra las tácticas empleadas por las
farmacéuticas para excluir competidores u obstaculizar el uso de medicamentos
genéricos. Y se puede recurrir a la experticia de agencias internacionales para
realizar procesos de compra por subasta más transparentes y eficientes.
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