Hace algunos días un
amigo me hizo llegar un interesantísimo documento histórico, muy oportuno en la
actual coyuntura de las finanzas públicas nacionales. Se trata del escuetísimo
proyecto de presupuesto de gastos del Estado de uno de los primeros años del
gobierno de Jorge Ubico. El escueto decreto gubernativo, de apenas 9 artículos,
propone los principales rubros de gasto de la hacienda pública autorizados por
Ubico para para el periodo anual 1931-1932, su segundo año de gobierno. Ese presupuesto
anual del Estado ascendió a Q12.3 millones de quetzales (cifra que contrasta
con los Q91 mil millones presupuestados para 2020).
Ahora bien, cabe
recordar que los convulsos años comprendidos entre 1920 y 1931 fueron políticamente
críticos para la economía nacional, enfrentada al desplome de las
exportaciones, la destrucción de la base fiscal, y el agobio de su deuda
pública. Se dice que cuando Ubico llegó al poder el saldo de la Tesorería era
de US$27. Con tan difícil situación el país estaba desesperadamente buscando al
caudillo mesiánico que resolviera la crisis: ecce Ubico. La crisis bancaria de 1931 y su manejo austero del
presupuesto fueron las claves de su gestión.
El presupuesto de 1932, planteó gastar el 13.7% del
gasto en educación, el 24.7% en seguridad ciudadana, el 12.7% en gasto social
(clientelar) y agrícola, y un 5.9% en gastos de funcionamiento de los tres
poderes del estado. En adición, se vio obligado a reservar el 27.6% para las
contingencias del pago de la deuda pública. ¿Cómo se compara eso con el
presupuesto planteado (no aprobado) para 2020? Aquí, el gasto en educación supera
el 19% (principalmente por aumentos salariales a los maestros), un 6.7% se irá
a seguridad ciudadana, un 33.7% al gasto social (clientelar), y un 6% para gastos
de funcionamiento; el pago de la deuda pública (gracias al pago de la Deuda
Ingresa en 1944) se ha reducido a un 16%. Los gastos de inversión de Ubico (en
plena austeridad) ascendían a 11.4%, mientras que los presupuestados para 2020 son
de 17.2%.
Por supuesto que hay un factor de inflación que debe
tomarse en cuanta para hacer comparaciones válidas entre las cifras de 2032 y
las de 2020. Aunque hubo poca inflación durante la dictadura ubiquista, a
partir de los años 50 nuestro país empezó a sufrir episodios inflacionarios. Se
estima que, de forma acumulada, la inflación superaría los 25,500%. Eso quiere
decir que algo que costaba Q1 en 1932, hoy costaría más de Q24 miles. En otras
palabras, el presupuesto de gasto del gobierno de Ubico en 1932 de Q12.3
millones podría comprar bienes y servicios por Q3,3023 millones en 2020, cifra infinitamente
menor al presupuesto de Q91 mil millones se estaba recetando el actual Ejecutivo
en su proyecto para le siguiente año.
Incluso si se le calcula el gasto público per-cápita,
el presupuesto en 1932 implicaría un gasto de unos Q 4 (de los de 1932) por
cada guatemalteco. El presupuesto de 2020 implicaría un gasto de poco más de Q17
mil (de los quetzales de 1932) por habitante. Ciertamente, Ubico fue un gobernante
extremadamente austero (se dice que su exhaustiva austeridad fue uno de las
razones de su colapso), pero no puede dejar de pensarse que, seguramente,
existen espacios para aplicar medidas drásticas de austeridad en nuestro
despilfarrador aparato estatal.
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