Los guatemaltecos están desencantados de la democracia y, en general, con política. Pero también lo están (y esta puede ser la razón de lo anterior) con la situación económica del país. Aún así, parecen estar felices con sus vidas...
Cada año la encuesta de Latinobarómetro proporciona
información muy ilustrativa sobre las percepciones de los latinoamericanos
respecto de la situación política y su visión sobre la democracia, pero también
arroja interesantes datos sobre la forma en que los habitantes de la región
perciben su situación económica y de bienestar general. Para el caso de
Guatemala, la más reciente encuesta, publicada este mes, aporta sorprendentes
revelaciones.
De todos los latinoamericanos, los guatemaltecos son
quienes menos apoyan la democracia: solo un 31% de los encuestados dijo
preferir la democracia a cualquier otra forma de gobierno (el promedio de
América Latina fue de 54%). Guatemala es también, junto con Uruguay, la
sociedad que menos credibilidad (34%) confiere a los políticos (contra un 46%
para el promedio latinoamericano). En gran medida, esa insatisfacción con la
democracia y el sistema político refleja una insatisfacción ciudadana respecto
de su bienestar económico.
En efecto, solo un 15% de los guatemaltecos (contra un
24% de los latinoamericanos) cree que el país esté progresando y solo un 18%
(20% para Latinoamérica) está satisfecho con la situación económica del país. Al
igual que el resto de la región, en Guatemala se percibe que los problemas más
importantes del país están asociados a la inseguridad, el desempleo, el
estancamiento económico y la corrupción.
El 20% de los guatemaltecos encuestados consideran que
la delincuencia es el principal problema del país, mientras que el 28% de los
encuestados lo ven en el campo económico (desempleo, falta de crecimiento y
pobreza). Lo más preocupante es que Guatemala es el país donde la población
está más aterrada con la delincuencia: un 26% teme todos los días ser víctima
de un acto delictivo (contra un 12% en la región). Ese estado de psicosis es,
por supuesto, un importante obstáculo para la actividad económica.
La corrupción (otro importante lastre para la
economía) también es percibida por los guatemaltecos como un problema
importante; y, aunque un buen porcentaje (58%) de los encuestados confía en que
la corrupción puede combatirse, un preocupante 40% estaría dispuesto a
tolerarla a cambio de que el gobierno solucionara los otros problemas
esenciales del país. Lo que es más grave, la elevada tolerancia a la corrupción
se manifiesta también en que el guatemalteco es el latinoamericano que más
justificación le ve a la evasión de impuestos.
Lo anterior no solo es compatible con la desconfianza
que se tiene respecto del gobierno y el sistema político, sino también lo es
con la insatisfacción que los guatemaltecos manifiestan respecto de su
situación económica: el 60% de encuestados manifestó que sus ingresos no le
alcanzan para vivir, porcentaje que no solamente es muy superior al de
Latinoamérica en promedio (46%), sino que es el segundo más elevado de la
región, solo inferior al de Venezuela.
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