Para poder acelerar su ritmo de crecimiento, el aparto productivo nacional debe enfocarse en los productos de consumo, tanto en el mercado local como en el extranjero. Ello requiere un esfuerzo específico de las empresas y un apoyo decidido del Estado
La economía nacional (por el lado de la demanda de
bienes y servicios) tiene cuatro motores: lo que consumen los hogares
guatemaltecos (consumo privado); lo que nos compran desde el exterior
(exportaciones); lo que gastan las empresas, familias y gobierno en aumentar su capital físico
(inversión); y lo que gasta el gobierno en su funcionamiento (consumo público).
De los cuatro, el más importante es el consumo
privado, que representa más del 85% del PIB y es el que, merced a que la
población crece vegetativamente, ha mantenido creciendo la economía alrededor
de su tendencia de largo plazo. Los otros tres motores son mucho menores. La
inversión y el consumo público son demasiado pequeños para afectar
significativamente el crecimiento del PIB en el corto plazo. Las exportaciones,
por su parte, representan algo más de la cuarta parta del PIB, y son las
causantes de que la economía experimente pequeñas aceleraciones o
desaceleraciones temporales en función del desempeño de la economía mundial.
Por lo tanto, en el entorno internacional actual,
donde la demanda por productos primarios se ha desplomado y la inversión física
permanece estancada, es evidente que, al menos en el mediano plazo, la
producción nacional solo podrá crecer más rápidamente si se enfoca en atender
la demanda de los consumidores, tanto en el exterior (exportaciones) como en el
mercado interno (consumo privado). Para ello, tanto el gobierno como el sector
empresarial deben identificar en qué segmentos existe demanda, poder de compra
e intención de gasto, y en dónde se encuentran esos consumidores y qué quieren
comprar.
Respecto de los consumidores en el exterior debe
tomarse en cuenta que, de acuerdo a estudios recientes del McKinsey Global
Institute, más del 90 por ciento del crecimiento en el consumo mundial en los
próximos 15 años provendrá de las ciudades. Para Guatemala resulta
significativo que tres de las cien ciudades que más contribuirán a ese
crecimiento (México, Monterrey y Bogotá) estén en una geográfica y comercial
que las ubica como un mercado potencial para nuestras exportaciones.
Según el mismo estudio, los segmentos poblacionales a
los que deben apuntar las empresas son, en su orden, el de los jubilados en los
países desarrollados; el de la población en China en edad de trabajar; el de la
población en Norteamérica en edad de trabajar; el del adulto mayor en China; y,
el de la población en edad de trabajar en Latinoamérica. Los empresarios
guatemaltecos, con el apoyo del gobierno, deberán analizar la manera de acceder
a tales consumidores.
En cuanto a los consumidores en el mercado doméstico,
es necesario que el sector público y el privado unan fuerzas para impulsar la
productividad y, así, elevar el nivel de ingresos de la población para crear
una clase media con amplia capacidad de consumo. Ello conlleva mejorar, a
mediano plazo, la infraestructura, el clima de negocios, la educación, la salud
y las instituciones públicas. En el corto plazo, las empresas deben esforzarse
en conocer bien sus mercados y comprender sus patrones de compra para así diseñar
sus productos, manejar su distribución y dirigir sus marcas a segmentos
específicos, partiendo de la conciencia de que el nuestro es un mercado
altamente estratificado.
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