viernes, 13 de marzo de 2015

Viento de Cola Desperdiciado

Las economías de Centroamérica difícilmente estarán en capacidad de aprovechar el ambiente internacional favorable

Este año el ambiente económico externo luce favorable para Centroamérica. Pese a las debilidades en Europa y a la desaceleración en China, el mayor dinamismo del empleo y del comercio en los Estados Unidos (principal destino de las exportaciones de la Región) y los bajos precios de los combustibles auguran un entorno positivo para la actividad productiva en los países centroamericanos. La gran duda es si estos sabrán aprovechar este viento de cola favorable para navegar hacia un horizonte de mayor crecimiento económico y bienestar material para sus habitantes.
En efecto, el sólido desempeño de la economía gringa incidirá positivamente en los flujos de dólares de las exportaciones y de las remesas familiares hacia el Istmo. Por otra parte, los términos de intercambio tendrán  un giro favorable para nuestros países, merced a los bajos precios del petróleo y a la caída en los precios de otros bienes primarios en los mercados internacionales. Esto significa una mayor capacidad de compra para los centroamericanos, lo cual favorece sus niveles de consumo y de demanda agregada.
Por su parte, la inflación mundial está bajo control, lo cual otorga importantes grados de holgura a la política monetaria interna que puede estar en posibilidad de reducir las tasas de interés como lo hizo el Banco de Guatemala hace algunos días. Además, aún hay una abundante liquidez monetaria en el mundo que redunda en tasas de interés bajas para financiar la actividad productiva.
Sin embargo, diversas falencias podrían impedir que nuestros países saquen provecho de esos vientos favorables, empezando con que, a medida en que el dólar estadounidense se está fortaleciendo y las monedas de otros países (en Latinoamérica, Asia y Europa) se deprecian, las monedas centroamericanas se están apreciando, lo que significa una pérdida de competitividad respecto del resto del mundo. Pero eso es sólo un problema temporal.
Los problemas más graves de nuestras economías son las rigideces estructurales que se manifiestan de múltiples formas. Así lo refleja, por ejemplo, el bajo nivel del Índice de Desarrollo Humano (especialmente en Guatemala, Honduras y Nicaragua) que desnuda la debilidad estructural del capital humano, lo que se convierte en un obstáculo para competir en el mundo y nos condena a apostar por líneas de producción basadas en mano de obra barata.
Asimismo, los bajísimos niveles de ahorro doméstico y, por ende, de inversión (que en El Salvador y Guatemala están por debajo de 15% del PIB, cuando en varios países de Asia supera el 30%) que le ponen un tope a nuestra capacidad de producción. Lo que es peor, el clima de negocios no ofrece un entorno atractivo para nuevas inversiones (locales o foráneas), como lo demuestran las bajas calificaciones de nuestros países en el Índice de Competitividad Global y en el Doing Business, y lo confirman nuestros pobres resultados en el Índice de Percepción de Corrupción (en los casos de Guatemala, Honduras y Nicaragua). A eso se agregan los problemas de violencia y criminalidad que claramente perjudican el clima de negocios (especialmente en el Triángulo Norte).
Y lo peor es que la capacidad de los estados centroamericanos para enfrentar esta problemática se ve seriamente mermada por la debilidad de las instituciones gubernamentales y su raquitismo fiscal que se refleja en un muy elevado endeudamiento (los países centroamericano, excepto Guatemala, tienen deudas públicas mayores al 40% del PIB) e incapacidad para invertir en capital físico y humano (especialmente en el caso guatemalteco).
De manera que aunque los vientos de cola de la economía internacional son favorables, las economías de Centroamérica –todas ellas gobernadas por élites políticas acomodadas a un esquema cortoplacista de búsqueda de réditos inmediatos- difícilmente estarán en capacidad de aprovecharlos para emprender las reformas estructurales necesarias para acelerar su desarrollo económico y hacerlo sostenible en el tiempo. En el próximo Seminario Centroamericano de Consultores para el Desarrollo –COPADES-, que tendrá lugar el jueves 19 de marzo en esta ciudad de Guatemala, podrán analizarse y discutirse a profundidad estos temas con un grupo de expertos provenientes de cada país de la Región venga a presentar las perspectivas de sus economías para 2015.

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