jueves, 1 de mayo de 2014

Un Nuevo Escenario Mundial

La Reserva Federal (banco central) de los Estados Unidos ha empezado a reducir su política de expansión monetaria, lo cual va a revertir definitivamente la abundancia de liquidez monetaria mundial, con repercusiones para Guatemala. La pregunta relevante ahora no es si acaso subirán las tasas de interés, sino más bien cuándo comenzarán a hacerlo.
En su más reciente reporte (Perspectivas de la Economía Mundial, de abril de 2014) el Fondo Monetario Internacional –FMI- señala que, aunque la recuperación mundial aún es frágil, el crecimiento de la producción mundial se acelerará en alrededor de 0.6 puntos porcentuales al pasar de 3.0% en 2013 a 3.6% en 2014. En la medida en que los países desarrollados dan señales más sostenidas de recuperación, empiezan a retirar sus políticas de estímulo monetario, lo cual implicará una gradual reducción en los niveles de liquidez a nivel global que, a su vez, encarecerá el acceso al financiamiento en los mercados internacionales.
La gradual restricción en las condiciones monetarias y de liquidez en los mercados financieros mundiales tendrá el efecto adicional de revertir la dirección de las corrientes financieras, de manera que han empezado a aparecer presiones a la depreciación de las divisas en los mercados emergentes, dejando expuestos a los países que sufren de posiciones fiscales débiles y poco control sobre la inflación. La pregunta relevante no es si acaso subirán las tasas de interés, sino más bien cuándo comenzarán a hacerlo. En tal sentido, es de esperar que estas economías enfrenten crecientes dificultades para financiar sus déficits fiscales en los mercados externos debido a mayores costos por conceptos de tasas interés y una mayor depreciación de sus monedas.
Consecuentemente, es de crucial importancia que tanto el sector público como el sector privado guatemaltecos estén preparados para afrontar estos cambios en las condiciones de liquidez que significarán un encarecimiento del financiamiento externo y una reversión en la dirección de las corrientes de capital. En efecto, después de un largo periodo de flujos de capitales positivos hacia los mercados emergentes y las economías en desarrollo, el inicio de la reversión en la dirección de estos flujos implicará que economías como la guatemalteca deberán enfrentarse a condiciones financieras externas más volátiles y a mayores primas por riesgo, por lo que tendrán que lidiar con una serie de vulnerabilidades macroeconómicas y apuntalar una economía más sana y resistente ante los vaivenes externos.
En tal sentido, resulta positivo y muy oportuno que las autoridades económicas de gobierno y dirigentes del sector empresarial estén reactivando sus esfuerzos de coordinación para priorizar el seguimiento de la calificación de riesgo-país. Dicha calificación se refiere a las evaluaciones periódicas que sobre los principales factores de riesgo, retos y puntos fuertes de la economía nacional, elaboradas por las Agencias Calificadoras: Standard & Poor´s, Moody´s y Fitch Rating, las cuales buscan medir la eventualidad de que el país incumpla sus obligaciones crediticias con algún acreedor extranjero, por razones fuera de los riesgos usuales que surgen de cualquier relación financiera.
Las principales fortalezas de nuestra economía, según dichas calificadoras, son que contamos con una estabilidad macroeconómica sostenida, un déficit fiscal manejable con un nivel relativamente bajo de endeudamiento, una reconocida estabilidad monetaria bajo un sistema creíble de metas de inflación, y un déficit externo (balanza de pagos) moderado (el más bajo de Centroamérica). El primer desafío para Guatemala ante el nuevo escenario económico mundial consiste, entonces, en sostener y apuntalar estas fortalezas, lo cual supone mantener aplicación prudente y disciplinada de las políticas fiscal y monetaria por parte del Ministerio de Finanzas y del Banco de Guatemala, respectivamente.
Una vez logrado lo anterior, el desafío pasa a ser el de revertir los factores que las referidas calificadoras han identificado como los más riesgosos: la falta de avances en el tratamiento de los factores estructurales que han contribuido a la disminución relativa de la capacidad económica del país, la ausencia de mejoras sustanciales en la recaudación de impuestos, el bajo nivel en los indicadores de desarrollo social, la debilidad de las instituciones públicas y los niveles de delincuencia asociada al crimen organizado. Estos son los retos que el nuevo entorno mundial impone para lograr las reformas estructurales que promuevan la inversión y proporcionen la base para el crecimiento económico y el desarrollo social del país.

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