viernes, 21 de septiembre de 2012

Crisis Europea: Impacto en Centroamérica


La situación es cada vez más compleja: la mitad de Europa está ya en recesión o al borde de ella

La tormenta económica en Europa no da señales de amainar. En los últimos meses la incertidumbre ha aumentado ante la ausencia de soluciones claras y definitivas a la crisis fiscal y financiera, lo que ha conducido a un nuevo episodio recesivo en la Eurozona. La subsecuente caída en el comercio mundial significa menos dinamismo para las exportaciones y la producción de las economías en desarrollo. Cuán expuestas están las economías centroamericanas a estos avatares de los mercados mundiales fue tema de análisis en el Seminario Centroamericano organizado por Consultores Para el Desarrollo –COPADES- el mes pasado.
El tema es muy pertinente porque la situación es cada vez más compleja: la mitad de Europa está ya en recesión o al borde de ella, las finanzas públicas continúan débiles,  los indicadores de confianza siguen golpeados, y los problemas de la banca y de la deuda privada no se resuelven. La salida a esta situación requiere de un cambio institucional profundo y de un liderazgo político adecuado que lucen remotos, dado lo difícil que resulta financiar el elevado desequilibrio fiscal en la Eurozona y lograr la necesaria coordinación de políticas fiscales.
Además, los ajustes requeridos para mejorar la competitividad europea se ven limitados por las restricciones propias de una moneda única. La necesidad de mayor flexibilidad en los mercados laborales enfrenta oposición sindical. A su vez, la situación de los bancos y su disperso marco regulatorio claman por la unificación de los sistemas de supervisión financiera. Urge una acción efectiva para revertir la espiral de deterioro de las expectativas y la pérdida de confianza en los mercados.
En este contexto, hace unas semanas los líderes de la Unión Europea alcanzaron importantes acuerdos, entre los que destacan la creación de un esquema de supervisión y resolución bancaria regional, y la definición de algunos aspectos para rescatar la banca española, incluyendo ayuda financiera directa de la Unión a los bancos sin pasar por los gobiernos respectivos. También se avanzó en el establecimiento de mecanismos de financiamiento en caso de requerirse ajustes macroeconómicos, sujetos al cumplimiento de condicionalidades y objetivos en materia fiscal y financiera.
Estas medidas tardarán en rendir frutos y, mientras tanto, la compleja situación fiscal y financiera de Eurozona se traducirá en incertidumbre y mayor aversión al riesgo en los mercados financieros internacionales, lo que podría afectar los flujos económicos desde y hacia economías como las centroamericanas.
Existen cuatro canales de transmisión a través de los cuales de podrían transmitir estos efectos a nuestra Región. Un canal es el de las remesas familiares, que representan un 9% del PIB regional, las cuales no han disminuido este año, lo que es indicativo de que el crecimiento económico en los Estados Unidos (principal fuente de las remesas), aunque mediocre, aún es suficiente para mantener estos flujos. Un segundo canal es el del turismo, cuyos flujos pesan un 2% del PIB regional, que tampoco han mostrado signos de deterioro en lo que va de 2012.
El tercer canal, el de las exportaciones, cuyos ingresos equivalen al 24% del PIB centroamericano, han sufrido una clara desaceleración asociada más al mediocre crecimiento de la economía estadounidense que al desplome de la economía europea. El cuarto canal es el de los flujos de capital, tanto de inversión financiera como de inversión extranjera directa; esta última ha registrado cierta merma durante 2012 en todos los países centroamericanos, pero por fortuna solamente representa un 4% del PIB.  Por último, los flujos financieros podrían no ser una fuente de contagio sino que, incluso, podrían verse atraídos hacia Centroamérica si los mercados internacionales perciben en esta región, temporalmente, menos incertidumbre que en Europa.
Por ende, en tanto la crisis europea no contagie severamente a los Estados Unidos, la situación de la economía internacional no es completamente adversa para Centroamérica. Sin embargo, el panorama todavía es frágil e incierto, y la crisis en Europa podría profundizarse y contagiarse al resto del mundo. Ante ello, las políticas económicas de los países centroamericanos deben guardar extrema prudencia y evitar la tentación de ponerse creativas.

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