viernes, 17 de diciembre de 2010

Responsabilidad Fiscal

Benjamín Franklin dijo que en el mundo la única certeza que existe es que habremos de morir y de pagar impuestos (en Guatemala, otra certeza es que la final de fútbol será siempre entre rojos y cremas). Y el tema de los impuestos parece estar, por enésima vez, en la agenda del Congreso para 2011. Es muy probable que, como de costumbre, el debate se convierta en un círculo vicioso de argumentos que requerirá de algún elemento externo que ayude a llegar a algún consenso. Uno de esos elementos podría ser la discusión, en paralelo, de una ley de responsabilidad fiscal como la que se ha emitido en otros países (un ejemplo exitoso es el de Brasil) para asegurar que los recursos tributarios se utilizan de manera eficiente.

§ POLÍTICAS PÚBLICAS

RESPONSABILIDAD FISCAL

En el Congreso de la República se está hablando, otra vez, de un paquete de reformas tendiente a aumentar los ingresos tributarios. La llamada Ley Antievasión II es un nuevo intento por mejorar los magros recursos financieros del Estado aunque, a diferencia de esfuerzos precedentes, esta vez se piensa aprobar en medio del fragor de la batalla política del año electoral.

Las razones para buscar aumentar la recaudación de impuestos han sido esgrimidas y repetidas no sólo por el actual gobierno, sino por cada uno de los gobiernos de esta época democrática sin importar su signo político: la necesidad de invertir en infraestructura para impulsar la productividad del país; la importancia de elevar la calidad de la educación y la salud públicas para mejorar las condiciones de vida de los guatemaltecos; o, la urgencia de asegurar estándares alimentarios mínimos que permitan superar los vergonzosos indicadores de desnutrición infantil del país; son estos sólo algunos de los más convincentes argumentos a favor de aumentar la carga tributaria.

A ellos se agregan, por supuesto, los argumentos técnicos que los organismos internacionales suelen recordarnos con frecuencia: Guatemala tiene, en relación con su tamaño económico, uno de los gobiernos más pequeños del mundo y cuyo enanismo financiero le impide atender sus obligaciones esenciales en materia de provisión de servicios de seguridad, justicia, salud, educación, etcétera.

La innegable contundencia de estos argumentos se enfrenta, sin embargo, con la contra-argumentación que hace tan complejo el debate fiscal en nuestro país: si el gobierno quiere recursos tributarios, debería demostrar que los mismos se van a utilizar conforme a las prioridades de desarrollo del país y que no se perderán en la compleja maraña de ineficiencia y corrupción que se percibe en el manejo de la cosa pública.

Las incesantes noticias y rumores sobre prácticas de enriquecimiento ilícito en la ejecución de obras públicas; la opacidad en el uso de los recursos fiscales (¿alguien ha visto publicados, por ejemplo, los estados financieros o la ejecución presupuestaria de la USAC, que ahora tanto exige –en campos pagados- que se le asigne su cuota de ingresos?); o, la ineficiencia en el gasto (¿alguien recuerda cómo se dilapidaron los recursos de la privatización de empresas del Estado?); son estos sólo algunos de los más convincentes argumentos en contra de aumentar la carga tributaria.

No será fácil romper con ese diálogo de sordos en que se ha convertido el debate tributario, pero es menester intentarlo; una posible fórmula puede encontrarse en la experiencia de varios países que han emitido las llamadas Leyes de Responsabilidad Fiscal –LRF-, que buscan establecer reglas precisas para asegurar una adecuada gestión de las finanzas públicas y que incluyen tanto normas que ponen restricciones sobre la orientación de la política fiscal en términos de ciertos agregados fiscales, como normas de transparencia que buscan fijar determinadas prácticas administrativas.

La discusión de una LRF, que podría ayudar a revitalizar un pacto fiscal entre el gobierno, el estamento político y la sociedad civil, incluiría, en primer lugar, un conjunto de límites cuantitativos y cualitativos para variables tales como el déficit fiscal, la deuda pública o el gasto social, todas ellas con una perspectiva de mediano plazo y en función del rol anticíclico que debe desempeñar la política fiscal.

En segundo lugar, una LRF establecería la obligación de publicar periódicamente informes sobre el logro de los objetivos o metas fiscales. También incluiría la elaboración y publicación, por parte de todas las entidades del sector público (incluyendo el Gobierno Central), de estados financieros auditados que certifiquen la veracidad de la información. Finalmente, la LRF incorporaría la aplicación estricta de sanciones a quienes incumplan sus preceptos, con el apoyo de juzgados independientes y, preferentemente, especializados en temas fiscales.

Una LRF no es panacea, pero el solo hecho de considerar su discusión puede proveer los elementos de credibilidad y confianza que tanto se necesitan a la hora emprender cualquier proceso de negociación política en materia de impuestos.

COMENTARIOS DE LOS LECTORES
sergio licardie V 14-12-2010 09:51:17 horas
Hay una deficiencia enorme ante la integridad del gasto que se programa. Hoy dicen que el 50% se desvía a fines no planeados presupuestamente y los países no se administran de esa forma. Ya es tiempo que el CACIF, los que dan el pisto, se pongan los pantalones porque están demostrando complicidad o incompetencia. El dinero de los impuestos es para servir al pueblo

HERIBERTO HERRERA 14-12-2010 09:54:27 horas
Nuestros empresarios son los que más se oponen al pago de impuestos que en ley les toca pagar y los evaden, este sector nunca a visto por mejorar la calidad de vida de sus trabajadores y solo ven como hacer más ganancia y se olvidan de sus obligaciones allí tenemos ya el primer lugar en Lationoamérica en desnutrición, sí el estado recaudara realmente lo que debería en materia de impuestos hubiera dinero para invertirlo en programas de desarrollo humano, señores oligarcas cumplan con sus obligaciones

Oscar Prado 14-12-2010 10:47:57 horas
Guatemala necesita de manera urgente e inmediata que se apruebe LRF, pues de esta manera muchos guatemaltecos se verían beneficiados con lo que evaden los empresarios descarados que hacen lo que se les da la gana con las obligaciones que tienen de cumplir con la economía del país, pues no es posible que encima de que se enriquecen a diario con nuestro dinero, tengan el descaro de evadir impuestos como mas se les dé la gana, y seguir como que nada pasa.

Angela Escobar 14-12-2010 10:50:00 horas
En nuestro país se le da a los empresarios la posibilidad de tener sus empresas, pero con eso se aprovechan de una mano de obra barata, materia prima casi regalada, salarios que no son dignos de un trabajador promedio, y además una evasión de impuestos más descarada que la misma palabra, por esto y otras cuantas razones más es que URGE LA LRF.

Daniela Gutierrez 14-12-2010 10:51:34 horas
No es posible seguir pensando en que la reforma fiscal es únicamente una posibilidad, esto es una necesidad inmediata que se tiene por mejorar la situación de todo el país, pero como siempre brincan los que se sienten amenazados por esta (empresarios). No podemos seguir permitiendo que nuestra gente siga en las condiciones tan inhumanas en las que trabajan, solo porque son la mano de obra que ayuda al empresario a hacerse mas rico a costa de su sudor y del Estado de Guatemala.

Sofia Medina 14-12-2010 10:53:27 horas
La riqueza de nuestro país sigue concentrada en las mismas manos, y ya no podemos seguir permitiendo esa clase de abusos para los ciudadanos que lo único que requieren es un salario digno para poder ofrecerle a su familia y a ellos mismos una calidad de vida digna. Entonces por que seguimos tan complacientes ante lo que a ellos se les viene en gana. Es ahora el momento de actuar y decir que ya no estamos dispuestos a permitir la opresión que vivimos a diario, solo por ser quienes los enriquecen.

Adeela Franco 14-12-2010 10:54:59 horas
Si nuestro país tiene mano de obra, no es razón para que se aprovechen de esto. Vivimos en un país que es rico, pero como esa riqueza está concentrada en las manos de los más poderosos del país, entonces porque si tienen dinero suficiente no se toman la molestia de cumplir como un ciudadano más que paga y cumple sus impuestos. Pero como a ellos no se les da la gana pagarlo, nosotros tenemos que vernos afectados por sus caprichos. Que mal que no sean conscientes de esto!

Mariano Ruano 14-12-2010 11:05:31 horas
Si el Estado ha servido como instrumento de enriquecimiento a causa de privatizaciones y minar la gestión pública solo ha un grupo minúsculo. Es necesario que estos grandes evasores permitan que el Estado se convierta en el instrumento que provea desarrollo a un inmenso grupo. Se necesita que la ley antievasión en verdad sea el punto de lanza para el progreso del país.

Gloria Murga 14-12-2010 11:07:17 horas
Si al empresariado no le conviene una reforma tributaria que ayude al fortalecimiento de Guatemala pues no les conviene perder todos los beneficios que tienen ahora con una mano de obra servil e insumos más que regalados. El Estado ya no se puede sostener con tan pocos recursos, con la aprobación de la ley antievasión se podría lograr más fácilmente una reforma tributaria.

Sergio Diaz 14-12-2010 11:08:43 horas
Sin una reforma fiscal no se pueden llevar a cabo programas públicos de beneficio social, es verdaderamente una irresponsabilidad de parte de los empresarios no querer cumplir con el Estado. Al parecer no les hace falta una población educada y un Estado fuerte que tenga la capacidad suficiente de gestión, Guatemala además de tener la menor carga tributaria de América Latina, es la que más concentración de riqueza en pocas manos tiene.

Erick Lopez 14-12-2010 11:10:31 horas
La visión conservadora de la oligarquía solamente promueve desigualdad e injusticia porque no proveen un verdadero desarrollo a la población, además de beneficiarse por medio de la explotación de mano de obra casi servil se han acomodado en una estructura pública poco funcional y por eso es más fácil corromperla a su conveniencia. Urge aprobar la ley anti evasión para que la desigualdad e injusticia no siga enraizándose en la sociedad.

Amanda Rangel 14-12-2010 11:12:07 horas
A pesar que Guatemala le da a los empresarios las facilidades para que puedan prosperar rápidamente las empresas, a pesar de ello la clase dominante ha debilitado por décadas al Estado para que este se vea imposibilitado de cumplir con lo que manda la Constitución y solo sirva para facilitar su enriquecimiento. Haber con que salen para frenar la ley antievasión.

Marco Antonio Villeda Sosa 14-12-2010 16:09:39 horas
No es pagando más impuestos o incrementar los impuestos como Guatemala tendrá más dinero para sus ingresos fiscales lo que tiene que hacerse es que se pagen los impuestos sin el famoso y destructivo credito fiscal que devuelve el dinero a los contribuyentes si se va a contribuir al estado, el gobierno tendria los ingresos necesarios para el estado aunque lo sucede es la irresponsabilidad y el despilfarro que prefiere la clase mediocre politiquera que no ha servido para gobernar Guatemala.

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