jueves, 11 de marzo de 2010

¿Dónde Está el Consejo Nacional de Seguridad?

Tal vez de tanto repetirlo alguien me hace caso: no hace falta inventarse ninguna estrategia de seguridad nacional, lo que hace falta es poner en práctica la Ley Marco del Sistema Nacional de Seguridad que está vigente desde hace dos años, pero que NADIE (ni el gobierno ni la oposición) parece estar interesado en aplicar. ¿Por qué no se reune el Consejo Nacional de Seguridad, como lo manda la Ley? ¿Por qué las comisiones del Congreso que por ley deben fiscalizar el cumplimiento de la Ley Marco no se reúnen a tratar el tema? ¿Por qué la Secretaría Técnica del Consejo no prepara y presenta para su aprobación la Agenda Estratégica de Seguridad y los planes anuales de seguridad, tal como lo manda la ley? ¿Será acaso, como dice un amable lector de mi columna en Siglo XXI, que la mafia y la corrupción están tan enraizadas en el Estado que impiden la aplicación de la ley? No se pierda el próximo episodio de esta tragedia...

Opinión

¿Dónde está el Consejo Nacional de Seguridad?
No es posible enfrentar los crecientes niveles de criminalidad y violencia sin que exista una estrategia coordinada y de largo plazo.
Mario A. García Lara mglara@sigloxxi.com

Los graves acontecimientos que afloraron la semana anterior en torno al Ministerio de Gobernación y a la Policía Nacional Civil confirman la precariedad de las instituciones encargadas de la seguridad ciudadana. Cambian los ministros cada seis meses y ninguno parece tener claro cómo enfrentar el problema; por su lado, las iglesias, la Usac y la PDH (que no son, por cierto, expertas en seguridad) proponen un plan de seguridad que el Gobierno quisiera, pero no puede, aplicar y que sus cuatro creadores quisieran, pero no pueden, fiscalizar. A todo esto, nadie parece recordar que existe una Ley Marco del Sistema Nacional de Seguridad que podría ser la respuesta a muchos de los desafíos existentes.
En teoría, la Ley Marco creó el sistema Nacional de Seguridad para coordinar las instituciones y políticas de seguridad mediante su máxima autoridad, el Consejo Nacional de Seguridad, el cual está integrado por el Presidente de la República, el Vicepresidente, el Ministro de Relaciones Exteriores, el Ministro de Gobernación, el Ministro de Defensa, el Secretario de Inteligencia Estratégica y el Procurador General de la Nación. Al Consejo se le asignó una Secretaría Técnica para brindarle apoyo técnico y administrativo. La Ley creó también, por una parte, una Comisión de Asesoramiento y Planificación que debería estar integrada por profesionales en materia de seguridad para apoyar al Consejo en la formulación de los planes de seguridad y, por otra, el Instituto Nacional de Estudios Estratégicos en Seguridad para profesionalizar el recurso humano idóneo.
En la práctica, el Consejo apenas se ha reunido; la Secretaría Técnica padece una aguda escasez de recursos; la Comisión de Asesoramiento sólo tiene un integrante; y, el Instituto de Estudios brilla por su ausencia.
Cualquier estrategia de seguridad ciudadana, bajo las dramáticas condiciones actuales, debe comenzar por una amplia reforma y modernización institucional que se enfoque en solventar sus evidentes falencias en las áreas de liderazgo, capacitación, mecanismos de control y fiscalización, así como problemas en materia de investigación e inteligencia.
No es posible enfrentar los crecientes niveles de criminalidad y violencia sin que exista una estrategia coordinada y de largo plazo que identifique y afronte los múltiples desafíos existentes, y que enfatice el fortalecimiento institucional, particularmente en cuanto a la reforma policial y judicial, con un equilibrio entre medidas preventivas y medidas represivas. Todo ello está contemplado en la Ley Marco que nadie parece preocuparse en cumplir.
El Consejo Nacional de Seguridad no funcionará si los fiscalizadores internos y externos del Sistema (también previstos en la Ley) no actúan como deben.
Por ejemplo, el Consejo está obligado a informar al Congreso de la República al menos una vez al año (o cuando éste lo requiera) sobre sus funciones. ¿Por qué, hasta ahora, el Congreso no ha hecho uso de esa facultad? Además, una Comisión Legislativa específica de Asuntos de Seguridad Nacional e Inteligencia (creada por Ley e integrada por un diputado de cada partido) debe evaluar el funcionamiento del Sistema Nacional de Seguridad, así como analizar los informes que éste debe remitir y dictaminar sobre todo proyecto vinculado a los sistemas de seguridad y de inteligencia. ¿Por qué esta comisión legislativa no ha emitido tales análisis y dictámenes?
Es cierto que la situación es compleja y que no existen soluciones mágicas. Pero ganaríamos mucho si existiera claridad en empezar por el principio, que no es otro que el fortalecimiento institucional. La Ley Marco del Sistema Nacional de Seguridad marca el camino a seguir para tal efecto, incluyendo la ruta para elaborar un plan nacional de seguridad integral que identifique la gama de amenazas y riesgos, el mejoramiento de los procesos de selección y formación de personal idóneo, el fortalecimiento de los mecanismos de control y supervisión internos y externos, así como el reforzamiento de las capacidades de investigación e inteligencia. Sólo hay que cumplir la ley.

Opinión de los lectores:

Rudy Gonzalez Gonzalez 09-03-2010 07:05:19 horas
Y usted se pregunta, ¿dónde están todos esos politiqueros que no hacen nada? Vea el caso de Nineth, ¿algún partido de oposición dice algo? Los del PP, calladitos, porque creen que ellos son los siguientes en gobernar, pero es imposible, que este general Otto Pérez, llegue a Presidente. Imagínese, dejar a una mujer que es nula en el Congreso, Baldetti, de Secretaria General del Partido. Diputada, que sólo a coquetear llega.


Juan 09-03-2010 11:51:04 horas
El principal impedimento para que se implemente la ley marco, o cualquier otra estrategia para mejorar la seguridad, es lo encumbrado que está dentro del Gobierno, el crimen organizado, los narcotraficantes y tantos otros grupos que operan al margen de la ley. Por ello, no podemos esperar nada de los políticos. Es triste que los empresarios se sirvan de este desgobierno y tampoco les interese solucionarlo, pero llora sangre que la juventud esté dormida y deje que Guatemala se nos muera.



Juan Jose Robles 09-03-2010 22:46:52 horas
La famosa ley Marco, marcó solamente el principio de “su fin”. Ya lo dijo Pepe Batres Montufar,”mientras mas leyes hay, mas contrabando”. Y esto es lapidario. No se necesita de una burocracia aplastante para combatir la impunidad y la corrupción. Lo que se necesita son funcionarios honestos, patriotas, y dedicados a su labor de gobierno, como lo hace Nineth Montenegro. Guatemala lo que necesita es un líder, que a costa de sacrificios si necesarios son, actúe con valentía y conocimiento.



R.Goubaud 11-03-2010 07:40:26 horas
El punto medular es que no existe, no hay voluntad política y mucho menos inteligencia para dar seguridad. La ley no es tomada en cuenta y la constante violación a la Constitución Política es a diario. Un gran sector de votantes fueron engañados con el cantito de “la inteligencia” la cual obviamente no la tienen. La meta no era ni es la seguridad, la meta fue y es: El progreso de la familia Colom-Torres.

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