Las decisiones que los políticos tomen en su primer año de gestión serán cruciales para bienestar económico del país.
El inicio del año es
propicio para analizar los desafíos que enfrentará el país en 2020. Resumo a
continuación las amenazas y las oportunidades más destacadas para nuestra economía;
con ello finalizo el análisis FODA (es decir, de fortalezas, oportunidades,
debilidades y amenazas) que realizamos junto con algunos colegas, utilizando
como base los reportes más recientes de las calificadoras de riesgo-país y de
los organismos multilaterales que dan constante seguimiento a las condiciones
económicas y de inversión en Guatemala.
Entre las amenazas más
importantes para la economía nacional destacan cinco. (1) El creciente
proteccionismo comercial, exacerbado por la guerra económica
sino-estadounidense que, eventualmente, podría llegar a entorpecer nuestras propias
exportaciones. (2) La inestabilidad en el mercado del petróleo, asociada a las
tensiones geopolíticas en el Medio Oriente, que podrían derivar en presiones
inflacionarias. (3) La debilidad en el crecimiento económico mundial y en el comercio
internacional, que podría agravarse si las dos primeras amenazas llegan a
concretarse. (4) La escalada de políticas (y actitudes) anti-migraciones por
parte del gobierno (y de parte de la ciudadanía) estadounidense, que podría
mermar la principal fuente de divisas hacia Guatemala. Y, (5) la vulnerabilidad
ante el cambio climático, que posiciona al país entre los más expuestos a desastres
naturales.
Para afrontar estas
amenazas, el gobierno entrante deberá preservar la estabilidad económica
mediante la aplicación de una política fiscal responsable y el apoyo a una
política monetaria ortodoxa, así como manejar cuidadosamente las reservas monetarias
internacionales en previsión de cualquier reducción en el ingreso de divisas al
país. También deberá apostar al libre comercio, negociando en bloque en los
principales foros económicos internacionales, negociación multilateral que
deberá extenderse a los temas ambientales para provechar los esquemas
internacionales orientados al cambio climático y adoptar sistemas de seguros contra
los desastres naturales.
En cuanto las
oportunidades, se destacan seis. (1) La ubicación geográfica y biodiversidad
del país, que lo habilitan para convertirse en un destino turístico y en un
centro logístico para exportaciones de bienes y servicios. (2) La integración
económica regional que puede potenciar rápidamente el tamaño de nuestro
mercado. (3) Las condiciones relajadas de las finanzas internacionales que, a
través de tasas de interés históricamente bajas, abarata el costo del crédito.
(4) La transición demográfica que permite que la población económicamente
activa sea mayor que la población económicamente dependiente. (5) Los avances
de la tecnología digital que permiten un aumento acelerado de la productividad
sistémica. Y, (6) la existencia de una agenda legislativa ya identificada (en
materia de reforma institucional y de apoyo a la inversión y el crédito) que
goza de apoyos nacionales e internacionales.
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