lunes, 23 de diciembre de 2019

Fortalezas de la Economía

La estabilidad macroeconómica encabeza las fortalezas del FODA de le economía nacional, que realizamos en conjunto con unos colegas economistas. En futuras entregas, veremos las oportunidades, amenazas y debilidades.

El final del año y del periodo de gobierno parece un buen momento para reflexionar y planificar tanto las estrategias empresariales como las políticas públicas para el 2020. Para el efecto, en conjunto con unos colegas economistas ensayamos un análisis FODA (es decir, de las fortalezas, las oportunidades, las debilidades y las amenazas) de la economía nacional, utilizando como base los reportes más recientes de las tres calificadoras de riesgo-país (Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poors’s) y de los cuatro organismos internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) que le dan un seguimiento continuo a las condiciones económicas y de inversión en nuestro país.

Como resultado de ese ejercicio, hoy les presentamos el resumen de las fortalezas que se destacan en los reportes referidos y que, en nuestra opinión, son las cinco más importantes que presenta la economía guatemalteca. (1) La estabilidad macroeconómica que se manifiesta en niveles bajos y estables de déficit fiscal (menores al equivalente a un 2% del PIB), una inflación moderada y sin volatilidad, y un crecimiento de la producción que, aunque reconocidamente lento, ha sido continuado y resiliente ante los altibajos de la economía mundial. Esa estabilidad, aunque no es un factor suficiente para  generar un buen clima de negocios y de inversión, sí es un factor necesario para que este exista.

(2) Unos niveles relativamente bajos de deuda pública (de alrededor de un 25% del PIB, muy lejos del 40% considerado como nivel crítico) que reducen las probabilidades de una crisis fiscal. (3) Una posición externa sólida, con superávit en balanza de pagos (gracias a los sólidos ingresos por remesas familiares) y abundantes existencias de reservas monetarias internacionales, lo cual minimiza las probabilidades de una crisis cambiaria o de pagos con el exterior. (4) Una política económica prudente en la que tradicionalmente se aplican políticas fiscales y monetarias ortodoxas, que se apuntalan con la existencia de un banco central independiente, todo lo cual inocula certeza a los agentes económicos para sus decisiones de negocios.

Y, (5) una tradición de varios años de elecciones libres y periódicas que, pese a las debilidades manifiestas del sistema electoral –falta de representatividad, obstáculos a la participación y debilidad institucional de la autoridad electoral-, ha permitido la alternancia democrática y pacífica en el poder, lo cual contribuye a reducir el riesgo político que los expertos le asignan al país. Una tarea de las nuevas autoridades de gobierno será mantener y consolidar estas cinco fortalezas.

Respecto de las primeras cuatro, será crucial preservar la ortodoxia de las políticas macroeconómicas, lo cual implica hacerles ajustes paramétricos (no cambios drásticos) al gasto público y a las tasas de interés y otras variables monetarias para darle un necesario envión a la actividad productiva; todo ello al tiempo que se respeta y, en lo posible, se fortalece la institucionalidad del Ministerio de Finanzas y la autonomía del Banco de Guatemala. Y respecto de la quinta fortaleza, será necesario respetar estrictamente los calendarios electorales y, a la vez, fortalecer el sistema electoral y de partidos políticos.

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