Ser pobre o ser rico es, objetivamente hablando, una
situación relativa. Cualquier guatemalteco cuyas posesiones materiales valgan unos
Q16,500 (sumando sus depósitos bancarios, inversiones financieras y otras
propiedades muebles e inmuebles, menos el monto de sus deudas) podría creerse
poco afortunado; pero, en realidad, sería más rico que la mitad de la población
mundial. Esto de acuerdo con un estudio reciente, el Global Wealth Report
–GWR-, publicado por el Credit Suisse Research Institute a finales del año
pasado.
Un guatemalteco que, por ejemplo, posea un apartamento
en la zona 21 de la capital, un sedán coreano de diez años de antigüedad y una
cuenta monetaria de Q3 mil, estará ubicado entre el 25% de las personas más
ricas del mundo. Y el dueño de una riqueza neta superior a Q750 mil (dueño de,
digamos, una casa en la zona 7, un rancho en la playa, cuentas bancarias por
Q15 mil y un carro alemán modelo 2014) será un privilegiado más rico que el 92%
de los humanos.
El GWR, a diferencia de otros estudios sobre
prosperidad y desigualdad, calcula los activos netos de los hogares, en vez de
centrarse en los ingresos. El estudio revela que existen diferencias de riqueza
entre individuos y entre países que se explican por muchas razones. Aquellos individuos
con poca riqueza se encuentran desproporcionadamente entre los más jóvenes (que
han tenido pocas posibilidades de acumular activos) o entre quienes han sufrido
pérdidas, o viven en regiones donde las perspectivas de creación de riqueza son
limitadas, o pertenecen a alguna minoría. En el otro extremo del espectro, hay
muchas personas con enormes fortunas adquiridas mediante una combinación de
talento, trabajo duro o buena suerte.
La pirámide de riqueza presentada en el GWR tiene una
gran base ocupada por unos 3,500 millones de personas (el 70% de todos los
adultos del mundo) con una riqueza individual inferior a Q75 mil en 2017. Otros
1,100 millones de adultos (21% del total) caen en el rango de Q75 mil a Q750
mil. Estos dos conjuntos (el 91% del total de adultos), aunque tengan una
modesta riqueza, en conjunto acumulan activos netos por casi Q300 millardos, lo
que subraya el potencial económico de este grupo cuya importancia a menudo se
pasa por alto.
En el tope de la pirámide están los millonarios
(literalmente, los individuos cuya riqueza supera el millón de dólares). Son
unos 36 millones de personas en el mundo (menos del 1% del total), cuya riqueza
supera los US$128 billones (46% de la riqueza mundial). Esos millonarios
residen principalmente en los Estados Unidos (43% del total de millonarios),
aunque también habitan en países capitalistas como Japón (7% del total) y Gran
Bretaña (6%), en países más igualitarios como Alemania (5%) o Francia (5%), y
hasta en países socialistas como China (5%). En contraste, Latinoamérica –una
de las regiones reputadamente más desiguales - no llega a cobijar ni el 1% de
los millonarios del planeta.
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