viernes, 1 de julio de 2011

Ruralidad y Bienes Públicos

Estos días ha estado circulando un artículo que salió en el blog del diario español El País, que comenta sobre la trágica situación de desnutrición y pobreza rural en Guatemala. Dicho artículo es lírica pura, al estilo de Intermón. La retórica sentimental-ideológica-y-cuasi-científica de este tipo de artículos no tendría nada de malo si no es porque, tratándose de un tema tan grave e importante, causan confusión y desvían la atención de las verdadera soluciones (que no son sencillas ni instantáneas), haciendo creer que con subsidios y leyes milagrosas se pueden resolver nuestras gravísimas debilidades estructurales. (Podrán ver que algunos ilusos lectores que se tomaron la molestia de comentar mi columna del periódico creen de buena fe en esas soluciones mágicas).

§ POLÍTICAS PÚBLICAS
 RURALIDAD Y BIENES PÚBLICOS


El problema fundamental del área rural en Guatemala es la escasa provisión de bienes públicos esenciales
Ocasionalmente vale la pena dar una mirada a las publicaciones del exterior en las que se menciona a Guatemala, ya que suelen aportar una visión fresca de la realidad nacional que, a veces, puede ser útil para diagnosticar mejor nuestros problemas e identificar sus posibles soluciones. Otras veces, sin embargo, algunas de estas publicaciones no logran profundizar en el análisis ni aportan elementos útiles para comprender nuestra compleja realidad.
En este último caso se enmarca el artículo titulado “Guatemala: el hambre de muchos enriquece a unos pocos”, escrito por Gonzalo Fanjul de Intermón-Oxfam de España y publicado en la versión electrónica del diario El País el 14 de junio pasado. En su artículo, Fanjul señala, atinadamente, la terrible paradoja guatemalteca: un país que dista mucho de estar entre los más pobres del mundo y con grandes potencialidades productivas pero que, al mismo tiempo, muestra unos vergonzosos indicadores de pobreza, entre los que destacan los índices de desnutrición infantil (similares a los de los países más pobres de África).
Es difícil no concordar con Fanjul en que el hecho de que cuatro de cada diez niños guatemaltecos padezca de algún grado de desnutrición es intolerable y amerita una respuesta urgente del gobierno y la ciudadanía. Menos convincentes –aunque respetables como argumentos- resultan los pareceres políticos expresados en el referido artículo: Fanjul opina que el problema central de la desnutrición radica en la excesiva concentración de la propiedad de la tierra (que califica de “feudal”), que las élites económicas han impuesto un modelo exportador latifundista, que las “grandes compañías” perjudican a los campesinos al ponerlos en desventaja mediante acuerdos comerciales como el CAFTA, etcétera.
Lo que sí resulta desconcertante del artículo son sus recomendaciones de tipo, vale decir, más técnico, bastante superficiales ellas y que desdicen mucho de la experiencia de más de 20 años que Fanjul dice tener como activista contra la pobreza. Básicamente, y sin proporcionar mayores argumentos, Fanjul propone que el Estado trate a la agricultura campesina como un “sector estratégico” (y que los recursos financieros públicos se orienten en esa vía) y que se apruebe la Ley de Desarrollo Rural Integral diseñada por el actual gobierno. Ambas propuestas tienen severas debilidades. Por una parte, el tema de declarar “sectores estratégicos” y de otorgar subsidios a los productores agrícolas es una práctica que no sólo ha mostrado ser inefectiva sino que ha contribuido al deterioro económico de varios estados europeos que los tiene al borde de una grave crisis económica. Por otra, la famosa Ley de Desarrollo Rural Integral (que muy probablemente Fanjul nunca ha leído) es un conjunto de aspiraciones y planteamientos, poco armonizados y poco realistas, que difícilmente contribuyen a resolver los verdaderos problemas que subyacen a la pobreza rural y la desnutrición crónica.
La desnutrición y el hambre son un problema que, si bien nos debe avergonzar a todos los guatemaltecos, tiene múltiples causas que pasan necesariamente por la falta de productividad sistémica y la ausencia del imperio de la ley, problemas estos que requieren más que buen corazón y soluciones mágicas para resolverse. Desde la perspectiva de las políticas públicas, el problema fundamental de la ruralidad en Guatemala es la escasa provisión de bienes públicos esenciales, que aumenten la productividad de la economía campesina y permitan sacar de la pobreza a la población, especialmente a la indígena.
La situación paradójica de la pobreza rural en Guatemala se explica, en gran medida, porque existe una enorme ausencia de bienes públicos esenciales: educación básica, salud, infraestructura física, seguridad pública y cortes de justicia confiables. Esa escasez de dichos bienes se convierte en un obstáculo fundamental para que exista un adecuado clima de negocios, para que surjan empresas campesinas, y para que se desate la inversión en el campo, todo lo cual genera desarrollo económico. Lejos de buscar soluciones mágicas o instantáneas a los apremiantes problemas que desembocan en la pobreza rural, los esfuerzos del Estado (incluyendo los fiscales) deberían centrarse en la provisión de tales bienes públicos esenciales.


COMENTARIOS DE LOS LECTORES:

El problema agrario esta íntimamente relacionado con la propiedad y tenencia de la tierra. Por todos es conocido que el latifundio, práctima muy extendidad en Guatemala, no posibilita el desarrollo rural. La concentración de la tierra productiva excluye a la mayoría de la población y reproduce a todo nivel la pobreza y pobreza extrema. Pienso que el problema de la pobreza se convirtió en un círculo vicioso donde no existe voluntad política estatal para el combate de esta, el mismo sistema está diseñado para mantenerla y reproducirla (ejemplos del desinterés estatal: la poca inversión social en áreas rurales como la educación y la salud). Pienso que la Ley de Desarrollo Rural Integral puede convertirse en el estandarte en la lucha contra la pobreza, se tiene que empezar a trabajar con base legal para buscar la institucionalización estatal del combate a la pobreza. Esta ley puede convertirse en el primer intento real (porque existe una ley) por parte del Estado para contrarrestar las desigualdades sociales. Enmiendas y correcciones siempre serán necesarias, pero resalto que se debe de empezar por algo y esta ley me parece una buena plataforma para que el Estado recupere el compromiso perdido.

Pueblos nativos del suelo mío, fueron saqueados y sometidos. Por la siniestra garra de la madre oligarquía, que orgullosa festeja habernos despojado de lo que era nuestro, dejando al indígena y al campesino, sin lugar donde sembrar, sin lugar donde trabajar, obligando a nuestra gente a vivir en miseria, arrinconándolos a la pobreza y a sobre vivir con lo muy poco que les queda.

Los que más exigen son los que menos dan, pedimos que todo se haga de forma clara y con desarrollo humano, pero esto no es posible, porque los empresarios son los que menos tributan a la nación, pagando unos sueldos miserables, de esta forma es como se enriquecen, explotando y marginando, y aun reniegan de hacer una reforma fiscal, donde ellos le devuelvan al país, lo que se les ha exonerado de impuestos.

Durante mucho tiempo el pueblo estuvo olvidado, y esto era lo que reclamaban los empresarios, que
cuando habría inversión social, que Guatemala es el paraíso de la ONG, y cuando este gobierno inicio con la tan esperada inversión social, los empresarios y partidos de derecha se opusieron, criticando el actuar del gobierno ante la inversión que se estaba haciendo, aun ahora se sigue con la crítica, y no es un critica que ayude a mejorar los errores que esta inversión tiene, al contrario, solo son para desprestigiarlos y no en apoyo. ¿Al empresariado y gente de derecha, le dolerá que fuera este gobierno el que realizo esto, y no uno de derecha como ellos hubieran esperado?

La pobreza es tan generalizada en Guatemala, la razón es una, la desigualdad que hay en el país, y muchas de las causas son provenientes del sangriento conflicto armado interno, este fue el caballo de Troya para robar y saquear las tierras de campesinos e indígenas entregando estas tierras a la oligarquía del país, Otto Pérez fue uno de los responsables de hacer esto, por tal razón no habla en su discurso nada sobre el combate a la pobreza, pues sabe que él es uno de los generadores de la misma.

en el ambito internacional reconocen que los oligarcas de este país son una grandicima plasta, lo que pasa es que ese tipo de noticias no llegan aquí. Le pregunto al gran defensor de la oligarquía como se le puede dar estructura fisica a alguien si no hay tierras, como se le puede dar educación básica a alguien si los oligarcas no pagan impuestos. Solo un insensato de su calaña se pone a defender a la
podrida oligarquía.

No hay feudalismo aquí ni latifundismo, pero el sector cafetalero y azucarero pagan entre 15 y 20 quetzales diarios por el trabajo a los jornaleros. Usted mejor que yo sabrá a cuanto se cotiza el quintal
de café en el exterior. Que tipo de redistribución estan generando ellos? De donde obtuvieron las grandes extensiones de tierra para sus fincas?? Despojando a los campesinos de sus tierras, poniendo
gobiernos monigotes como el que quisieran tener con Otto Pérez. En el pasado los militares expropiaban de las tierras y luego aparecian con nombres de oligarcas. Para mi es muy acertado el comentario fundamentalmente en lo referido al tema agrario.

Que fuerte me saliste chato. Fujul tal vez no haya leido la ley de desarrollo rural, dudo mucho porque para que la mencione debera estar empapado de ella no es un irresponsable que solo escribe porque tiene espacio (no se pregunte si lo quise decir por usted, afirmo que si fue por y para usted) usted debería leer un poco más sobre la verdadera situación de Guatemala, porque usted parece que vive en la luna, nos tenemos que avergonzar del hambre pero dios me guarde si digo quienes son los causantes de ella, es mas facil echarle la culpa a las instituciones del Estado.

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