domingo, 30 de enero de 2011

Nuevas Rutas a Asia

El pequeño debate que hay en Guatemala respecto de si debiésemos abjurar de nuestro reconocimiento a Taiwán y establecer relaciones con la República Popular China es, a mi juicio, una pérdida de tiempo. Mientras el poderoso lobby taiwanés en nuestro país siga invirtiendo como lo hace en mantener la fidelidad de la opinión pública guatemalteca, mientras los gringos sigan apoyando la política de “una china dos sistemas”, y mientras los chinos a ambos lados del Estrecho de Taiwán continúen acercándose gradualmente, nosotros deberíamos enfocar mejor nuestros esfuerzos a abrir puertas con otros gigantes asiáticos que representan muchos menos dolores de cabeza diplomáticos y similares potencialidades comerciales.

POLÍTICAS PÚBLICAS

NUEVAS RUTAS A ASIA

Asia es el motor de la economía mundial; sus mercados no son sólo el futuro, sino el presente del comercio mundial. Después de la gran crisis financiera de los países industrializados, los países emergentes han cobrado cada vez más preponderancia política y económica.
China ha sido hasta ahora el país con la economía más dinámica y el peso político más influyente de todos ellos. Sus multimillonarios proyectos de infraestructura (dentro y fuera de su territorio), así como su insaciable demanda de insumos y alimentos, hacen que la mayoría de países, desarrollados o no, se desvivan por estrechar sus relaciones comerciales y políticas con el gigantesco dragón chino.
Es, pues, natural que Guatemala busque fortalecer sus relaciones económicas con China. Sin embargo, esa búsqueda se ve dificultada por el hecho de que Guatemala es el miembro más importante del pequeño, insólito y exclusivo club de 23 países que reconocen a Taiwán como estado soberano, lo que les impide sostener relaciones diplomáticas con China.
Claro que siempre está la opción abandonar a Taiwán, como algún otro país de la región ya lo hizo a cambio de que la gran China les construyera un modernísimo estadio de futbol. Por dicha nuestra selección nacional no se cansa de poner en evidencia el bajísimo nivel futbolístico de Guatemala, lo cual contribuye a alejar la tentación de vender nuestra lealtad diplomática a cambio de espejitos orientales.
En este lío entre Taiwán y China, un país como el nuestro no debe sudar calenturas ajenas. Chinos y taiwaneses están, desde hace tiempo, en un proceso de distensión política y de aumento de intercambios económicos. Desde que el Kuomintang recobró el poder en Formosa, ambos estados ha retomado la ficción de que tanto China Continental como Taiwán son parte de una misma China que cada quien define a su manera. Este acercamiento entre las Chinas seguirá avanzando, haga lo que haga Guatemala. Más vale dejar que la ancestral cultura oriental resuelva pacientemente las diferencias entre los dragones y esperar que, una vez resueltas, China sepa apreciar como un acto de honor de Guatemala el haber mantenido su palabra empeñada a la isla.
Afortunadamente hay otras rutas para acceder a Asia. India es el único país, aparte de China, con más de un millardo de habitantes. Se espera que en 2011 la economía india crezca tan velozmente (8.5%) como la china. India es un tigre económico que, aunque aún está lejos del dragón chino, corre rápidamente para, eventualmente, alcanzarlo. Es pues, motivo de beneplácito que recientemente se haya formalizado la operación de una embajada india en Guatemala. Más vale tarde que nunca.
Esta apertura diplomática es un buen primer paso para fomentar el intercambio económico con este gigante asiático. Para el efecto, tanto Guatemala como India deben reducir sus aranceles y barreras comerciales, así como reducir los costos de transporte. Aparte de exportar alimentos y materias primas de los que India está hambrienta, Guatemala podría beneficiarse del conocimiento indio en materia de informática, farmacéutica y educación científica. Además, India es una democracia singular y una fuerza emergente en la geopolítica mundial con quien valdría la pena aliarse en ciertos temas.
Y, puestos a diversificarse, bien valdría la pena extender los brazos hacia otro gigante asiático: Indonesia es el cuarto país más poblado del mundo. Sus 240 millones de habitantes constituyen un mercado tentador, y su economía está creciendo rápidamente. Además, se trata del país con más cantidad de musulmanes y, al mismo tiempo, de una democracia en proceso de consolidación, todo lo cual hace que Indonesia sea claramente un objetivo para la diplomacia de cualquier nación civilizada.Las autoridades de los ministerios de Relaciones Exteriores y de Economía harían bien en desarrollar una política exterior proactiva, basada en el análisis geopolítico que permita guiar el establecimiento de relaciones económicas y diplomáticas con los países más dinámicos de Asia y que impulse la competitividad, la diversificación de la producción y la eficiente administración de tratados con países como India e Indonesia, con quienes es menester estrechar los vínculos comerciales, diplomáticos y estratégicos.

COMENTARIOS DE LOS LECTORES

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMENTARIOS DE LOS LECTORES:

ENERGÍA ELÉCTRICA: SE ACABARON LAS VACAS GORDAS

URGEN MEDIDAS PARA EVITAR UN DÉFICIT DE SUMINISTRO   Durante años, el sistema eléctrico nacional tuvo un superávit de oferta; es decir, su c...