viernes, 3 de septiembre de 2010

La Vaca

El jueves de la semana pasada tuve el honor de presenciar la premier mundial de la película La Vaca, producida por Cecilia Santamarina de Oribe, y escrita y dirigida por mi amigo Mendel Samayoa. Fue un gusto ver la Gran Sala del teatro Miguel Ángel Asturias repleta de gente disfrutando del film. La alta calidad de la película nos demuestra que en Guatemala hay talento y que, pese a los obstáculos que debemos superar cada día, es posible crear productos conforme a los más altos estándares internacionales. Les dejo mis impresiones del evento.

§ POLÍTICAS PÚBLICAS

LA VACA

Cuando la economía nacional y mundial están, como hoy, luchando apenas por salir del estancamiento, cuando el apoyo financiero del estado al arte y la cultura se ve cada vez más reducido, cuando la incertidumbre y la postergación son las señas de identidad del ánimo de los inversionistas, lanzarse a la aventura de producir una película comercial en un país con muy poca tradición en el tema constituye un acto de auténtica intrepidez. Y cuando el resultado de semejante atrevimiento es un producto de gran calidad técnica y artística, el acto adquiere visos de heroísmo.

La Vaca es una deliciosa comedia que, si bien ha sido completamente producida, creada y filmada en Guatemala, puede ser disfrutada por los públicos de todos los países y todas las edades. El film es una típica comedia de enredos, escrita con ingenio y delicadeza por su director, Méndel Samayoa, cuya trama se desenvuelve a caballo entre la ciudad de Guatemala y el pueblo rural de San Pedro el Bajo. Las curiosas circunstancias que dos mujeres deben atravesar para cobrar su herencia se suceden fluidamente en torno a una vaquita y a una serie de amenos personajes, lo que logra configurar una trama que mantiene al público atento y motivado. Con un desenlace quizá un poco forzado, pero con un epílogo genial, La Vaca logra el propósito de divertir y distraer a la audiencia hasta el final.

La contribución de una magnífica actuación del laureado actor español Jorge Sanz, complementa al reparto de los actores guatemaltecos, en cuyo desempeño se aprecia su profesionalidad y la mano del director, pues juntos han logrado minimizar los atisbos de teatralidad a los que nuestros connacionales (formados en las tablas) a veces tienden a recurrir. El resultado es una historia con la que los espectadores –especialmente, aunque no solamente, los guatemaltecos- pueden sentirse identificados y disfrutar un buen rato de esparcimiento.

La producción de cine comercial independiente no es una labor sencilla. No se trata del cine-arte que vive del subsidio público y de la apreciación de las élites intelectuales. Se trata más bien de un esfuerzo mercantil que persigue generar ingresos para los productores y para los distribuidores, así como para aquellos inversionistas que hayan apostado al éxito taquillero de la película y se sientan parte orgánica de una industria cinematográfica que, a pesar de la amenaza de la piratería, continúa generando ingresos crecientes en las salas alrededor del mundo.

Con La Vaca, la empresa productora guatemalteca Full Moon Angel pretende asumir el riesgo de crear una película que, sin sacrificar los valores artísticos y sin descuidar la calidad técnica, pueda convertirse en un éxito comercial. La producción de un film de esa naturaleza es un proceso complejo y difícil. Las enmarañadas etapas de conseguir el financiamiento, de conjuntar el equipo de trabajo (actores, músicos y sonidistas, directores de arte y fotografía, escenógrafos, etcétera), de filmar la película, de post-producir el resultado (con ajustes de sonido y edición final) y de promoción inicial han culminado satisfactoriamente. Ahora toca el desafío de definir los canales distribución del producto, fundamental para asegurar los retornos económicos que se persiguen.

La gente de Full Moon tiene experiencia en estos menesteres, lo que puede ayudarles a culminar con éxito su aventura: vale la pena recordar los largometrajes Donde Acaban los Caminos y Looking for Palladin, esta última una magnífica producción, financiada por inversionistas extranjeros y bellamente filmada en el marco esplendoroso de Antigua Guatemala, que debió haber estado más tiempo en cartelera y sido vista por una mayor cantidad de guatemaltecos.

Después de haber tenido el privilegio de disfrutar de La Vaca en su avant premier de gala el pasado jueves en la gran sala del Teatro Nacional, no puede uno más que sentirse orgulloso como guatemalteco y desearles a Cecilia Santamarina y a Méndel –los dos dinamos de Full Moon Angel- muchos éxitos en su emprendimiento.

COMENTARIOS DE LOS LECTORES
Ing. Carlos E., Hernandez B. 31-08-2010 11:18:58 horas
Este articulo solo sirvio para "darnos carita" con esta nueva produccion guatemalteca. Con este articulo ya son varios los comentarios positivos que he leido. Parece que esta buena. ¿Cuando la van a pasar para todo el publico en general? Solo de saber que ahi salieron Tita Mendoza y Jairo Salguero (ambos artistas del teatro) se que me voy a ir a matar de la risa. Apuerense que con esta estrategia de mercadeo, estan creando grandes espectativas.

mendel samayoa
Gracias marito por tus conceptos, es muy halagador viniendo de un gran columnista al que sigo aplicadamente pero mas de un amigo de toda la vida, con buen criterio y gran humildad. Te admiro mucho amigo, gracias de nuevo por tus textos y tu amistad.

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