viernes, 28 de mayo de 2010

Desarrollo Rural Sostenible

La precaria situación del área rural en Guatemala exige que se apliquen políticas públicas de largo plazo por parte de una institucionalidad gubernamental eficiente. Actualmente no existen ni lineamientos de políticas públicas que favorezcan el desarrollo y la empresarialidad en el área rural, ni buenas instituciones estatales que las impulsen. Por eso se justifica que se emita una ley que procure poner orden en esos dos aspectos. Pero de allí a pretender que mediante una ley se van a resolver los graves problemas estructurales del agro, hay una gran distancia. Las instituciones como ADRI, que están impulsando insistentemente una Ley de Desarrollo Rural Integral que ofrece mucho, pero que no da las herramientas para cumplir sus promesas, sólo contribuyen a la polarización social, a la ingobernabilidad y, consecuentemente, a perpetuar la pobreza de quienes dicen representar.

Opinión

Desarrollo rural sostenible
Una ley para el desarrollo rural es necesaria, pero la misma debe ser realista, responsable y cumplible.

Guatemala es uno de los países menos urbanizados del Hemisferio Occidental, y la situación en el área rural es precaria. Las zonas rurales, pobladas mayoritariamente por pueblos indígenas, muestran los peores índices de pobreza: el 38% de la población indígena rural subsiste con un ingreso menor al equivalente de $1 al día; en muchas regiones prevalecen situaciones de inseguridad alimentaria y desnutrición crónica infantil; la diversidad ambiental y cultural del país está mal aprovechada y peor entendida.
Por si todo lo anterior fuera poco, la institucionalidad estatal que debería combatir estos indicadores vergonzosos muestra una escandalosa dispersión de esfuerzos, una muy escasa coordinación entre la miríada de entidades públicas relacionadas con la ruralidad, y una notable ausencia de políticas coherentes enfocadas al desarrollo rural sostenible.
Aunque ciertos funcionarios y algunos empresarios no lo quieran ver así, la situación descrita demanda que se aplique un conjunto coherente de políticas públicas intertemporales para la transformación rural que propicien el desarrollo humano mediante el fomento de la empresarialidad, el desarrollo de las micro y pequeñas empresas conforme a las ventajas comparativas de las áreas rurales, y el tránsito de unidades de producción de subsistencia a unidades excedentarias efectivamente vinculadas a los mercados.
Ahora bien, peca de ingenuo quien crea que esa compleja aglomeración de problemas puede ser superada mediante la aprobación de una ley, así como peca de perverso quien embauca a los ingenuos haciéndoles creer que con una ley van a ser resueltas las demandas y necesidades insatisfechas que datan de generaciones atrás. De manera que algo de ingenuo y algo de perverso puede verse en algunos de los esfuerzos que diversos grupos sociales están haciendo para promover la iniciativa de ley 4084, Ley del Sistema de Desarrollo Rural Integral.
Para muestra un botón. En un folleto, bellamente editado y lujosamente impreso titulado: Para Cosechar Presente y Futuro: Ley de Desarrollo Rural Integral, ¡Exijamos su Aprobación!, la Asociación para el Desarrollo Rural Integral (ADRI) afirma que la referida ley ayudará a los campesinos “en el objetivo de la redistribuición de la tierra y otros medios para producir”, sin olvidarse de proclamar alegremente que “¡la Madre Tierra no se compra ni se vende, se recupera y se defiende!”.
Lo que olvidan mencionar los impulsores de esa iniciativa es que la misma amenaza con dar un golpe mortal al Sistema de Consejos de Desarrollo y al Sistema de Seguridad Alimentaria y Nutricional, ambos instrumentos (potencialmente útiles para el desarrollo rural) de por sí socavados por años de irresponsable politiquería. Tampoco indican que la referida iniciativa implica altos costos fiscales, a la vez que levanta banderas ideológicas y despierta exageradas expectativas que, cuando inevitablemente fracasen por irreales, únicamente aumentarán la frustración y el descontento de los pobladores del área rural.
Una ley para el desarrollo rural es necesaria, pero la misma debe ser realista, responsable y cumplible, de manera que su aprobación e implementación abonen a una mejora sostenible del nivel de vida de los habitantes del área rural y contribuya a preservar la gobernabilidad del país. La iniciativa 4084 simplemente no es esa ley.
El Congreso de la República deberá esforzarse en diseñar y aprobar una ley que de verdad coadyuve al desarrollo rural sostenible. Para el efecto convendría que se enfocara en mejorar la coordinación de las instituciones públicas encargadas del área rural, en procurar su adecuada articulación con sectores de la sociedad, en establecer los principios que deben orientar las políticas de desarrollo rural y en reordenar la estructura institucional del sector. Lo demás es sólo retórica que exacerba pasiones, alimenta la ingobernabilidad y debilita el estado de derecho.

OPINIÓN DE LOS LECTORES

adolfo barrera ortiz 25-05-2010 10:37:46 horas
Las opiniones a veces pecan de ignorancia, como en el presente caso. Los Consejos de Desarrollo van en otra línea, más hacia lo local, aunque le hace falta direccionalidad y más incidencia en desarrollo económico. El desarrollo rural, quizá no requeriría de una ley, pero quizá ante tanta descoordinación y falta de Estado en áreas rurales, se hace necesaria y urgente, pero sobre todo se requiere despolitizar la gestión operativa de las instituciones públicas.


Gil Zu 25-05-2010 11:10:06 horas
Me asombre al leer Historia de México en donde aparece la Reforma Agraria pero no por medio de Zapata sino del Emperador Maximiliano, poniendo en marcha una ley de restablecer las tierras a los campesinos. Los Indios en Estados Unidos contemplan siglos transcurridos cuando sus antecesores dueños de esas tierras eran asesinados por inmigrantes europeos, los cazaban como se cazaba a búfalos. Como premio de consolación publicaron libros de Indios héroes: El Indio Jerónimo o El Último de los Mohicanos

Pascual Pérez 25-05-2010 11:27:45 horas
En primer lugar ADRI no es una Asociación, sino una alianza de las más diversas expresiones sociales del país. En segundo lugar, en ningún apartado habla o traslapa funciones de otras leyes, las fortalece. En tercer lugar, No está diciendo que con la ley se va a resolver todos los problemas del agro guatemalteco, sino ayudará a superar la inequidad y hará que el estado reorienta y coordine mejor la inversión pública. Hay que ver a la sociedad como sujeto y no objeto como quiere el señor MA García.

Alvaro De La Hoz 25-05-2010 13:27:38 horas
La Ley de Desarrollo Rural sólo busca eliminar la propiedad privada. ¡No se dejen engañar!

Alejandro Santos 25-05-2010 17:10:16 horas
No se trata de leyes, ignorancias y pleitos entre los que dicen tener razón y los otros que dicen que la tienen. El problema patina porque todo se dice y se recontradice desde Guatemala Capital. Estoy leyendo por internet desde el Canton Xecaracoj en Quetzaltenango, muchos no han de conocer donde estoy ahora (obvio), es alejado. Pero lo que estoy seguro es que su discusión es vana porque lo rural avanza con o sin ustedes, porque nunca se toman en cuenta las prioridades comunitarias.

Antonio Morales 25-05-2010 18:22:52 horas
Don Pascual: la que usted dice que es una “alianza de las más diversas expresiones sociales del país” (ADRI) es en realidad una amalgama amorfa de grupos que lo único que tienen en común es impulsar la reforma agraria, aunque sea disfrazada de ley de desarrollo rural. Por cierto ¿qué hacen grupos empresariales como FEDECOCAGUA y AGER metidos en ese relajo que es ADRI?¿Están AGER y FEDECOCAGUA de acuerdo con la ideología anti-empresarial de las demás organizaciones pertenecientes a la alianza?

JOSUE AUGUSTO PEREZ FIGUEROA 25-05-2010 19:09:26 horas
Lo interesante sería obtener la opinión de nuestros candidatos a presidente sobre estos problemas inveterados. Sólo hablan de seguridad, en términos de daños físicos, pero no hablan de seguridad alimentaria, de salud, de educación etc. ¿Qué opinaran Giamattei, Menchú, Montenegro, Pérez Molina, Suger Montano, Caballeros. etc.

Roberto Goubaud 25-05-2010 21:24:15 horas
Señor Pascual Pérez, la ADRI es una Asociación de unos cuantos malos guatemaltecos que se han visto apoyados por malos funcionarios que con dinero robado de los impuestos han financiado una propuesta POPULISTA, para ganar adeptos como usted que dice “inequidad”(?) y proponen distraer y malgastar fondos -como lo han venido haciendo, en manifestaciones, bloqueo de carreteras etc.- tan NECESARIOS en las SALUD Y EDUCACIÓN de la población para que guatemaltecos honrados y libres puedan optar a mejores salarios y no estar pidiendo que todo se los regalen. Señor Pérez, entienda el único desarrollo posible es por medio de la INVERSIÓN, sin dinero no puede haber fuentes de trabajo y mucho menos desarrollo, ¡cuesta tanto entenderlo! No se deje engañar por cantos de sirena, mire HOY a los países que impulsaron esas políticas, hoy apuestan por la Inversión, generadora de desarrollo y de riqueza para sus poblaciones.

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