domingo, 28 de noviembre de 2010

Un Estado Más Fuerte

El más reciente reporte sobre el desarrollo humano preparado por el PNUD es un documento muy interesante, con algunos capítulos verdaderamente ilustrativos. Sin embargo, aunque uno esté de acuerdo con su conclusión respecto de la necesidad de fortalecer al Estado guatemalteco, no deja de decepcionar un poco el sesgo evidente en favor de un Estado grande y activista, así como la amplitud tan grande de sus recomendaciones que hace que muchas de ellas sean políticamente poco realistas. He aquí mis comentarios.

§ POLÍTICAS PÚBLICAS

UN ESTADO MÁS FUERTE
La semana pasada se publicó el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2010 que analiza el papel que el Estado guatemalteco ha desempeñado en la promoción del desarrollo humano en los últimos 25 años. Dicho informe, preparado bajo los auspicios del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD-, hace una propuesta ambiciosa para transformar el Estado en función de mejorar los indicadores de bienestar económico y social.

El documento del PNUD propone, ni más ni menos, modernizar la arquitectura integral del Estado para que éste sea esencialmente más fuerte, democrático y plural. Es difícil (excepto tal vez para los libertarios radicales) no estar de acuerdo con la conclusión general del informe: que el Estado que Guatemala requiere es uno capaz de crear las condiciones que propicien el desarrollo humano, es decir un Estado fuerte. Sin embargo, luego de la lectura del extenso documento, es inevitable quedarse con una sensación de desconcierto e insatisfacción pues algunas (quizás demasiadas) de sus propuestas apenas encuentran fundamento en el profundo análisis histórico y descriptivo del informe.

La tarea descomunal que el PNUD plantea para reformar el Estado carece, a mi gusto, de una explicación del porqué se plantean determinadas medidas en vez de otras o, en otras palabras, cómo debiesen priorizarse las acciones de modernización para que éstas sean política y económicamente viables. Para ello, y también para hacer más equilibrado el informe, debió haberse planteado que, así como se necesita de un Estado más fuerte, también la acción pública debe estar bien focalizada y constreñida a determinados límites.

Los cambios y reformas institucionales no son fáciles; las estructuras institucionales tienen características profundas que se desarrollaron hace siglos y que tienden a mantenerse en el tiempo. A veces es posible acelerar las transformaciones mediante cambios políticos que alteren el balance de poder dentro de la sociedad, pero casi nunca dichos cambios son suficientes para modificar significativamente las estructuras institucionales. Por lo tanto, la construcción de un Estado cada vez más fuerte debe ser gradual, realista y obedecer a una lógica que justifique la intervención estatal.

En esa línea, el esfuerzo de fortalecer el Estado debe partir de lo esencial, que no es otra cosa que éste cumpla con sus funciones originarias de proveer seguridad y justicia. Luego, desde el punto de vista del desarrollo económico, el Estado debe enfocarse en facilitar y propiciar que el mercado asigne los recursos de la manera más eficiente haciendo efectivas la libre disposición de los bienes y la competencia, los derechos de propiedad y el cumplimiento de los contratos.

Como complemento a lo anterior, el Estado debe enfocarse en reducir los obstáculos a la competencia (fallas del mercado), como lo son las prácticas monopólicas y las externalidades negativas, lo cual requiere un fortalecimiento de las instituciones reguladoras y estabilizadoras del mercado, tales como el derecho de competencia, el orden monetario y financiero, el orden laboral y social, o la normativa medio-ambiental.

Como siguiente prioridad, el Estado debe fortalecerse para asegurar la provisión de bienes públicos, como carreteras, infraestructura o niveles básicos de educación, todo mediante la inversión transparente que asegure la eficiencia en el uso de los siempre escasos recursos fiscales. Finalmente, el fortalecimiento del Estado debe buscar que los ciudadanos de todos los niveles socioeconómicos puedan ejercer su libertad individual, para lo cual debe procurar la paz social y la mejora en la distribución del bienestar mediante políticas públicas tales como ciertas ventajas tributarias (mínimum vital deducible del ISR) o por el lado del gasto público (transferencias y subvenciones focalizadas), y el fortalecimiento de las instituciones legitimadoras del mercado tales como el seguro social o los esquemas para la solución de conflictos.

Un Estado fuerte no implica forzosamente un Estado grande. La búsqueda gradual de ese Estado compacto puede sonar demasiado intevencionista para los libertarios, o muy poco ambiciosa para los socialistas, pero parece ser lo más viable para la realidad guatemalteca.

Comentarios de los Lectores

percy espinoza 23-11-2010 06:57:31 horas
Un Estado fuerte sería lo ideal. Sin embargo, en las actuales condiciones de Guatemala eso es más que una fantasía. No quiero ser pesimista pero lo veo casi imposible. El dominio de la oligarquía, el militarismo, la corrupción entre funcionarios, congresistas, jueces y empresarios, el poco profesionalismo de los medios de información, la política sucia, etc, hacen muy difícil que algún día se llegue a contar con un Estado fuerte.

Dorval Carías 23-11-2010 08:23:26 horas
Absolutamente de acuerdo con esta propuesta racional. Sin embargo, ¿Cómo se mide objetivamente la fortaleza de un Estado? ¿Es el % de participación del Gobierno en el PIB una medida razonable de su "tamaño"?

Marta Ramírez 23-11-2010 10:30:44 horas
La verdad es que si necesitamos un Estado más fuerte y creo que eso es una fantasía muy lejana, además si queremos que en Guatemala haya un estado mas fuerte tenemos que luchar todos por conseguirlo, no es tarea solo de las autoridades pues recordemos que Guatemala somos todos y todas, recordemos que un estado fuerte nos beneficiara grandemente, para lograr llegar a esto debemos unirnos y cohesionarnos socialmente, para que todos y todas construyamos un estado fuerte

Arturo Pirir 23-11-2010 10:33:36 horas
El informe de la PNUD decía que el Estado está débil porque no tiene dinero, eso decía, no se puede hacer nada sin dinero, invertir en salud, en educación, en seguridad, etc. Por eso es que la reforma fiscal urge ya el presidente lo dijo: si la reforma fiscal no se hace en este gobierno tendrá que hacerlo el próximo gobierno pues es muy necesaria, hay que obligar a todos esos ladrones empresarios evasores de impuestos a que paguen como todos lo hacemos

sergio licardie V 23-11-2010 10:42:37 horas
Un estado fuerte no es un estado inflado y dictatorial, es un gobierno eficiente y con el manejo adecuado de los ingresos que recibe. El CHAMBITALISMO es la organización de gobierno que padecen los países en desarrollo que están mal administrados, inflados de trabajadores y en constante conflicto con sus propios empleados por incrementos y granjerías laborales. La raíz básica de un gobierno es el presupuesto y el manejo que se haga del mismo será la forma como será juzgado históricamente

Sebastián Herrera 23-11-2010 10:49:09 horas
Yo creo que este gobierno si ha impulsado el desarrollo humano a través de sus programas de cohesión social los cuales apoyan en su mayoría a la población pobre del país, ayudándolos a que se superen y puedan salir de su condición actual, es lamentable que los mismos guatemaltecos de la clase media sean los que no apoyen los mismos, hay que ayudar a nuestros hermanos a salir de la pobreza extrema en que viven, ellos también merecen una oportunidad.

Marvin Boror 23-11-2010 11:29:46 horas
Que reflexión tan linda sobre un estado fuerte!!!, seria bueno también que las leyes que ese estado cree no fueran violadas, que no favorecieran a determinadas elites o grupos sociales, que funcionara en calidad de servicio a la población. El actual estado esta lleno de corruptos aunque no todos lo son y debido a esto la gente piensa que todos son iguales, con esta idea no vamos a llegar muy lejos, hay que revolucionar la cosa con ideas y no con violencia.

Marco Antonio Villeda Sosa 23-11-2010 15:24:17 horas
Un Estado fuerte es con respeto es un Estado existente algo que en Guatemala casi no existe el Estado, en Guatemala desde 1,954 y luego desde 1,986 al Estado se le intentó desborronar y privatizarlo lo cual no se tiene que hacer, el Estado de Guatemala tiene que darnos a la ciudadanía Educación, Salud, acceso a la vivienda no gratis, Justicia, Seguridad Pública y acceso a empleo no gratis, respeto a la propiedad propiedad privada, lo cual se hace con un gobierno que sirva a su pueblo.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Los Poderosos del Mundo

Hasta hace algunos años, los países en vías de desarrollo conformaban grupos de negociación (como el G77 o el G24) para hacer valer (casi siempre con muy poco éxito) sus puntos de vista ante los países industrializados o ante los organismos e instituciones multilaterales. Hoy en día, los nuevos ricos del mundo (como China o Corea del Sur) y los que, sin serlo, tienen un tamaño económico formidable (como India, Brasil o México) tratan de codearse "de tú a tú" con los países industrializados, tal como lo muestra el caso del nuevo G20 que se ha auto nombrado el principal foro de discusión de temas económicos internacionales. El nuevo grupo no las tiene todas consigo, dada su heterogeneidad y la compleja situación internacional.

§ POLÍTICAS PÚBLICAS

LOS PODEROSOS DEL MUNDO

El G7 solía ser el club de los poderosos. Desde que se fundó en 1976, en este foro de ministros de finanzas de los siete países más industrializados (Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Canadá) se definían las directrices más importantes de la política económica internacional, que rápidamente eran ratificadas por los organismos internacionales, empezando por el Fondo Monetario Internacional –FMI-.

La gran crisis financiera internacional de 2008, generada y contagiada al resto del mundo desde los países industrializados, han obligado a estos países a ampliar la membresía del club de los poderosos. Entre los innumerables “Grupo de los…” que existen sobre la faz de la tierra, el G20 es el que se ha auto erigido en el foro decisorio de las políticas económicas internacionales. Los que realmente parten el queso en el G20 siguen siendo el antiguo G7 más el emergente grupo de los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), a quienes acompañan en un rol más secundario otras economías de gran tamaño como Corea o México.

El G20 enfrenta, en términos prácticos, dos complejos desafíos para funcionar adecuadamente. El primer desafío es el de armonizar los heterogéneos intereses de sus miembros. Por ejemplo, en el G20 hay países con grandes déficit comerciales (como Estados Unidos) que quisieran discutir los grandes desequilibrios cambiarios, cosa que no le interesa a otros miembros (superavitarios) como Alemania, Japón o, especialmente, China. Otras divisiones en el G20 se dan, por ejemplo entre las democracias y las autocracias (China, Arabia Saudí), o entre los que quisieran firmar acuerdos vinculantes (los europeos) y quienes quieren un G20 que sólo dé consejos (China y Estados Unidos).

Con esas divisiones no es extraño que el G20 produzca comunicados tan anodinos como el emitido en la Cumbre de Seúl de la semana recién pasada, que no pasó de repetir las fórmulas usuales respecto de que los países “se abstendrán de aplicar devaluaciones competitivas”; "permanecerán vigilantes sobre la volatilidad excesiva de los tipos de cambio”; tomarán “acciones coordinadas” respecto de la crisis mundial, ayudarán al FMI a “identificar desequilibrios comerciales importantes que requieran acciones preventivas y correctivas"; "resistirán el proteccionismo bajo todas sus formas"; y reafirmarán “su compromiso de combatir el cambio climático”. Lo mismo de siempre, pues.

El segundo desafío del G20 es su propia legitimidad, pues allí no están todos los que son, ni son todos los que están. Si la lógica de su composición era incluir a las economías más grandes, resulta extraño que no estén incluidas España y Holanda (que sólo están representadas indirectamente por la presidencia de la Unión Europea), o Taiwán (aunque las razones políticas de su exclusión son evidentes). Por otro lado, más de 150 países (incluyendo Guatemala) no alcanzaron a recibir invitación a la magna cumbre de Seúl, y tendrían razones de sobra para no sentirse representados por el G20, por mucho que hayan participado como invitados los representantes de Naciones Unidas y del FMI.

Formalmente, sería más legítimo que las discusiones de política económica internacional se realizaran en el ámbito de los organismos multilaterales, específicamente en el FMI. Allí, cuando menos, las decisiones se toman por votación de todos los países del mundo aunque, claro está, el poder de voto depende del monto de las contribuciones o “cuotas” de los miembros, en virtud de las cuales los países ricos tienen la preponderancia del poder de voto, mientras que los países en desarrollo se quejan de un "déficit democrático" que los deja con muy poca influencia sobre las políticas del FMI.

Haciendo uso de su nuevo poder, los BRIC lograron hace algunas semanas un ajuste a las cuotas de los miembros del FMI que permite que el poder de voto de las economías emergentes aumente en 6%, en detrimento de las economías industrializadas. Para que estemos ubicados conviene saber que, luego de estos ajustes, Estados Unidos reducirá su poder de voto de 17.0% a 16.5% del total, y que continuará siendo el único país capaz de vetar cualquier decisión del Directorio. Guatemala, por su parte, aumenta su voto de 0.108% a 0.114%; ¡vaya mejora!

Comentarios de los lectores
ROBERTO LOPEZ PORRAS 16-11-2010 09:57:44 horas
¿Alguien cree en el Poder del G20? En la actualidad su autoridad está en duda, ya que los intereses de sus miembros son encontrados. Las políticas de China, Japón, la EuroZona y América Latina, responden a sus propios intereses con algún barniz mediático, con poca efectividad. El mundo no está preparado para la globalización y las decisiones de este Grupo, solo reflejan sus buenas intenciones, pero lo que practican es un proteccionismo disfrazado. Dichos bloques más son proclives a la autarquía

Antonio Morales 16-11-2010 12:51:13 horas
El G20 es la vía incorrecta para coordinar políticas internacionales. Para eso inventaron al Banco Mundial, al Fondo Monetario y a la Naciones Unidas. Cualquier otro grupo es sólo un esfuerzo por proteger intereses de países individuales fuera del marco multilateral. Guatemala debería protestar (aunque sea con su 0.00001% de votos) contra estos movimientos.

domingo, 14 de noviembre de 2010

¡Tan Lejos que Está Finlandia!

Sería muy ingenuo pretender que Guatemala se parezca a Finlandia. Además, hace mucho frío allí. Pero ese país nórdico sí que sirve como ejemplo a seguir en lo que se refiere a combatir la corrupción, que es uno de los peores cánceres que está minando la salud de nuestra sociedad.

§ POLÍTICAS PÚBLICAS

¡TAN LEJOS QUE ESTÁ FINLANDIA!

Guatemala volvió a registrar una pésima calificación (3.2 puntos sobre 10 posibles) en el Índice de Precepción de Corrupción que anualmente publica Transparencia Internacional, organización que lucha contra la corrupción a nivel mundial. Según la definición de Transparencia Internacional, la corrupción se da cuando una persona (por lo general un funcionario público) abusa del poder que le ha sido delegado con el objeto de obtener beneficios privados (para sí o para otros); en ese sentido, se trata de una actividad dañina para todo aquel cuya vida, subsistencia o felicidad dependa de la integridad de quienes ejercen puestos de autoridad.

La corrupción es causa de pobreza y de inestabilidad social, por lo que no debe ser motivo de sorpresa que Guatemala califique mal y ocupe el puesto 91 de 178 países calificados mientras que, por ejemplo, Finlandia obtiene las mejores calificaciones en el referido índice.

El éxito finlandés en la lucha contra la corrupción se debe, claro está, a una combinación de factores, entre los que destaca la solidez de sus instituciones (educación universal, acceso a la información pública, servicio civil profesional, administración pública poco jerárquica, etcétera) y los valores sociales de total intolerancia al abuso de poder. Estos valores se expresan en ocho principios explícitos de observancia obligatoria.

Primero, cualquier compra que realice un ente público debe hacerse a precios de mercado e incluir ofertas de al menos tres proveedores, para poder elegir la más baja; además, no se admiten precios por encima de ciertos máximos pre establecidos. Segundo, transparencia total en las actuaciones: cualquier decisión tomada por un funcionario público en el ejercicio de su cargo (excepto las relacionadas con seguridad) puede ser conocida por el resto de ciudadanos; es ilegal negarse a proporcionar tal información cuando se solicita.

Tercero, transparencia total en las cuentas: los finlandeses tienen acceso a las declaraciones tributarias de todos sus conciudadanos contribuyentes, desde el menor de los asalariados, hasta el presidente de Nokia, pasando por el futbolista más famoso o cada uno de los vecinos de Helsinki. Cuarto, no hay alcaldes que ejecuten obra pública: la autoridad del municipio es el Concejo (electo en las urnas), quien contrata a un “gerente de la ciudad”, que es un funcionario público profesional sujeto a la autoridad del Concejo (y, por ende, de los votantes).

Quinto, gestión pública profesional: la gran mayoría de los secretarios de Estado son funcionarios de carrera que alcanzan el puesto mediante pruebas objetivas, y no mediante una designación político-partidista. Sexto, estructura de poder colegiada: en Finlandia se promueve la toma de decisiones mediante el debate y el consenso; tal como la máxima autoridad municipal es el Concejo, así el Consejo de ministros tiene mayor poder decisorio que el propio Presidente de la República.

Séptimo, acceso libre al poder: los puestos de alto rango de la administración pública, incluyendo los ministerios finlandeses, son cubiertos por funcionarios públicos cuya carrera (siguiendo un baremo meritocrático) está abierta a todos los ciudadanos. Y octavo, proporcionalidad en el castigo: la cuantía de las multas por violar las normas suele ser proporcional a los ingresos del infractor (individuos o empresas). Por ejemplo, hace unos años un alto ejecutivo de Nokia fue condenado por una infracción de tránsito (por exceso de velocidad) y se le impuso una multa por el equivalente a 104 mil dólares, proporcional a sus ingresos.

En Guatemala, evidentemente, estamos muy lejos de respetar estándares tan claros como los finlandeses, pero lo más grave de nuestra situación es, quizá, la falta de conciencia sobre cuán nociva es la corrupción para el país. Es trágico que la apología de la picardía y la búsqueda del dinero fácil se hayan instalado como prácticas comunes a todo nivel de nuestra sociedad. Así, a los guatemaltecos nos cuesta cada día más reconocer que la corrupción es una grave amenaza para el buen funcionamiento del gobierno, para la eficiencia de la actividad comercial, para el proceso democrático y para el desarrollo económico sostenible. Si no cambiamos esto, Finlandia estará cada vez más lejos.

COMENTARIOS DE LOS LECTORES
luisfe uk 09-11-2010 06:09:43 horas
Según me contaron un ministro de Chile explicaba porque ellos tenían baja corrupción y era por que los chilenos así eran y bueno muchos guatemaltecos no lo son, tanto peca como el que da como el que recibe. Tambien en una conferencia comentaban que el nivel de calidad de vida puede incidir en la corrupción ya que entre mejor sea menor sera esta y son elementos que como menciona son importantes. Tenemos que invertir más en Guatemala y exigir más transparencia y los partidos políticos son clave.

Julia Castillo 09-11-2010 07:40:29 horas
Considero que Guatemala no es Finlandia, y esta de más compararlos, son dos países totalmente diferentes, en condiciones económicas y geográficas, por esto es que es casi un absurdo pretender que en algún momento nosotros seamos Finlandia. Pero quiénes son afines a ganar dinero de la manera más fácil, son los mismos ricos que ambicionan tanto, que cuando ya tienen más de lo necesario quieren más, por esta razón es que muchas veces no entendemos el porque de tanta riqueza en las mismas manos.

Miguel Asturias 09-11-2010 08:37:26 horas
Claro está, que la corrupción es un mal social que se ha ido deformando las correctas relaciones entre los individuos y las instituciones; que al final de cuentas (como dice el Señor García) crea pobreza e inestabilidad social. Pobreza porque no crea condiciones necesarias de inversión de desarrollo en las comunidades. Y la inestabilidad social provocada por la pobreza, en donde se pierden las correctas estructuras funcionales.

Fernando Ortíz 09-11-2010 08:44:40 horas
Estoy completamente consciente que no se deben de acabar con la corrupción existente y que tiene muchas formas. Pero en el caso guatemalteco, mucho se habla de corrupción, pero es una mera “percepción” de los medios y que nos han inculcado a todos y que tendemos a reproducir. Pero ¿acaso hay datos que sustenten estos argumentos? No hay que dejarse llevar por una mera percepción que no demuestra realmente la realidad nacional.

Alan Lopez 09-11-2010 08:55:02 horas
La corrupción de los guatemaltecos y toda Latinoamérica es genética. Es el gen español = conquistar, destruir, robar, esclavizar y luego huir. Del río grande para abajo todo es lo mismo. Debiéramos ser un solo país y llamarnos: Estados Unidos Corruptos de Latinoamérica. Siendo México nuestro máximo representante y Guatemala una copia chiquita. Nada nuevo. Nadie tiene miedo a la justicia en Guatemala. Todos abusan parejo, desde el presidente hasta el policía. Cuídense compatriotas.

Arturo Pirir 09-11-2010 09:07:27 horas
Es muy triste saber y darse cuenta de toda la corrupción que hay en Guatemala, pienso que luchar contra la misma es tarea de todos y todas, se supone que el pueblo tiene la autoridad de elegir a sus autoridades, no es justo que unos pocos estanquen el progreso de todos, ya basta de tantos desgraciados vende patrias por eso yo digo que ese señor Arzú, ni siquiera debería vivir en este país.

Sebastian Herrera 09-11-2010 09:21:04 horas
Tan injusta es la corrupción con el pueblo ya que nos estanca en este hoyo en que ahora nos encontramos, siento que habría que hacer muchas reformas para comenzar a luchar contra la corrupción que esta muy crecida, la corrupción es la razón por la cual las personas ya no creen en los gobiernos pues se sabe que es corrupto mucho antes de que este lo sea, yo creo en este gobierno solidario que ayuda a los pobres y hasta el momento no se le ha demostrado ningún acto de corrupción.

Alejandro Locon 09-11-2010 09:29:33 horas
Currupción responsable de la desgracia del país, pero no solo los funcionarios públicos o las autoridades son corruptas, actualmente me he dado cuenta que los medios de información también son unos corruptos, pienso que en la nota deberían también comentarse esto. En general todos somos corruptos o lo hemos sido alguna vez, es importante que todos dejemos de ser corruptos, que fácil es solo criticar y hablar, pero el cambio comienza por mí.

Fernanda del Valle 09-11-2010 09:52:25 horas
Nosotros, tenemos el poder de cambiar muchas cosas en Guatemala. Cuando pensamos que probar un nuevo candidato es una solución no estamos viendo avances en materia de corrupción. La corrupción en Guatemala es promovida porque siempre designamos a los mismos para que nos gobiernen, y cuando finalmente están en el poder, actúan solo por beneficio propio, y la derecha nunca va a cambiar. No podemos pensar en Guatemala con un nivel de desarrollo como Finlandia, no es lo mismo, no es igual.

eduardo quiñónez 09-11-2010 10:31:34 horas
Y el éxito de la educación en Finlandia, aparte de ser gratis, dice el ministro de esa cartera en ese país, es que los maestros tienen un buen salario y sobre todo reciben un gran respeto por parte de la sociedad finlandés. En Guatemala podría cada uno de nosotros, empezar respetando y apoyando al profesor/a de nuestros hijos.

Mario Fajardo 09-11-2010 15:27:57 horas
Lastimosamente en nuestra nación cada quien busca su propia satisfacción, olvidando que lo principal es que el país desarrolle y alcance un nivel de vida mejor. Lamentablemente la corrupción es algo que atasca al país, no lo deja crecer, impide que muchos tengan desarrollo, y esto es lo que mejor saben hacer los ricos los que se dicen financiar al país, piden resultados pero no dan estrategias que beneficien a todos, sino son estrategias que solo los benefician a ellos.

Marco Antonio Villeda Sosa 09-11-2010 21:12:44 horas
Hablar de una nacion como Finlandia es mucho mejor que Guatemala en muchos aspectos aunque lo mejor es que no tienen funcionarios corruptos en su gobierno algo que no es aceptado por el pueblo finlandés, lo que se tiene que hacer es tener una nación sin secretos financieros o bancarios algo que ya se está haciendo en países nórdicos de Europa, es lo que tendríamos que hacer en Guatemala algo difícil en una partidocracia corrupta, aunque es lo que tendriamos que hacer.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Qué Hacer con el RENAP

La situación del RENAP es tan desastrosa que ahora, luego de años de haberla dejado en el descuido, se propone tomar medidas drásticas (como la intervención o la modificación radical de su Ley Orgánica) para tratar de rescatarla. Es cierto que la actual Ley del RENAP adolece de múltiples deficiencias, pero no es eso lo que ha causado el colapso de la institución; más bien al contrario, la absoluta falta de cumplimiento del marco legal vigente ha sido la causa del terrible deterioro de la institución. Quizá (como en tantos otros aspectos de la vida pública nacional) valga la pena que, antes de intentar soluciones radicales y drásticas (cuya viabilidad política las hace complicadas) se intente el rescate institucional mediante el cumplimiento de las normas vigentes; para ello es fundamental que el Tribunal Supremo Electoral, el Congreso de la República y el Organismo Ejecutivo (que integran la autoridad máxima del RENAP) dejen de actuar con la negligencia que han exhibido en este tema desde la creación del RENAP.

POLÍTICAS PÚBLICAS
QUÉ HACER CON EL RENAP

La viabilidad de un país depende de la fortaleza de sus instituciones. Por eso es lamentable que una institución tan importante como el Registro Nacional de las Personas –Renap-, haya sido tan mal manejada desde su nacimiento y esté a punto de perderse irremediablemente. El esfuerzo por rescatarla es algo que, por difícil que luzca, vale la pena intentar en aras de que el Estado no siga desmoronándose.

El Renap incumplió su mandato original de darle a todos los guatemaltecos un Documento Personal de Identidad –DPI- antes de la convocatoria a las próximas elecciones, lo cual ha despertado dudas sobre la credibilidad del proceso electoral; la sola existencia de tales dudas es una amenaza para la gobernabilidad del país que clama porque se adopten acciones urgentes. Lo más importante es que el próximo proceso electoral se realice con eficacia, transparencia y credibilidad, al tiempo que se preserva la gobernabilidad del país y el prestigio de las instituciones involucradas, particularmente el Tribunal Supremo Electoral –TSE- y el propio Renap.

Para ello debe lograrse que todos los ciudadanos tengan una identificación (cédula o DPI) y estén empadronados, así como que exista suficiente información y transparencia para que el proceso electoral sea creíble; y debe hacerse con urgencia, pues quedan pocos meses para la convocatoria a elecciones.

Para lograr el objetivo de que todos los ciudadanos puedan votar, un primer buen paso ha sido que el Congreso prorrogara la vigencia de la cédula de vecindad. Ahora el Renap debe enfocarse en documentar tanto a los ciudadanos que requieren reponer su cédula o DPI, como a aquellos que nunca han tenido tal documento. Ello implica restarle prioridad a quienes buscan sustituir su cédula, para no distraer los recursos que deben centrarse en los indocumentados. Todo aquél que obtenga su DPI debería ser empadronado automáticamente, lo que requiere un esfuerzo de coordinación informática entre el Renap y el TSE.

Un problema adicional es el de los casi 1.5 millones de ciudadanos cuyos Registros Municipales fueron destruidos en el conflicto armado interno, cuya documentación requiere que el Renap provea el apoyo legal necesario, que se revise la ley especial de inscripción para facilitar el proceso de registro de personas y que se minimice el riesgo de que se produzcan casos doble identidad, cruzando los bancos de huellas y fotografías digitalizados que ya existen en el país.

Pero quizá lo más importante es fortalecer la gobernanza del Renap. Su Directorio –compuesto por representantes del TSE (quien lo preside), del Organismo Ejecutivo (representado por el Ministro de Gobernación) y del Legislativo- debe asumir el rol que la ley le asigna, que es el de definir sus estrategias, aprobar sus contratos, y nombrar y supervisar a su Director Ejecutivo. El fracaso actual del Renap es también el fracaso de las tres entidades que conforman su Directorio, quienes debieron antes, y deben más ahora, involucrarse plenamente en el rescate institucional.

El TSE dice estar en posibilidad de llevar a cabo el proceso electoral con dos documentos (cédula y DPI), pero es menester que mejore su coordinación con el Renap en las áreas de informática, logística y de comunicación con los votantes, en un proceso que debe liderar el propio TSE, dado que su credibilidad y experiencia son superiores a las del Renap.

Para ello es indispensable que el TSE tenga todo el apoyo político, presupuestario y ciudadano, y que el Renap se sujete a la orientación del TSE en materia electoral. Además de la coordinación entre ambas entidades, se requiere del apoyo del Ejecutivo en todo aspecto técnico, político y financiero del proceso electoral.

También conviene que una entidad internacional con credibilidad y experiencia en la materia (como la OEA) certifique que los sistemas informáticos y de transmisión de datos, así como el padrón electoral, son adecuados para realizar las elecciones con cédula y DPI; asimismo, que los sistemas del Renap sean auditados por una entidad independiente que garantice su seguridad e inviolabilidad.

Finalmente, se requiere de una campaña de opinión pública convincente respecto de la credibilidad de las elecciones para lograr su legitimidad y preservar la gobernabilidad. Aunque el desafío es tremendo, quizá sea la última oportunidad de rescatar el Renap; ojalá no se siga posponiendo.

OPINIÓN DE LOS LECTORES
Darlen Solis 02-11-2010 14:06:28 horas
Es claro que las autoridades trataron de ser equilibrados en el tema, tomando en cuenta que se acercan las próximas elecciones y pienso en lo particular que es mejor que las autoridades tomen posesión del Renap , y no que empresas extranjeras tengan el banco de datos de todos los guatemaltecos. Necesitamos como menciona lo de la fortaleza de la gobernanza del Renap, cabe mencionar que los guatemaltecos se dejaron llevar por el mal manejo de la información por parte de los medios de comunicación

sergio licardie V 02-11-2010 14:22:00 horas
La función del Renap es la de darle identidad a todos los guatemaltecos existentes o no. Desde recién nacidos hasta muertos. En algunos procesos se intersecta con el TSE y allí debe de garantizar eficiencia y transparencia. El TSS debe garantizar que las elecciones se efectúen con limipieza y transpare3ncia. Están definidos los campos si no cumplen los interesados deben de estar vigilantes y proceder conforme la ley o mediaticamente para evitar que los abusos destruyan la institucionalidad.

Alonso Quijano 02-11-2010 15:58:09 horas
El RENAP contrató a un montón de ineptos, recomendados políticos de diputados igualmente ineptos y los resultados están a la vista. Ahora la tarea de limpieza se complica pues están sindicalizados y en manos de dirigentes de igual o peor calaña a la que los sindicalistas nos tienen acostumbrados. Pobre Guate.

pablo juarez 02-11-2010 16:42:52 horas
El presidente Álvaro Colom dio hoy marcha atrás a la intervención del Registro Nacional de las Personas (Renap) por lo mismo se formó una comisión para que dirigiera este organismo el renap sufre de carencias pero su mayor problema viene de tiempo atrás cuando estaba en la muni con los libros todos tirados y en mal estado por lo mismo es que ahora se heredaron esos problemas no son nuevos pero lo que hay que hacer es encontrale una solución yo si apoyaba a que presidencia interveniera el renp

Hugo Santizo 02-11-2010 22:49:18 horas
Lo que realmente requiere el RENAP es una política de cambio estratégica organizacional, para que realmente funcione a cabalidad, el Gobierno asumió la responsabilidad de intervenirla y muchos sectores se opusieron y los mismos son los que exigen resultados ¿entonces?

ENERGÍA ELÉCTRICA: SE ACABARON LAS VACAS GORDAS

URGEN MEDIDAS PARA EVITAR UN DÉFICIT DE SUMINISTRO   Durante años, el sistema eléctrico nacional tuvo un superávit de oferta; es decir, su c...