Opinión | POLÍTICAS PÚBLICAS |
El FMI nos toma el pulso |
El FMI señala que, aunque nuestra economía se vio perturbada por la crisis, existen signos de que en 2010 empezará a recuperarse. Como un severo médico especialista en el sistema circulatorio de la economía mundial –es decir, en el flujo de comercio y de capitales-, el Fondo Monetario Internacional (FMI) realiza un chequeo periódico a cada uno de sus 186 países miembros. En el caso de sus pacientes que no están graves, como Guatemala, dicha revisión la efectúa cada uno o dos años conforme lo establece el Artículo IV de sus estatutos. Para el efecto, una misión de expertos visita el país, analiza su situación económico-financiera y discute con técnicos y autoridades locales el desempeño y las políticas económicas aplicadas; al regresar a su sede en Washington, los expertos elevan un reporte al Directorio Ejecutivo del FMI, quien emite sus comentarios y recomendaciones. La semana pasada se publicó el resultado de la más reciente revisión de Artículo IV para Guatemala, en la que el Directorio del FMI señala que, aunque nuestra economía se vio perturbada por la crisis mundial, existen signos de que en 2010 empezará a recuperarse luego de que el año anterior las políticas monetaria y fiscal contribuyeran a mitigar el impacto de la crisis, a satisfacción del Fondo. Al tiempo que apoyó la reducción gradual de la tasa de interés líder de la política monetaria, el FMI señaló que la misma debía aplicarse con precaución dados los efectos que dicha medida tiene sobre el alza en el tipo de cambio por lo que, para enfrentar este dilema, aconsejó tomar medidas para profundizar el mercado de títulos-valores a fin de mejorar la efectividad con la que los cambios en la tasa líder se transmiten al mercado bancario. Por cierto, el Fondo estima que el sistema financiero nacional muestra buenos indicadores de solvencia y de liquidez que le han ayudado a sobrellevar el aumento registrado en el número de préstamos morosos que, derivado de la deceleración económica, ha afectado sus utilidades. De cualquier forma, la recomendación aquí es continuar fortaleciendo las reglas de supervisión bancaria y las que reducen reduzcan los riesgos asociados a las operaciones off-shore y al otorgamiento de préstamos a personas vinculadas a la propiedad de los bancos. El desafío más difícil, quizá, sobre el cual hizo hincapié el Directorio es el de la política fiscal, que debe encontrar la forma de enfocar el gasto gubernamental a apoyar la demanda interna y a proveer bienes públicos que apoyen el desarrollo (educación, infraestructura, seguridad pública), mientras que, simultáneamente, debe mantener bajo control el déficit fiscal a fin de no hacer insostenible el nivel de la deuda pública. Este es, de hecho, el reto clave y recurrente de nuestra política económica pues, para hacer sostenible el balance fiscal (y la estabilidad macroeconómica) y, a la vez, ofrecer a la ciudadanía de manera eficiente los servicios estatales básicos, es menester reducir el desperdicio y la corrupción en el gasto público, fortalecer a la SAT y ejecutar un amplio programa de mejora en la recaudación. Este agridulce diagnóstico del FMI resulta oportuno a la luz de la afortunada apertura de diversas mesas de diálogo sobre estos temas por parte de los organismos Ejecutivo y Legislativo. Esperemos que la toma de pulso que nos hace el organismo internacional sirva, cuando menos, de guía calificada en las discusiones de las mesas respectivas. |
viernes, 29 de enero de 2010
El FMI Nos Toma el Pulso
jueves, 21 de enero de 2010
Bienes Públicos
Opinión | POLÍTICAS PÚBLICAS | |
Bienes públicos | |
A nuestro país le urge atraer inversión extranjera directa que le permita reducir la dependencia de las remesas. | |
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jueves, 14 de enero de 2010
Banco Central Bajo Ataque
§ POLÍTICAS PÚBLICAS
BANCO CENTRAL BAJO ATAQUE
La presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, ha emprendido un ataque frontal contra el presidente del banco central argentino, Martín Redrado, debido a la negativa de éste último de trasladar parte de las reservas monetarias internacionales del banco al gobierno central para que las utilice en el pago de su deuda externa. En el conflicto que se ha generado, que incluye un intento de destituir al banquero central mediante decreto de la presidenta, existen muchas aristas que, como en toda confrontación política, se prestan a múltiples interpretaciones y opiniones; en este caso, sin embargo, la razón asiste –no me cabe duda- a Redrado, tanto desde un punto de vista puramente técnico, como desde la perspectiva de los más altos intereses del Estado.
La idea de utilizar las reservas monetarias que administra el banco central para pagar deuda externa, aunque intuitiva o superficialmente pueda parecer adecuada, es técnicamente muy compleja y, la mayoría de veces, inconveniente. En nuestros países, las reservas las acumula el banco central luego de comprarle al gobierno central las divisas que éste obtuvo mediante préstamos externos, dándole a cambio el equivalente en moneda nacional para que los gaste en inversión pública. Con el tiempo, el gobierno debe obtener los recursos en moneda local para adquirir del banco central las divisas con que ha de pagar su deuda externa. Pretender que el banco central le dé gratis esas divisas es, simplemente, un asalto al patrimonio nacional. Es como si un jefe de hogar se endeudara para comprar una casa, y luego decide vender esa casa (o partes de ella) para pagar las mensualidades del préstamo, dejando a fin de cuentas más pobre a la familia.
Pero más allá de las consideraciones técnicas, el irrespeto a las instituciones del Estado que entrañan actitudes como las de la señora Kirchner, es uno de los pecados más graves que los gobernantes latinoamericanos suelen cometer. Violentar las leyes, intentar la remoción de los jefes de las entidades autónomas que tienen un mandato y un plazo específicos, y ansiar la politización de las decisiones técnicas son todas actitudes que dañan el estado de derecho, que minan la institucionalidad pública y que debilitan, a fin de cuentas, al propio gobierno. Si bien es cierto que el propio Redrado tuvo al principio de su mandato una actitud ambigua en cuanto a la necesaria independencia que cualquier presidente de un banco central debe mostrar respecto del gobierno, hoy debe reconocerse la meritoria y digna actitud de resistencia que ha sabido mantener ante las ilegítimas pretensiones de la presidenta.Ahora la solución de este caso está en manos de las cortes argentinas y allí, como en nuestros propios sitios tropicales, cualquier cosa puede ocurrir. Hace unos días, callejeando por la ciudad de Nueva York con mis hijos, nos preguntábamos como esa metrópolis, tan abrumadora y aparentemente caótica podía ser, al mismo tiempo, tan funcional, admirable y, francamente, deliciosa. La respuesta la vimos inscrita en el frontispicio de la Corte Suprema del condado: “La administración cierta de la justicia es el principal pilar del buen gobierno”. Ojalá que en el caso del Banco Central de Argentina, como en cualquier otro lugar donde el Ejecutivo pretenda asaltar las instituciones autónomas del Estado, prevalezca ese pilar de buen gobierno.
OPINIÓN DE LECTORES
Juan José Micheo Fuentes 12-01-2010 09:33:16 horas
Es correcto lo indicado por el Lic. García Lara en relación con que es un asalto acceder a las reservas internacionales para pagar deuda pública externa, la única manera de hacerlo vía el Presupuesto Nacional, encontrando los recursos específicos necesarios para hacer dicha operación financiera. De acuerdo también en que violentando el Estado de Derecho vamos camino a dictaduras e imposiciones antidemocráticas. Qué bueno que nos ilumine con criterios técnicos bien interpretados y bien pensados.
marta altolaguirre 12-01-2010 16:36:08 horas
Excelente comentario. La tendencia de Presidentes electos a pasar encima de los límites que la ley les impone y a manejar el Estado como les viene en gana es una corriente dictatorial. Mis respetos a la jueza que resolvió en favor de la ley y los intereses nacionales aún cuando le implicó enfrentarse a la poderosa pareja en el poder. Ojalá aquí tengamos funcionarios judiciales con esa integridad y valentía.
Licenciado Mario Garcia Lara:
Lo felicito por su excelente artículo “Banco Central bajo ataque” publicado en Siglo 21 el Martes 12 de Enero. Yo se lo agradezco en nombre del pueblo de Guatemala.
Atentamente,
Arturo Villagrán
Subscriptor de Siglo 21Lector de su columna
domingo, 10 de enero de 2010
Lecciones para 2010
§ POLÍTICAS PÚBLICAS
LECCIONES PARA 2010
A fines de 2009 la polvareda de la recesión mundial empezó a disiparse y se hizo evidente que el nuevo año experimentará una lenta y dolorosa recuperación económica mundial. Aunque parece que la economía internacional superó el riesgo de una grave depresión como la de los años 30 del siglo pasado, bien vale la pena extraer lecciones de los eventos que desencadenaron la crisis. El auto-engaño en que incurrieron los banqueros y los compradores de vivienda en los países desarrollados es una faceta central de la crisis, lo mismo que la otra cara de esa medalla: la incapacidad de los reguladores del mercado financiero para evitar que los excesos de aquéllos pusieran en riesgo la estabilidad del sistema. Si bien, como decía Hayek, el libre mercado es una máquina estupenda para procesar y transmitir información, no es extraño que a veces se presenten fallas en su funcionamiento.
Una prueba de esas fallas es, por ejemplo, que los precios al alza de las viviendas (el sector que desencadenó la crisis) debieron desincentivar su compra; en la práctica, los compradores de vivienda vieron en dicho aumento una señal de futuras ganancias y, como en una horda acicateada por la disponibilidad de créditos blandos, aumentaron la demanda y generaron una burbuja especulativa. Y los mercados también fallan cuando, por desidia o mala fe, la información no fluye y los vendedores (por ejemplo) saben más que los compradores acerca de las características del producto transado, lo que hace que su precio no refleje todos los costos (incluyendo los sociales) incorporados en su producción. Por ello la corriente principal del pensamiento económico actual se inclina por lograr un mejor equilibrio entre la libertad individual de emprender y la responsabilidad gubernamental de vigilar el desempeño del mercado.
Pero aparte de la discusión sobre las virtudes y defectos del libre mercado, existen dos lecciones de la crisis que merece la pena aprender para el nuevo año, y más allá. La primera es que la verdadera riqueza no yace en los productos financieros, sino en los bienes y servicios que deseamos consumir o en las cosas (fábricas, maquinaria, mano de obra calificada) que nos dan la posibilidad de producir más de tales bienes y servicios. Los activos financieros (depósitos bancarios, bonos, acciones) surgen del deseo de posponer el consumo, de manera que el dinero puede ser ahorrado por motivos precautorios o especulativos: los valores financieros no son riqueza, sino solamente títulos representativos de la misma.
jueves, 7 de enero de 2010
Soberana Deuda
ENERGÍA ELÉCTRICA: SE ACABARON LAS VACAS GORDAS
URGEN MEDIDAS PARA EVITAR UN DÉFICIT DE SUMINISTRO Durante años, el sistema eléctrico nacional tuvo un superávit de oferta; es decir, su c...
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