jueves, 27 de agosto de 2009

OTRA VEZ EL HAMBRE

Da vergüenza. Llora sangre. Indigna. Hiere. Los cuadros de desnutrición aguda que se están viendo en varios municipios de Guatemala deberían ser una afrenta para todos los guatemaltecos bien nacidos. No existe justificación para que ello ocurra y, hay que decirlo, el principal culpable es el gobierno: la institucionalidad que funciona en el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional -CONASAN- debería haber actuado oportunamente. Para eso existen una serie de mecanismos de alerta temprana para detectar el inicio de una agudización de la desnutrición y, con base en los indicadores correspondientes, actuar en consecuencia. Pero lo mismo que sucedió con "Creciendo Bien" (el programa estrella de la esposa del anterior presidente), sucede ahora con "Mi Familia Progresa" (el programa favorito de la esposa del actual presidente): los programas personales, no institucionales, distraen recursos y esfuerzos que deberían estar a disposición del CONASAN, y éste no puede actuar conforme su mandato legal. Sólo queda esperar que ésta sea la última vez que ocurre algo así en nuestra tierra...

§ POLÍTICAS PÚBLICAS

OTRA VEZ EL HAMBRE

El premio Nobel de Economía (1998), Amartya Sen, planteó una de las paradojas más lacerantes de nuestro tiempo: la mayoría de las peores hambrunas del último siglo han ocurrido sin que exista una reducción significativa de la oferta de alimentos. Y ese es, lamentablemente, el caso de la crisis alimentaria que se está viviendo en el llamado Corredor Seco de Oriente en Guatemala. Esta nueva crisis, además de paradójica, debe ser motivo de vergüenza ya que, como el propio Sen lo afirma, “ninguna hambruna en la historia de la humanidad ha ocurrido en una democracia funcional”, es decir, donde exista libertad de expresión (y, con ella, capacidad de sonar oportunamente las alarmas) y un gobierno electo que debe rendir cuenta de sus actuaciones y omisiones.

La lacerante realidad de viven nuestros compatriotas del Corredor Seco es muy difícil de aceptar, especialmente si se toma en cuenta no sólo que en el país, en su conjunto, no hay escasez de oferta alimentaria, sino también que existe, desde años atrás, una institucionalidad púbica específicamente diseñada para prevenir estas situaciones. Pareciera ser que, al igual que en área de seguridad ciudadana (donde por mandato legal existe un Consejo Nacional de Seguridad que apenas si se ha reunido), en el área de seguridad alimentaria tampoco se ha hecho uso adecuado del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional –CONASAN- que, por ley, debiese operar bajo reglas específicas vigentes desde hace tiempo.

Conviene recordar que el CONASAN está integrado por el Vicepresidente de la República, quien lo preside; el Secretario de Seguridad Alimentaria y Nutricional –SESAN-, quien actúa como Secretario; el Ministro de Agricultura; el Ministro de Economía; el Ministro de Salud; el Ministro de Educación; el Ministro de Comunicaciones; el Ministro de Ambiente; el Ministro de Trabajo; el Ministro de Finanzas; el Secretario de Coordinación Ejecutiva de la Presidencia y la SOSEP. Cada uno de ellos es responsable de impulsar al interior de sus entidades el cumplimiento de la política de seguridad alimentaria, cuyas acciones deben derivarse de una evaluación integral por parte de tales entidades.

Ojalá que no haya ocurrido lo que muchas veces sucede con las políticas públicas en Guatemala, donde las políticas de Estado (de largo plazo, como la de Seguridad Alimentaria) se descuidan por atender políticas de Gobierno (coyunturales, como la de habilitar comedores solidarios en la ciudad capital, donde la hambruna se ve como una realidad lejana). Y ojalá también que esta nueva crisis alimentaria sea la última que viva nuestro país y que sirva de lección sobre la importancia de mantener efectivas las políticas de Estado en la materia y la institucionalidad que las respalda (como la SESAN).

No olvidemos también que, aunque las hambrunas reciben más titulares de prensa, la desnutrición crónica es un problema mucho más serio porque sus efectos de largo plazo son más graves y porque está más extendida en nuestro país. La desnutrición es no sólo una consecuencia de la pobreza, sino una causa de la misma pues torna a los niños en seres débiles física y mentalmente, limitando de por vida su capacidad productiva. No se trata, pues, de un asunto político-electoral, sino de un tema que debe ser tratado con Políticas de Estado, pues en él se habrá de definir, en gran medida, el futuro de Guatemala.

Opinión del lector
Pepe Recinos - Guate-Malawi (también Guate-Malí)
La unica politica estatal coherente y congruente con este tema debe ser el Control Natal de las clases bajas. Si quieren hijos para que les ayuden a trabajar, justificando así las Ongs y las iglesias que los muy pobres sigan teniendo a tantos nuevos niños, puede crearse otra política: Transferencias Condicionadas para Comprar Asnos y Mulas a las familias pobres. A cambio de que se esterilicen, desde luego. ¿Porqué desagrada tanto a tanta gente de la Clase Alta y de la Clase Media, esta clase de ideas, si ellos son ejemplos clarísimos de esterilización voluntaria?. De cada 10 mujeres católicas de clase media y alta que conozco, 9 se esterilizaron al segundo chirís. Hipocritones e hipocritonas que son

jueves, 20 de agosto de 2009

Nerviosismo Cambiario

Por alguna razón que no he logrado identificar (quizá de índole cultural o idiosicrática) los guatemaltecos --particularmente los de clase media urbana- le confieren una gran importancia y un enorme poder (que no tiene) al tipo de cambio como variable indicativa del desempeño de la economía nacional. En abril del año pasado eran los exportadores quienes se quejaban de la reducción del tipo de cambio y exigían la intervención del gobierno. Ahora son los comerciantes quienes se asustan del alza de esta variable y exigen al gobierno que la detenga. Ambos sectores, tradicionalmente (y al menos ante la opinión pública) no son precisamente de los que más simpatizan con las intervenciones gubernamentales, pero cuando se trata del tipo de cambio no dudan en acudir al Estado. Los agentes económicos guatemaltecos muestran aún (pese a varios años de vivir en un régimen de tipo de cambio flexible) una gran inmadurez para adaptarse a las variaciones cambiarias. A esto se refieren dos columnas que presento a continuación; la primera, la más reciente, se refiere al último episodio alcista; la segunda, publicada en abril de 2008, al episodio de apreciación de esa época. Las conclusiones son similares...
§ POLÍTICAS PÚBLICAS

NERVIOSISMO CAMBIARIO
Después de meses de estabilidad, el tipo de cambio del quetzal (por dólar estadounidense) sufrió un alza súbita en semanas recientes. Como era predecible, esta depreciación ha vuelto ha vuelto a evidenciar cierta inmadurez de los agentes económicos guatemaltecos de cara a las variaciones cambiarias. El tipo de cambio se cotizó a Q8.26 por dólar, lo que significó una depreciación de alrededor del 10% respecto a su nivel de hace un año. Semejante depreciación es un asunto de lo más común en países tales como Brasil, Chile, Colombia, Inglaterra o México que, al igual que Guatemala, tienen un régimen de tipo de cambio flexible, y en donde tales movimientos cambiarios apenas si generan alguna nota secundaria en la sección económica de los diarios.
En nuestro país, en contraste, las variaciones del tipo de cambio, por más moderadas que sean, son aún motivo de titulares de prensa, de debates académicos e, incluso, de emotivos campos pagados donde los comerciantes organizados solicitan al gobierno que impida que el mercado se exprese y que ponga precio tope al valor de la moneda. Este nerviosismo cambiario puede deberse, quizá, a los largos años (entre 1926 y 1986) en los que el quetzal valía lo mismo que el dólar, lo que dejó en el imaginario colectivo a la moneda nacional como una mercancía de precio fijo o hasta como un símbolo de la virilidad nacional, pese a los esfuerzos de la banca central por modernizar el sistema cambiario del país con la adopción de un régimen cada vez más flexible.
Si bien es cierto que el aumento reciente del tipo de cambio fue mucho más veloz de lo que acostumbra el adormecido mercado guatemalteco, y que siempre es bueno evitar fluctuaciones muy bruscas en esta variable para evitar que los agentes económicos adopten decisiones precipitadas, también lo es que, en las actuales circunstancias de desaceleración económica y luego de varios años de estabilidad y hasta de apreciación del quetzal, su moderada devaluación puede darle un pequeño respiro a importantes sectores productivos.
Resulta comprensible que el alza del tipo de cambio incomode a los importadores (pues sube el costo de sus compras) y a los guatemaltecos que viajan al exterior (pues se les encarece su paseo), pero su incomodidad forma parte del alivio para la alicaída economía nacional: los comerciantes se verán más incentivados a adquirir productos nacionales y los viajeros a hacer turismo interno. Los exportadores, por su parte, sentirán un alivio ante la caída que han sufrido las ventas al exterior, pues el tipo de cambio más alto les compensará parcialmente esta caída y les permitirá posicionarse mejor en los mercados externos.El tipo de cambio flexible es parte integral del régimen monetario de metas de inflación que, con una economía anémica, requiere que el banco central reduzca las tasas de interés, lo que a su vez provoca una caída en la demanda de quetzales y, con ello, una depreciación cambiaria. Los efectos de estímulo a la economía derivados de la depreciación pueden complementar a la política monetaria y fiscal anticíclica en un momento en que los bancos están renuentes a activar el crédito. Aunque un tipo de cambio más elevado puede tener consecuencias inflacionarias, en este momento las mismas se ven contrarrestadas por la caída de precios de varios productos a nivel internacional, de manera que parece un buen momento para que el quetzal se deprecie.

Opinión del lector

ROBERTO LOPEZ PORRAS - U.S.A.
LOS JUEGOS CAMBIARIOS. Si yo soy un rentista que deriva ingresos en dólares, la devaluación del quetzal me favorece, si soy un comerciante importador, la devaluación encarecerá los productos que importo con lo cual se reduciran mis ventas y mi capacidad para mantenerme en el mercado, si soy un productor de azucar, la devaluación del quetzal me afectará parcialmente por la importación de fertilizantes, equipos de fumigación, que serán más caros en quetzales y ello afectará mi decisión de invertir ya que las nuevas maquinarias, tecnologia etc. que importe seran más caras, pero, si soy un exportador la devaluación del quetzal me favorecerá y estimulará mi competitividad y mis exportaciones. El juego de variables macreconómicas incluye la tasa de cambio y el ideal es tener una moneda estable, sin embargo, en la medida en que la economía esté inserta en el mercado internacional, a través de las corrientes comerciales de dos vias, las corrientes turísticas receptivas, las remesas familiares, las inversiones, los préstmos de fuentes externas, etc. los cambios en la tasa de cambio afectarán positiva o negativamente todo el aparato productivo y tambien las decisiones empresariales yu del Gobierno. En épocas de crísis hay que adaptar la Política Económica del Gobierno y dentro de ella la política fiscal,la política crediticia, la política de cambios y por el lado privado tambien se requiere adoptar políticas acordes al entorno público e internacional. La economia es un proceso dinámico, de decisiones diarias, de políticas creativas y de adaptación, ello nos enseña a navegar en el opceano de la economia mundial y por ello tanto el Gobierno como las empresas no pueden prescindir del análisis de las condiciones macro-económicas, sectoriales, internas y externas para adoptar las mejores decisiones. Las políticas de intervención periódica del Banco de Guatemala, en el mercado cambiario, permiten estabilizar o reducir la volatilidad de la Tasa de cambio, sin embargo, ello tiene un límite macroeconómico. El Fondo Monetario Internacional próximamente repartirá Derechos Especiales de Giro a los países hasta un monto global de 283 mil millones de DEG(Canasta de Monedas)conforme a un Plan anticíclico aprobado por la Reunión del gupo de los ocho,G8 con el objeto de reforzar las reservas internacionales, especialmente de los países en desarrollo, ello permitirá resistir los efectos de la crísis en la Balanza de Pagos y en la economía.

§ POLÍTICAS PÚBLICAS (publicado el 22 de abril de 2008)
EL TIPO DE CAMBIO, EN PERSPECTIVA

El jueves pasado, un diario matutino publicó en primera plana el alarmante titular “Dólar Cae en Picada”, que refería a la noticia de una reducción “importante” que el tipo de cambio de quetzales por dólar había registrado el día anterior. El titular me lució algo exagerado no sólo porque, objetivamente, no existía (al menos hasta el pasado viernes) ninguna caída “en picada”, sino porque la coyuntura económica del país (ya no digamos la política y social) ofrecía ese día al menos otras tres noticias más merecedoras de una primera plana. En descargo del matutino, reconozcamos que en Guatemala, a pesar de tener un régimen de tipo de cambio flexible, el mercado está muy poco acostumbrado a fluctuaciones que en cualquier país con similar régimen cambiario serían consideradas perfectamente normales. Por ello una reducción en nuestro tipo de cambio, por modesta que sea, es una anormalidad generadora de titulares de prensa que, en otros países, a penas serían una noticia de relleno en la sección económica.
Para poner en perspectiva la caída del dólar, que es un fenómeno mundial desde hace varios meses, la apreciación del quetzal ha sido de 1.3% en los últimos doce meses (0.85% del 1 al 17 de abril). Esta apreciación respecto del dólar dista mucho de ser significativa si se le compara, por ejemplo, con la del real brasileño, que se ha apreciado 18.6% en un año (4.9% en abril); la del peso mexicano, que lo ha hecho en 4.6% en un año (1.7% en abril); o, la del dólar canadiense, que se depreció 10.6% en al último año (1.7% en abril). En estos países, como en todos aquellos que manejan tipos de cambio flexibles, las fluctuaciones cambiarias no sólo son mucho más frecuentes sino que mucho más pronunciadas que las que estamos viendo ahora en Guatemala. En esos mercados los agentes económicos están habituados a este tipo de variaciones y han aprendido a diversificar las monedas en sus operaciones financieras y a realizar las coberturas cambiarias que les permitan minimizar los riesgos de pérdidas por las fluctuaciones cambiarias.Lo extraordinario es el enorme monto de dólares que el Banco de Guatemala ha comprado al haberse activado, con la caída del precio del dólar, la regla de participación en el mercado cambiario que obliga al banco central a comprar dólares cuando la fluctuación del tipo de cambio (una vez éste baja de Q7.6 por dólar) es mayor a 0.1% de un día para otro. La compra de dólares que el Banco se ha visto obligado a realizar en los últimos días es indicativa de que la referida regla, aunque tiene sus bondades en cuanto a dar normas claras respecto de la intervención de la autoridad en el mercado para moderar la volatilidad, resulta demasiado restrictiva y debería flexibilizarse. Con ello, el Banguat no sólo evitaría emitir la gran cantidad de quetzales que debe pagar cada vez que compra dólares, sino que propiciaría una reducción de costos de los bienes importados (ambos factores reducirían las presiones inflacionarias) y, quizá más importante, contribuiría a que el mercado vaya adquiriendo la cultura de operar en un sistema en el que el tipo de cambio fluctúa a diario sin generar nerviosismos (y titulares de prensa) injustificados.

miércoles, 12 de agosto de 2009

La Franja Sí, Pero No Así

Pocos gobiernos en la historia de Guatemala (y del mundo) han sido tan corruptos y nefastos como el de Romeo Lucas (a quien Dios no tenga en su gloria). Durante su régimen se construyó la hidroeléctrica de Chixoy, que al día de hoy continúa siendo la principal generadora de energía del país. Su innegable utilidad que perdura hasta ahora no es, de ninguna manera, justificación para aceptar que Chixoy le haya costado a los guatemaltecos cinco veces más dinero (impuestos, pues) que lo que debió haber costado en ausencia del descarado robo que dicho proyecto generó. En tiempos de Lucas también se inició la carretera de la Franja Transversal del Norte. Hoy revive ese pequeño monstruo, y amenaza con convertirse en el Chixoy del siglo XXI: útil, necesaria, pero exhorbitantemente cara. El proceso de licitación de dicha obra es, cuando menos, dudoso. A eso me refiero en mi opinión de esta semana.

§ POLÍTICAS PÚBLICAS

LA FRANJA SÍ, PERO NO ASÍ

A finales de junio pasado, el Vicepresidente Espada dio declaraciones a algunos medios de comunicación sobre el análisis que dijo haber realizado, con los ministros de Finanzas y de Comunicaciones, respecto del proceso de contrato para la construcción de la carretera de la Franja Transversal del Norte, y de cuyo resultado surgió la recomendación (mas no la orden) de repetir la licitación de dicha obra. En las noticias publicadas al respecto no se abundó sobre las razones en las que el alto funcionario basaba su recomendación que resultaba, cuando menos, desconcertante.

Cuando se analizan los detalles del referido proceso y las recientes decisiones legislativas respecto del mismo, el desconcierto se troca en preocupación por el descuido y falta de rigor (como mínimo, para no ser mal pensados) con que se ha manejado el asunto. Como se recordará, el proceso de licitación del proyecto se realizó en 2006 y resultó adjudicada la única empresa (Solel Boneh) que entonces mostró interés dadas las características y condiciones que rigieron la licitación. Entre esas condiciones se incluía que la compañía que resultara favorecida en la licitación debería hacerse cargo de obtener el financiamiento correspondiente.

Durante los últimos meses, el Congreso de la República estuvo discutiendo un proyecto de ley que modifica esas características y condiciones; por ejemplo, se modifica la indicada cláusula referente al financiamiento, introduciendo la adquisición de deuda por parte del Estado con el BCIE (a una tasa de interés bastante elevada, por cierto, quizá para cubrir los riesgos de un proyecto que ni siquiera tiene definida la totalidad de trazos donde se construirá), además de introducir cláusulas que permiten que el Estado le otorgue anticipos al constructor y una mecanismo que favorece a éste cuando ocurran alzas en los costos de construcción.

Estas cláusulas introducen condiciones muy distintas a las que rigieron la licitación de 2006, por lo que, cae de su peso, deberían generar una repetición del proceso a fin de que todos los constructores potencialmente interesados puedan participar en igualdad de términos dentro del nuevo marco de referencia para la ejecución del proyecto. Sin embargo, lejos de ello, la semana pasada el Congreso aprobó (en medo de las bullas de la aprobación de los bonos y de las leyes de la CICIG) dichas modificaciones incluyendo una que, para más inri, indica que la adjudicación realizada en 2006 continúa siendo válida, pese al cambio en las reglas de juego.

Es una lástima que los diputados no hayan tomado en cuenta la acertada sugerencia que hace mes y medio les hiciera el Vicepresidente Espada, en cuanto a que lo más conveniente era repetir la licitación, aunque se atrasara algunos meses el inicio del proyecto. La Franja es una obra de infraestructura de especial importancia porque, por una parte, podía haber sido un ejemplo de cómo llevar a cabo un proyecto de alianza público-privada y, por otra, porque tiene un alto potencial de repercusión en el desarrollo económico y social de una de las zonas más abandonadas de Guatemala. Un proyecto tan bueno para el país merece llevarse a cabo mediante las normas más estrictas de calidad, probidad y transparencia. Ojalá pueda enderezarse el rumbo.

Opinión del lector
Carlos Alberto Asturias Paz - Guatemala
Vergonzoso, si el que debe sera el gobierno y el que paga con sus impuestos el ciudadano, una carretera con el derecho de via y pendientes completo, lo que resta es fisico.
Don Carlos Romo Toriello - Mexico
Opinion

En referencia a su articulo le comento lo siguiente:

Cabe mencionar que en Mexico la red nacional de carreteras se compone de tres elementos, la red municipal o anexos carreteros, la red nacional o estatal y la red federal o carreteras de largo kilometraje o interestatal.

Uno de los principales costos no es el de la construccion de la misma carretera, si no su propio mantenimiento que abarca cerca del 75% del costo total.

Dicho esto, cabe comentar que en terminos de competitividad carretera estamos muy por debajo de algunos paises sudamericanos, por lo que el gobierno federal atravez de la secretaria de comunicaciones y transporte se comprometido a desarrollar un plan de desarrollo carretero dividido en varias franjas.

Cabe mencionar que la poblacion de mexico es de mas de 106 millones de habitantes,con una superficie de mas de dos millones de kilometros cuadrados en donde se desplazan mas de 25 milliones de vehiculos.

Para ello la S.C.T. planea desarrollar 356 mil kilometros de "highways", 26 mil kilometros de "railways", y 114 puertos.

Sin embargo seguimos teniendo una competitividad muy baja ya que ocupamos el lugar 64 de 125 paises.

Es decir tenemos insuficiente cobertura, para dar una cifra mas precisa cerca de .18 highways por kilometro cuadrado.

Aunado a esto tenemos una alta dependencia de "roads" ya que el 67% del "freight" y 99% de los pasajeros son domesticos.

En este sentido creo que hay una gran necesidad de requerimientos de inversion para mantener, ampliar y mejorar la infraestructura del transporte la cual requiere de mejores estandares de calidad y servicios.

No solo para mejorar los niveles de competitividad, si no para crear ventajas competitivas que ayuden al intercambio comercial en el cual Mexico ocupa el quinceavo lugar en el mundo.

Alexis Carreño - Guatemala.
El asfalto, por què eso es lo que falta, en la FTN, beneficiarà a un contigente de finqueros, pues anteriormente estas tierras se las habian donado a varios militares colaboradores de Lucas, y estos por quedarles muy lejos y que no les eran rentables las vendieron a troche moche, y, ahora son excelntes fincas ganaderas y fincas adquiridas por empresarios de las palmas para su siembra masiva,ademàs ahì està instalado el oleoducto de la petrolera perenco y la nueva EPI La licitaciòn no se repitiò por que corriò plata en abundancia de parte de los de la SOLEL...Luego entonces, estas transnacionales y finqueros tendràn que negociar y renogociar, y se entramparà otro tiempo.
Juan Andrade -
Como siempre las políticas de los distintos gobiernos el llamado desarrollo es sinónimo de oportunismo y robo, para todo el pueblo cueste lo que cueste lo tendrá que pagar con mayores impuestos, mas hambre, mas desnutrición, menos educación, menos seguridad. Porque esto de la trasversal del norte no es un proyecto nuevo, y del nuevo siglo, sino esto viene desde las décadas del 70 y 80 donde los militares hicieron su fiesta con la repartición de las tierras del norte, recuerdo el nefasto gobierno de Lucas Garcia que desvió tantos recursos para esta carretera, hoy supuestamente el actual gobierno quiere llegar a beneficiar a mas de 6492 comunidades, y un sin número de terratenientes militares, pero también vendrá a beneficiar a las trasnacionales del norte, el narco trafico. En otras palabras más prestamos, y distribuirlos para unos pocos, pero anteponiendo las necesidades de miles de campesinos que al final de cuentas serán los menos beneficiados

domingo, 9 de agosto de 2009

Cuatro Temas Recientes

Les comparto cuatro temas recientes de mi lúgubre vida de economista, que le han puesto a ésta más aderezo del que usualmente engullo.

1. Declaraciones en Prensa Libre
La semana pasada me entrevistó el periodista Leonel Díaz Zeceña, de Prensa Libre, respecto de mi opinión sobre el alza en el tipo de cambio del quetzal respecto al dólar. Traté de darle una amplia explicación del porqué, a mi juicio, en Guatemala se hace un escándalo injustificado (empezando por los periodistas) cuando el tipo de cambio se mueve un poco, hacia arriba o hacia abajo, cosa que no ocurre en países civilizados. No sé si acaso no le gustaron a don Leonel mis opinones, pero resultó publicando sólo una pequeña fracción, descontextualizada, de lo que le dije (pueden consultar le edición de Prensa Libre del pasado 31 de julio). Estoy preparando mi columna de Siglo XXI (no para el martes que viene, sino para el subsiguiente) donde espero aclarar mi punto de vista sobre la materia. La publicaré, como de costumbre, en este blog un par de días después.

2. La Academia de Centroamérica
El jueves recién pasado tuve el honor de ser invitado como conferencista a la Academia de Centroamérica, un centtro de investigación privado con sede en San José, Costa Rica, fundado en 1969 con el fin de promover la investigación en el ámbito de las ciencias sociales. El tema de la conferencia fue "Acuerdos Nacionales para la Implementación de Políticas de Estado: la experiencia de Guatemala con el Plan Visión de País". Fue una experiencia interesante y gratificante intercambiar puntos de vista y experiencias con los académicos ticos y con otros invitados (como el señor Embajador de Guatemala en Costa Rica).

3. Banco Central de Costa Rica
Como parte de mi periplo por Costa Rica, el Banco Central de ese país hermano me invitó amablemente a compartir con ellos una charla sobre la experiencia de Guatemala en el proceso de adopción del régimen de metas de inflación como marco operativo de la política monetaria. Mi presentación tuvo lugar en el auditorium del Museo del Oro de San José, un lujoso y completo complejo museístico (con galería de arte, museo numismático y atracciones educativas en el área económica). De nuevo el intercambio de ideas con mis colegas economistas del Banco Central y de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano fue muy interesante y enriquecedora. Aprovecho para agradecer las finísimas atenciones que me brindó mi amigo don Alfredo Blanco, Secretario Ejecutivo del CMCA.

4. Un tema polémico
La columna que recién estoy terminando y que espero saldrá publicada este martes en Siglo XXI, trata sobre un tema bastante polémico que todavía no les quiero revelar. Más bien los invito a leer dicha columna ya sea en el referido periódico, o en este lúgubre blog esta semana que viene...

viernes, 7 de agosto de 2009

Centroamérica Ante la Crisis

La semana pasada, el Foro Permanente de Partidos Políticos y la Dirección de Investigación de la USAC me hicieron el honor de invitarme a darles una conferencia y participar en un panel-foro sobre el impacto de la crisis económica mundial en Centroamérica. Los principales puntos que esgrimí en sa ocasión están resumidos en el cntenido de mi columna publicada esta semana. Ahí les va...

§ POLÍTICAS PÚBLICAS

CENTROAMÉRICA ANTE LA CRISIS

Centroamérica está sufriendo los embates de la crisis económica mundial, y los encargados y analistas de las políticas públicas analizan y debaten los cursos de acción para paliar sus efectos. El jueves pasado, la Dirección General de Investigación de la Universidad de San Carlos y el Foro Permanente de Partidos Políticos organizaron un seminario sobre la crisis económica mundial y sus efectos en Centroamérica, en el cual tuve el honor de participar como panelista.

Una de las principales lecciones del seminario fue que la crisis internacional afecta a los países centroamericanos de maneras diferentes. El Salvador (por sus exportaciones, sus remesas y su dolarización) y Costa Rica (por la inversión extranjera, el turismo y sus exportaciones) son muy vulnerables a los vaivenes estadounidenses, lo mismo que Honduras que, además de sus problemas estructurales, es altamente dependiente del financiamiento externo. Guatemala, aunque menos vinculada al gigante del Norte, sufre ya una importante desaceleración. El principal problema es que la enfermedad viene de afuera y resulta difícil aplicar remedios caseros.

Para enfrentarlo, debe tomarse conciencia de que, en su origen, la crisis mundial se alimenta de una pérdida de confianza, primero, en el sistema financiero y, luego, en la capacidad del aparato económico para producir ingresos; se configura un círculo vicioso en el que la desconfianza reduce la inversión, lo que limita la capacidad de producción y genera más desconfianza. Por ello, cualquier plan anti-crisis debe centrarse en la recuperación de la confianza de los ahorrantes, inversionistas y consumidores.

La crisis es, por definición, temporal. Por ende, antes de pretender soluciones poco realistas ante lo inevitable, las políticas públicas deben centrarse en preparar las condiciones que nos permitan ingresar fortalecidos a la siguiente etapa de recuperación económica mundial, lo que requiere, primero, de no cometer errores que agraven las debilidades de nuestras economías sino que, al contrario, de consolidar las fortalezas y potencialidades que cada economía tiene.

Así, Guatemala debería centrarse en preservar una política fiscal cauta y un manejo adecuado de las reservas internacionales, así como en evitar la confrontación política y orientar el gasto público hacia la infraestructura productiva. El Salvador debería resguardar su buena imagen de transición democrática y evitar la polarización para obtener los recursos financieros que requiere urgentemente su régimen de dolarización. Honduras debería, cuanto antes, encontrar una solución a sus problemas políticos, centrarse en explotar su potencial turístico y flexibilizar su política fiscal y monetaria para reducir su dependencia del financiamiento externo. Costa Rica, aprovechando su fortaleza institucional y social, debería reducir su nivel de dolarización financiera que la hace vulnerable a los shocks externos, y fortalecerse fiscalmente para darle sostenibilidad a sus políticas sociales. Nicaragua, finalmente, debería centrarse en rescatar sus instituciones democráticas y sus frágiles finanzas para poder seguir contando con el apoyo necesario de la comunidad internacional.

No se trata de aplicar grandiosas medidas ni remedios mágicos, sino de capear el temporal con inteligencia y visión de futuro.

Opinión del lector

REOBERTO LOPEZ PORRAS - Guatemala
Las crisis ayudan a depurar los excesos, los errores, las malas políticas de los agentes económicos incluido el Estado y sus instituciones. El centro desde donde irradia la crisis actual, está recuperándose, pero los efectos de la misma llegan tarde a la periferia y en el caso de Centro América con algunas pequeñas diferencias, seguirá golpeando por un período de mediano plazo a las economias. Quizá Guatemala sea la más golpeada porque su economía con ser la más grande de Centro América, es tambien la más vulnerable dada su endémica crisis estructural que tiene y los pocos esfuerzos que se hacen para extirpar la pobreza endémica que han aislado por siglos a importantes estratos económico sociales y les han negado las oportunidades para insertarse en la economia, pero esta crisis coyuntural afecta las inversiones productivas, el turismo receptivo y la inseguridad rampante, hace más cara la inversión privada que se puede captar del sector nacional e internacional. Hay en el Gobierno una actitud conciente de negación de los efectos de la crisis, lo cual es confirmado con la Política Económica manejada con criterio fiscalista, que pone obstáculos a un Plan Nacional de Desarrollo, vinculando a los sectores productivos para enfrentar dicha situación. En año y medio de gestión del Presidente Colom y su equipo, no ha podido articular un Programa de Gobierno convincente, menos uno anti-crisis, consensuado con el sector empresarial y financiero. Los diagnósticos como el que menciona el columnista patrocinado por mi querida Universidad de San Carlos, lamentablemente son ejercicios trillados, maquillados y reciclados, pero no pasan de esa etapa. Cuando el Gobierno se decida a depurar el Presupuesto actual, a cancelar todo gasto precindible, a priorizar el Programa de Inversiones en infa-estructura para darle al sector productivo las herramientas para que desarrolle inversiones que abran nuevas oportunidades de trabajo, las perspectivas para nuestro país serán mejores, pero lo que vemos en la prensa diaria es denuncias de corrupción y prácticas sofisticadas para repartir el botin del erario público. Soy pesimista y no creo que el Gobierno reaccione positivamente para enfrentar el problema. Su actitud pasiva ante la crisis, provoca tambien pasividad, duda y falta de credibilidad en los sectores de inversión nacional e internacional. Durante más de 18 meses de gestión ha perdido tiempo tratando de pasar una reforma fiscal evidentemente inoportuna y fuera de la realidad, pero tambien se ha cruzado de brazos en mejorar la capacidad de ejecución de obras y la creación de nuevas formas de financiar los proyectos de infra-estructura que el país requiere. Su nivel de ejecuión es muy bajo. En los jerarcas gubernamentales, se percibe que impera el stato Quo y un inmovilismo lamentable.

sábado, 1 de agosto de 2009

COMERCIO VERSIS CARIDAD

Conozco muchos ciudadanos y organizaciones europeas y estadounidenses que, con la mejor de las intenciones, la mayor de las noblezas y el más loable espíritu humanitario (y en estos epítetos no escondo ningún sarcasmo) canalizan sus recursos económicos y humanos para brindar ayuda a los más desfavorecidos de nuestros ciudadanos. Yo, en su lugar, haría lo mismo... si no fuera economista (y lúgubre). Las pruebas son contundentes: el comercio de bienes y servicios entre países es una fuerza generadora de riqueza que ha sacado a millones de personas de la pobreza en las últimas décadas. La caridad es útil y necesaria en situaciones de catástrofes naturales o bélicas y también puede ser efectiva en otras circunstancias si está bien focalizada hacia programas clave. Los activstas pro-tercer mundo de los países avanzados deberían dedicar más energia y tiempo a exigir a sus gobiernos la eliminación de las barreras que tienen impuestas a los productos provienientes del Sur y a desmantelar los intrincados mecanismos de subsidios a sus ineficientes productores agrícolas que sacan del mercado a los productores de los países pobres. He aquí mi entrega de esta semana...

§ POLÍTICAS PÚBLICAS

COMERCIO VERSUS CARIDAD

Hace algunas semanas me referí a los riesgos que la crisis mundial entrañaba para los flujos de cooperación internacional y a la consecuente necesidad de re-orientar tales flujos hacia fines más productivos. Un amigo lector me comentó que la magnitud de la crisis demandaba re-orientar los esfuerzos hacia el fomento del comercio internacional, antes que hacia la caridad internacional. Y no deja de tener razón.

Para muchos ciudadanos del Primer Mundo resulta inadmisible que en países como Guatemala, por ejemplo, una de cada tres mujeres no sepa leer, que la mitad de los hogares rurales no tenga cobertura de agua y saneamiento, y que 30 de cada mil bebés nacidos vivos muera antes de su primer cumpleaños, lo cual evidencia una inmensa brecha en la calidad de vida entre nuestros países y los de ellos, realidad que los induce a buscar una solución urgente. Algunos de estos bienintencionados ciudadanos primermundistas culpan a la globalización por tan aberrante inequidad, sin reflexionar quizá en que, si toda la industria y el comercio mundiales se detuvieran mañana, ello difícilmente ayudaría a los países pobres. La experiencia alrededor del mundo es contundente en cuanto a que la mejor herramienta, necesaria pero no suficiente, para reducir la pobreza es el crecimiento económico. Más seres humanos han salido de la pobreza a través del crecimiento de los últimos setenta años que en los anteriores setecientos. Evidentemente, más personas habrían podido salir de la pobreza de no ser por la falta de instituciones adecuadas y por la mala gestión económica y política en el Tercer Mundo.

Una de las maneras más efectivas para fomentar el desarrollo es la de abrir mercados a los productores pobres para que vendan sus productos. De manera que los consumidores de los países ricos, en vez de sentirse culpables por comprar productos importados (sentimiento que está siendo perversamente impulsado como falsa salida a esta crisis), deberían cobrar conciencia de que su consumo de tales productos genera empleos en los países en vías de desarrollo. Por supuesto que los consumidores deben tener la responsabilidad de asegurarse de que los productos que compran no se hayan generado mediante la explotación indebida de los trabajadores ni del ambiente, pero también deben saber que las exportaciones permiten a los países pobres generar ingresos que, a su vez, crean demanda de bienes nacionales e importados y, con ello, crecimiento económico. A más comercio internacional, aunque sea mediante tratados bilaterales de libre comercio, habrá más empleos; y un empleo, aunque sea relativamente mal remunerado en comparación con lo que gana un trabajador en, digamos, Bélgica, es la mejor salida para que un obrero tercermundista tenga el chance de construir una vida mejor.

La ayuda económica proveniente de gobiernos y ONGs del Primer Mundo, en cambio, no ha probado ser tan efectiva como el comercio para reducir la pobreza en el mundo. Y no es que la cooperación internacional sea mala per se; es que ha estado mal enfocada al asistencialismo, en vez de orientarse a pocos pero efectivos destinos como la educación (en especial de las niñas) y el desarrollo de la micro y pequeña empresa. Y como complemento –no sustituto- de la mejor forma de ayuda al desarrollo: el comercio internacional.

Opinión del lector
Pepe Recinos - Guatemala-wi
¿Comercio para mejor desarrollo?. Es una de las quimeras de siempre, que nos quita esperanzas, cuando vemos a los países asiáticos que compiten ventajosamente con nuestra mano de obra, mediante salarios ínfimos. Sin embargo, no todo está perdido, pues para el desarrollo económico INMEDIATO y visible, logrando el disparo de tasas de crecimiento en todos los indicadores positivos, NADA HAY MEJOR que el Control de la Natalidad de las clases pobres para que se adecúen a las tasas de crecimiento de las clases Alta y Media. Los efectos serían tan evidentes: en lugar de estar esperando la "caridad" internacional, con el manejo demográfico se vería la mejora de la economía familiar, la mejora de la economía nacional: más Ingreso y PIB per cápita. En un par de años pasaríamos del lugar 121 al 100 y quien quita que hasta alcancemos a Costa Rica. Evitemos el desastre demográfico y ecológico. Somos 14 millones, a la tasa de 2.5% anual (duplicándonos cada 28 años), dentro de 56 años seremos: 56 millones. Entonces nos comeremos unos a otros. Soylent Green, diría Charlton Heston. Lamentablemente aquí nadie es político de valía, que pueda incluir en un Plan de Gobierno esta medida estratégica.
sergio licardie - México
La mejor forma de salir de la crisis es favorecer al mercado interno, pero no a la producción sino garantizarle a la demanda que pueda pagar lo que va a consumir. Un crédito de gobierno, barato, rápido, generaría mas producción y mas mercado, los productores tienen pisto e invertirían para el mercado.

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